Todo salió de perlas en el estreno de Tengo sueños eléctricos, el largometraje de Valentina Maurel que alcanzó su proyección en el Festival de Locarno, uno de los más prestigiosos y antiguos eventos cinéfilos del mundo.
La cinta de la costarricense llegó a territorio suizo con un hito a sus espaldas: es la primera producción firmada por talento nacional que entra a la competencia oficial del festival para luchar por el Leopardo de Oro.
“La recepción del público fue muy calurosa”, cuenta con emoción Maurel, desde Suiza, tras haber realizado el estreno el lunes 8 de agosto. La emoción la embarga al recordar que la proyección se realizó en una sala con una capacidad de 3000 personas y estuvo prácticamente llena.
“Nadie se salió de la película, lo cual suele suceder, y el público aplaudió un gran rato. La gente me vino a buscar después de la película”, cuenta con entusiasmo la directora tica.
“La gente que me buscó fueron personas que conectaron y se veían muy conmovidas por la historia de la película. Es muy fuerte para mí vivir algo así; me hace feliz saber que hay gente que sí conecta con lo que hicimos”, agrega.
El estreno también tuvo un tinte especial dentro del equipo de producción, pues los actores del filme no habían visto la cinta.
“Fue algo muy lindo porque es difícil verse en pantalla; aún así los actores se dejaron llevar y quedaron muy conmovidos. También, personas del festival quedaron muy satisfechos con sus actuaciones, así que todos quedamos muy satisfechos”, agrega.
En Suiza, Maurel es acompañada por los intérpretes Reinaldo Amien, Daniela Marín, Vivian Rodríguez, así como de los productores Gregoire Debailly, Felipe Cordero y Benoit Roland.
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Atractiva propuesta
Tengo sueños eléctricos es un filme ambientado en Costa Rica, que sigue a Eva (Daniela Marín Navarro), adolescente de 16 años que no soporta que su madre divorciada (Vivian Rodríguez) quiera remodelar la casa y deshacerse del gato, el cual orina por todas partes.
Eva quiere desesperadamente mudarse con su padre (Reinaldo Amien), quien, desorientado como el gato, experimenta una segunda adolescencia.
La cinta es una coproducción entre Costa Rica (Tres Tigres Films), Bélgica (Wrong Men) y Francia (Geko Films). El elenco de la película es en su totalidad costarricense.
Previamente, Maurel ganó notoriedad con sus primeras producciones. Su cortometraje debut, titulado Paul está aquí, fue filmado en Bélgica como su proyecto de graduación y ganó el Primer Premio de la Cinéfondation en el Festival de Cannes, en el 2017.
Dos años más tarde, su cortometraje Lucía en el limbo fue seleccionado para la 58° edición de la Semana de la Crítica del Festival de Cannes, además de ser elegido para ser parte del Festival Internacional de Cine de Toronto y obtener el primer premio de mejor cortometraje de ficción en el Festival Internacional de Cine de Guanajuato.
Tengo sueños eléctricos es su primer largometraje, con una duración de una hora y 42 minutos.
“Creo que es una película compleja, que tiene ambiguedades. Entonces, creo que a la gente que le tiene que gustar lo hará y hay gente a la que no le va a gustar. Esa es la apuesta de la película: que divida, que no sea un largometraje fácil. La gente que conecta ha reconocido el potencial que tiene, entonces estamos muy contentos”, finaliza la cineasta.