Un largo viacrucis burocrático y la decisión de la Asesoría Jurídica del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) de no refrendar la contratación escogida explican por qué el Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC) 2023 tuvo que ser trasladado de junio a octubre de este año.
Ahora, todo mundo está corriendo en Cultura para tratar de que efectivamente la actividad pueda realizarse del 24 al 31 de octubre, para lo cual se está trabajando en un nuevo cartel de licitación para la producción.
¿Van a dar los tiempos para que el CRFIC 2023 sí se haga en octubre?
Raciel del Toro, director del Centro de Cine, acepta que se han hecho la pregunta.
“Tenemos el compromiso de don Alexánder Castro, viceministro administrativo (del Ministerio de Cultura), que nos reunió a las partes involucradas y solicitó brindarle prioridad al cartel del Centro de Cine por el interés público y el interés internacional que reviste. Sí hemos visto el compromiso de la Proveeduría Institucional y estamos esperando la revisión (del cartel) de la Asesoría Jurídica para sacarlo en el menor tiempo posible”, detalló.
¿Cuándo y cómo fue el trámite que se le dio al primer cartel de licitación para la contratación del equipo de producción para el festival?
Se trata de una odisea administrativa de 10 meses. El Centro de Cine comenzó a trabajar en ese cartel en julio del año pasado, el cual pasó en octubre a revisión de la Proveeduría Institucional del Ministerio de Cultura.
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Ese departamento no hizo observaciones, y en noviembre se publicó el cartel de licitación en SICOP (Sistema Integrado de Compras Públicas), por un monto máximo de ¢250 millones.
La licitación siguió el proceso normal y hubo dos oferentes.
A causa de que la adscrita no cuenta con su propia asesoría legal, debido a que la ministra de Cultura, Nayuribe Guadamuz, trasladó en diciembre a su abogada al Centro de Patrimonio, el análisis legal de las ofertas le correspondió a la Asesoría Jurídica del MCJ.
Se aprueba una de las ofertas y la otra no porque no cumple con los términos legales del cartel; además, la Asesoría Jurídica emite una serie de observaciones a la Proveeduría Institucional sobre el documento ya publicado en SICOP, “con el fin de que sean valoradas”, de previo a emitir el acto final del concurso.
A pesar de que el oficio solo fue enviado a la Proveeduría, el Centro de Cine ve con el proveedor cómo atender algunas de las observaciones y acepta otros de los cambios sugeridos para mejorar el cartel del 2024.
Posteriormente, en marzo, se firma el contrato para el equipo de producción entre la Proveeduría Institucional del MCJ, el director del Centro de Cine y el proveedor (Luis Carlos Baptista Da Silva Canhoto).
Luego, le corresponde a la Asesoría Legal el refrendo interno (o no) y aprobación (o no) del contrato suscrito. El 28 de abril, último de los 15 días hábiles que tenía para responder, la Asesoría Legal del MCJ emite por la noche un oficio (MCJ-DM-AJ-240-2023) de 39 páginas en que “se deniega el refrendo interno, y por consiguiente no se aprueba el contrato sometido a estudio”. Es la misma oficina que aprobó al oferente, solo que otro abogado y otro encargado de Asesoría Jurídica.
El no refrendo se da a causa de “fallas graves” en el cartel y que no permiten la corrección, le explicó Edwin Luna Monge, encargado de la Asesoría Jurídica a La Nación. “Son cláusulas abiertamente contrarias al ordenamiento jurídico”, agregó.
Según se lee en el documento del no refrendo, los errores jurídicos incluyen dejar abierta la posibilidad de que una persona externa al Centro de Producción Cinematográfica realice la supervisión de los servicios contratados, la falta de la la justificación técnica y legal para contratar las dos salas del Cine Magaly, la falta de especificaciones en el equipamiento de las sedes, los cuestionamientos acerca del servicio de catering y la alimentación para funcionarios públicos y la necesidad de “argumentos sólidos” que demuestren los motivos por los que se debe pagar a “miembros del comité y jurado”, entre muchas otras observaciones.
