A ocho meses de que el Cine Variedades fuera adquirido por el Estado costarricense, todavía no hay ni quien lo limpie.
Por si fuera poco, el inmueble se mantendría inactivo hasta el 2016 y aún no existe un proyecto detallado de cómo se utilizará.
En la actualidad, el edificio patrimonial – cuya compra costó cerca de ¢1.000 millones y que pasó a manos del Estado en diciembre del 2013 –, tiene sus proyectores apagados, el polvo lo inunda y, su fachada, agrietada y sucia, sirve de orinal para indigentes josefinos.
“Sí, efectivamente huele a orines (el Cine Variedades)”, aceptó Max Valverde, nuevo director del Centro de Cine.
Desde la administración de Laura Chinchilla, este inmueble fue adquirido con la idea de instaurar allí una cinemateca nacional , además de una sala de cine.
No obstante, el cine estará inactivo, con excepción de algunas actividades puntuales, todo este año y el 2015. Sería hasta el 2016 cuando iniciaría su operación regular, según reconoció Valverde.
Dos aspectos tienen al Cine Variedades descuidado y sin operar: la primera es que no tenía un presupuesto autorizado para su operación básica (limpieza, seguridad, etc), y la segunda es que el Centro de Cine –su administrador– espera el resultado de un estudio de vulnerabilidad sísmica de la edificación, con el fin de restaurarlo.
Necesidad. Desde diciembre del año pasado, el Variedades no cuenta con personal asignado, solo tiene un guarda que cuida el lugar gracias a un préstamo del Ministerio de Cultura.
“El cine se limpió una vez, en abril de este año, para una actividad concreta, desde ahí no”, dijo Rafael Zumbado, administrador actual del Centro de Cine. El resto del tiempo el cine no tuvo quien le diera mantenimiento y, al menos desde sus exteriores, el inmueble huele mal. En su interior hay basureros desbordados, así como alfombras y escalinatas bastante sucias. Incluso, los equipos con “peligro de deterioro” – tales como consolas y demás– fueron trasladados y resguardados en el Centro de Cine. Solo el proyector de cine tradicional, así como el digital 3D, sí quedaron en el lugar.
“Yo entiendo que la gente diga: ‘¡Diay!, pero antes estaba funcionando y ahora no’. O que digan que ahora a huele orines o que esto se compró para que se metan las cucarachas. Esa no es la idea, por eso estamos tomando cartas en el asunto”, dijo Valverde.
Rafael Zumbado, administrador del Centro de Cine, explicó que el presupuesto de la institución se aprobó en el 2013, cuando aún no estaba en concreto la compra del cine Variedades, por lo cual no se le asignó una partida presupuestaria.
Para solventar el problema, se tramitó la autorización para el levantamiento de límite de gastos de la entidad.
“Fue un trámite engorroso, duró como ocho meses. Pero allí incluimos una partida para contratar personal de limpieza y seguridad tanto para el Centro de Cine como para el Cine Variedades. Esperamos que próximamente ya podamos darle el aseo apropiado”, agregó Valverde.
¡A repararlo! El Variedades se usará solo para actividades puntuales, como el Festival de Cine Paz con la Tierra, ya que la prioridad es su restauración, asegura el propio Centro de Cine. Es más, según la administración pasada del Ministerio de Cultura, ellos dejaron un presupuesto asignado para ese fin.
“Nuestra tarea se limitó a la compra y dejar un presupuesto para su restauración”, dijo Manuel Obregón, exministro de Cultura.
Y agregó: “La actual administración tiene las mecanismos para darle mantenimiento mientras se gestiona todo”.
El Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural sacó a licitación el estudio de vulnerabilidad sísmica, el cual se espera que esté listo para finales del 2014. En el 2015 comenzarán las labores de restauración.
“Sin eso no podemos iniciar la operación, sin tener la seguridad de que el edificio sea absolutamente seguro”, dijo Valverde.
Eso sí, Ileana Vives, directora del Centro de Patrimonio, aclaró que el inmueble no se encuentra en malas condiciones, “aunque necesita remodelaciones para ponerse al día con las exigencias actuales de construcción”.
Incluso, el Variedades fue adquirido en plena actividad comercial a la familia Jinesta Urbini, antigua dueña del lugar. En el 2013, el cine funcionaba con total normalidad y exhibía películas del momento.
“Lo que quiere el Centro de Cine es seguir todos los pasos para que el cine Variedades se encuentre de la mejor forma posible y así puedan ser explotadas todas sus potencialidades en el futuro”, dijo Vives.
Al cine se le harán arreglos urgentes, además de la instalación de una nueva instalación eléctrica y el remozamiento de la fachada, entre otros trabajos que se realizarán por etapas.
Planes a futuro. El sueño es convertir el Cine Variedades en una flamante cinemateca nacional. Sin embargo, para la cinemateca no hay presupuesto porque aún no hay proyecto; apenas se gestionan acuerdos de cooperación técnica para saber cómo funcionará.
“El proyecto de cinemateca es mucho más que un edificio, es una institución que tiene que hacer selección de películas, proyecciones, cursos, publicaciones y hacer extensión. No es un cine; requiere personal y presupuesto específico”, expresó Valverde.
“Necesito tener claro el proyecto y, por eso, he pedido ayuda a la cooperación francesa. Ellos tienen una cinemateca de lujo, con un programa de extensión de lujo. La idea es aprovechar esa experiencia, aterrizarla y tropicalizarla, para así generar el proyecto y poder presupuestarlo”, agregó.
Además, se espera que cuando el edificio esté reparado pueda operar como un cine tradicional; aún no hay nada concreto al respecto.
“Podríamos decidir, en este proceso de consulta técnica, desarrollar un proyecto piloto de alcance pequeño... Podría existir un convenio de cooperación o concesión parcial de algunos de los servicios con algún sector privado interesado en operarlo en un tiempo corto. Son ideas”, finalizó el jerarca.
Muchos son los sueños que se levantan sobre el Variedades; sin embargo, por ahora, su futuro es poco claro.