Truénganos y fusínganos. Bombas y bombetas. Explosiones y balazos. Apelotamiento de planos. Gran trabajo en la sala de montaje. Esto es el filme 13 horas: Los soldados secretos de Bengasi (2016), cuya autoría se adivina fácilmente con solo ver la película. Su director es Michael Bay.
Lo formal es capaz de atraparnos durante algunas secuencias. El patriotismo militar es su idea básica. Agreguen alguna que otra pincelada melodramática para manipular más al espectador. Esas son partes unívocas del estilo de Michael Bay, presentes ahora más que nunca con su filme 13 horas .
Hay quienes conocen dicho estilo con el nombre de “bayhem”: cine convertido en puro espectáculo, donde poco importan el encuadre o el valor del plano, solo interesa que la cámara se mueva frenética, que la banda sonora sea capaz de aturdir y que el montaje nos meta en delirantes tiempos narrativos.
Si las actuaciones son buenas o malas, poco importa. Más que el cruce de diálogos, a esta película le interesa el cruce de balas y morteros en repetidas batallas interminables de sujetos siempre “buenos” contra sujetos “malos” por naturaleza.
Ya se sabe: los “buenos” pertenecen al ejército de Estados Unidos. Sucede como en aquellas viejas películas de vaqueros, con las batallas entre blancos y apaches, mientras estos rodean un fuerte de los primeros.
Ahora, se trata del asalto a dos sitios de la política estadounidense en Bengasi, lugar donde se hicieron fuertes los opositores a Gaddafi hasta su derrocamiento, logrado con la ayuda de bombardeos de la aviación de Estados Unidos sobre Libia y la acción oculta de su centro de espionaje: la CIA.
Esos sitios atacados por fuerzas libias no definidas son la embajada de Estados Unidos y una cercana estación de la CIA. Un pequeño grupo resiste y defiende el cuartel de la CIA: son agentes mercenarios contratados por el gobierno de Estados Unidos por la ruta de empresas privadas.
Estos soldados por contrato sacuden sus valentías ante el abandono del propio gobierno de Estados Unidos, que le da largas al asunto. Lo que vemos con la película son largos combates entre defensores del sitio y quienes los atacan: pura descripción.
Hay algunas alusiones al compañerismo de los defensores estadounidenses y, en ellos, aparece el patriotismo por su país. Esto los nutre. ¿Para qué superhéroes al estilo de un cómic? El director Michael Bay los tiene con soldados, suma de la valentía de su país: Estados Unidos.
13 horas es película que no necesita ser narrada desde la interioridad de su guion. No hay complejidades de nada. Quedan algunas pocas buenas imágenes y el resto es cine de choque para dinamizar secuencias (no más), con buenos juegos del color y elaboración de “noches falsas”.
Entre tantas balaceras y explosiones, el filme es anodino. Sin embargo, por extraño que parezca, Michael Bay puede dejar enseñanzas de lo que sí y de lo que no debe hacerse con el cine de acción. Ahí queda.
Ficha técnica
Película: ‘13 HORAS’
Calificación: Dos estrellas de cinco posibles
Título original: ‘13 Hours: The Secret Soldiers of Benghazi’
EE.UU., 2016
Género: Acción
Dirección: Michael Bay
Elenco: James Badge Dale, John Krasinski
Duración: 144 minutos