Lee Jun-Fan
Nacionalidad: Estadounidense
Nacimiento: 27 de noviembre de 1940
Muerte: 20 de julio de 1973
Cónyuge: Linda Lee Cadwell
Hijos: Brandon Lee (fallecido a sus 18 años) y Shannon Lee
Un solo hombre fue capaz de crear lazos entre Estados Unidos y China en plena Guerra Fría. Conforme la cinta corría a través del proyector, las barreras ideológicas y políticas se desmoronaban en las salas de cine, pues Bruce Lee había llegado para cambiar el estilo western por la adrenalina del kung-fu.
Hoy, 40 años luego de su sorpresivo fallecimiento, Lee continúa siendo el ídolo hongkonés que, con certeros golpes y veloces patadas, revolucionó los filmes de acción.
El rey de las artes marciales chinas fue dotado de una fuerza digna de causar asombro, pero en 1971 el temor lo carcomía por dentro. Él tendría que afrontar el éxito o el fracaso de llevar por primera vez el kung-fu al sétimo arte occidental, con The Big Boss .
“Cuando la película terminó, había un silencio total en aquella sala, se podría escuchar un lapicero que se cayera al suelo. Bruce dijo: ‘Oh Dios, ¿debo correr a la salida ahora mismo?’. La audiencia comenzó a aplaudir lentamente y de pronto todos estaban aplaudiendo, aclamándolo. La amaron”, relató a History Channel Linda Lee , quien fue su esposa durante nueve años.
Para entonces, Lee era un rostro conocido en Estados Unidos, gracias a su papel de Kato en la serie The Green Hornet (1966-1967).
La marca del dragón. Lee Jun Fan –el verdadero nombre de Bruce– nació en San Francisco el 27 de noviembre de 1940, el año del dragón, y en la hora del dragón (entre las 7 y las 9 a. m.). Su padre estaba de gira con su ópera cantonesa por Estados Unidos.
Las creencias chinas dicen que los nacidos bajo la figura del dragón suelen tener un carácter más apacible. En definitiva, Lee fue la excepción.
Su rostro fue captado por primera vez por una cámara de cine cuando tenía apenas dos meses de nacido, en la película Golden Gate Girl .
Su amor por la actuación se desarrolló durante su infancia en Hong Kong, donde participó en varias producciones.
Sin embargo, serían sus saltos sin efectos especiales los que lo impulsarían directo a la fama. A sus 13 años, Lee perdió por primera y única vez una pelea. Se trató de uno más de los constantes pleitos callejeros de su barrio y fue en ese momento cuando decidió aprender las técnicas del combate kung-fu.
Cinco años más tarde, la familia del actor se mudó a Estados Unidos para reclamar su nacionalidad. Fue entonces cuando Bruce Lee halló en el estudio de la filosofía una perspectiva que lo guiaría en la búsqueda de la perfección, algo que el cine luego agradecería.
Cuando se presentó a la audición para The Green Hornet , los directores de castin le solicitaron mostrar sus habilidades de kung-fu. La corbata y el traje entero que vestía no le impidieron dejar boquiabierta a la producción. El contrato era suyo, de inmediato.
El rey de las artes marciales no usaba arneses ni trampolines, tampoco dobles y armas de fuego.
Aunque muchas películas de combate son filmadas a menos cuadros por segundo para que los movimientos parezcan más rápidos, Lee aportaba un reto distinto a los directores: lograr que sus movimientos fueran captados por las cámaras. Por eso, filmaban a 36 cuadros por segundo, en vez de a 24, la velocidad normal de grabación.
¿Cuál era su clave? Ser como el agua, confesó en una entrevista en el Pierre Berton Show , una de las pocas que dio en idioma inglés.
Bruce no se apegaba a un estilo en particular. Él creía en amoldarse cada vez, como el agua a la copa en que se vierta.
“El legado de Bruce Lee, además de dar a conocer las artes marciales fuera de la comunidad china, fueron sus estudios e investigación basados en el arte marcial chino con que él empezó, y su deseo de incorporar otros movimientos que encontró en la práctica de otros deportes, que se ajustaban a su físico y a sus habilidades”, afirma Víctor On, director regional para Centroamérica de la Federación Panamericana de Artes Marciales Chinas.
Lee bautizó a este compendio Jeet Kune Do , que traducido significa “el camino del puño interceptor”. “Sus seguidores llegarían a considerar como un nuevo sistema, a pesar de ser un ‘trabajo en desarrollo’ y que no llegaría a completarse debido a su muerte”, explica el maestro On.
Bruce Lee fue un visionario de lo que hoy constituyen las técnicas modernas de acondicionamiento físico. Seguía estrictas rutinas diarias de ejercicios, tomaba batidos caseros de alto valor proteínico (carne cruda, leche y siete huevos) y se daba choques eléctricos, algo que ahora se utiliza en las terapias de rehabilitación muscular.
Sus técnicas de movimiento influenciaron al parkour. Además, su filosofía de ser un luchador completo, así como su estilo de defensa y ataque, son las bases del MMA (artes marciales mixtas), según datos presentados en el documental How Bruce Lee Changed The World.
El mito de las artes marciales pudo exportar sus raíces al cine americano en tan solo cuatro ocasiones: The Big Boss , Fist of Fury (1972), Way of the Dragon (1972) y Enter the Dragon , (1973), su más exitosa y recordada película.
“A principios de los años 70, empezó a darse un fenómeno que eventualmente sacudiría al mundo. Las películas de artes marciales chinas o kung-fu inundaron los cines en todo el mundo. Las empresas cinematográficas no podían producir lo suficientemente rápido, y eso que en Hong Kong se producían decenas de películas en una semana”, asegura el maestro On.
El paso de Bruce Lee por la pantalla Occidental fue fugaz, se fue tan rápido como llegó. El 20 de julio de 1973 comenzó a sentir un fuerte dolor de cabeza en medio de una reunión con el productor Raymond Chow y la actriz china Betty Ting Pei.
Ella le dio un analgésico y Lee se acostó en su cama, cerró los ojos para nunca volver.
La autopsia reveló que el cerebro se inflamó y quedó apretado dentro de la caja craneal. Hoy se sabe que murió a causa de un edema cerebral provocado por una reacción alérgica al medicamento.
El actor murió a sus 32 años, sin llegar a ver proyectada su más grande obra, Enter The Dragon , la cual se estrenó un mes luego de su fallecimiento y que se convirtió en un éxito de la taquilla.
Pese a esto, Bruce logró cambiar por siempre la manera en que los asiáticos son retratados en el cine de Hollywood. Cuando los rostros con ojos rasgados solo conseguían papeles antagónicos, Lee se convirtió en el primer héroe, uno que quedó por siempre con los brazos alzados en la memoria del sétimo arte.