“Mi posición al respecto es que nosotros no somos abogados. No puedo emitir un criterio técnico si es cierto o no que el cartel tiene errores jurídicos. Eso le corresponde a Asesoría Legal. Mi cuestionamiento, y mi temor, es que eso haya salido el 28 de abril y no en octubre del 2022, cuando se presentó ese cartel”, dijo el director del Centro de Cine.
Al preguntarle al encargado de Asesoría Jurídica acerca del contrato firmado, afirmó que hubo un acto de adjudicación válido; no obstante, faltaba un paso fundamental: el refrendo. “Lo que pasó aquí es que el trámite fue válido, ¿verdad? O sea, se llega hasta ese momento, pero no es eficaz, porque no se le rinde el refrendo interno”, explicó Edwin Luna Monge.
Un detalle, que enturbió más el proceso, es que en SICOP el oficio del no refrendo fue subido con el mensaje de “aprobado” y no de “rechazado”.
Luna admitió que hubo un “error material” al registrar el documento del no refrendo en el sistema; sin embargo, asegura que el oficio es claro en las razones para negar el refrendo y recuerda que “la forma no puede ir por encima del fondo”. La Asesoría Jurídica emitió el 10 de mayo una aclaración sobre este tema del registro del no refrendo.
¿Por qué no se solucionó en estos meses anteriores? En este punto, no hay acuerdo alguno. La Asesoría Jurídica asegura que no se corrigieron las observaciones hechas al cartel, mientras el Centro de Cine asegura que hicieron cambios con el proveedor y que otras modificaciones se harían en el siguiente cartel porque en este era “cambiar las reglas del juego”, entre otras razones.
Ante el no refrendo, hubo una reunión en el Ministerio de Cultura para analizar si había subsane posible. La respuesta fue que no había otro camino más que hacer un nuevo cartel y, por eso, esta semana se anunció que el CRFIC se trasladaba para octubre de este 2023.
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¿Por qué el Centro de Cine debe contratar a un equipo de producción para realizar el Costa Rica Festival Internacional de Cine?
El Centro Costarricense de Producción Cinematográfica es una institución pequeña que cuenta con 12 funcionarios, de los cuales 8 son administrativos. Para producir un festival de cine internacional s requiere un equipo muy grande y coordinado, que va desde programadores, que se encarguen de ver y analizar 400 películas, especialistas en gestión cultural, hasta gestores culturales y personas que se encarguen de reservaciones de hoteles y atención de invitados internacionales que vienen a dar capacitaciones especializadas.
Raciel del Toro, director del Centro de Cine, explicó que durante el CRFIC puede haber trabajando unas 100 o 120 personas, por lo cual el evento es también un gran empleador para un sector con pocas posibilidades.
Por último, y más importante, ¿cuál es la importancia del CRFIC para Costa Rica y para el medio audiovisual?
El Costa Rica Festival Internacional de Cine es el segundo evento más grande del Ministerio de Cultura y Juventud, después del Festival de las Artes. “Luego de 10 ediciones, ha logrado posicionarse como uno de los principales eventos de su tipo en la región de Centroamérica y Caribe”, comentó Raciel del Toro, director del Centro de Cine.
- Es una plataforma de visibilización y estreno de lo mejor y más reciente del cine de Centroamérica y del Caribe de cara a la comunidad audiovisual internacional.
- Es uno de los pocos espacios en Costa Rica de exhibición de cine no comercial, con una oferta de casi 80 películas que no llegan a las salas de un mall. No solo muestra las producciones en sus sedes en San José, sino que cuenta con un programa para llevarlas a seis comunidades donde no hay sala de cine ni se proyectan películas en otros espacios.
- Es un evento que da incentivos y apoyos económicos para obras audiovisuales en desarrollo o en etapa de posproducción.
- Ofrece talleres y capacitación profesional no formal de temas técnicos relacionados con el cine que no se imparten en las escuelas de cine.
- Genera empleo para el sector artístico y cultural nacional. “En su momento álgido tiene contratadas entre 100 y 120 personas del sector artístico”, puntualizó Del Toro.