Hace un tiempo que había renunciado a su exitosa carrera histriónica para dedicarse a la realización; sin embargo, el gusanillo de la actuación volvió a picar a Clint Eastwood, quien se plantó de nuevo frente a las cámaras y, a sus 82 años, regresó el fin de semana, en Estados Unidos, a la pantalla grande en protagonista de la película Golpe de efecto ( Trouble with the curve ).
“Después de tanto tiempo, llevo la interpretación en la sangre. Me gusta volver a ello. Cuando alcanzas cierta edad ya solo te alegras de haber llegado. Busco papeles que se ajusten a mis circunstancias. De lo contrario, sería ridículo. He disfrutado del viaje hasta ahora y pienso seguir haciéndolo. Espero que sea largo aún”, dijo el actor, durante la presentación de la cinta en Los Ángeles.
La cinta, que podría llegar a América Latina en noviembre, marca el retorno de Eastwood a la interpretación –luego de protagonizar Gran Torino en el 2008– y la primera vez en casi 20 años que actúa bajo la dirección de alguien que no sea él mismo, en este caso Robert Lorenz.
“Luego de Gran Torino , llegué a la conclusión de que era algo estúpido pretender hacer las dos cosas al mismo tiempo... a pesar de haberlo hecho durante 40 años. Pensé que tenía que conformarme con ser actor, para no complicarme la vida”, reconoció.
Desde En la línea de fuego (1993), Eastwood compaginó la labor de actuación y de dirección en los filmes Un mundo perfecto (1993), Los puentes de Madison (1995), Poder Absoluto (1997), Crímenes verdaderos (1999), Space Cowboys (2000), Deuda de sangre (2002) y Million Dollar Baby (2004).
“Probablemente, no vuelva a hacer las dos cosas al mismo tiempo, al menos durante un rato... Pero también había dicho que no actuaría más y cambié de opinión. A menudo, no hacemos otra cosa que mentir”, bromeó.
Padre difícil. En la película, Eastwood le da vida a Gus Lobel, un veterano buscador de talentos en el béisbol al que los años no perdonan.
Su trabajo con el equipo Atlanta Braves comienza a verse afectado por sus problemas de visión y por su dureza a adaptarse a las nuevas tecnologías, así que los directivos de la institución deciden encargarle una última misión para probar cuánto vale.
Lobel debe seguir los pasos de una joven promesa con la ayuda de su hija (Amy Adams) y la competencia de un cazatalentos rival (Justin Timberlake). La travesía del anciano desmesurado y violento se convierte en una emocionante reflexión sobre la vejez y las relaciones entre padres e hijos.
“Robert (Lorenz) hizo un excelente trabajo, hacía años que pedía poder dirigir y esta fue su gran oportunidad”, afirmó el actor en rueda de prensa, tras la proyección de la cinta en Beverly Hills.
Sin embargo, el regreso de Eastwood a la pantalla grande estuvo empañado por la polémica de su reciente discurso en la convención republicana, durante el que se dirigió a una silla vacía para pedir explicaciones a un invisible presidente Barack Obama.
“El único mensaje que quería trasladar es que la gente debía olvidarse de idolatrar a los candidatos y fijarse en el trabajo realizado por cada uno, analizar su historial y juzgar a partir de esa base. Así es como se hace en la vida, pero, a veces, nos fijamos en los valores equivocados”, explicó el cineasta.