No sé si ustedes recuerdan una película francesa muy cálida que se exhibió en el país con el título de ¿Y si vivimos todos juntos? (2011), dirigida por Stéphane Robelin, con Jane Fonda, Geraldine Chaplin y Pierre Richard, entre otros.
En ese momento escribí que estábamos ante una comedia exquisita, la que apostaba a demostrar que –en estos tiempos– las personas adultas mayores son más rupturistas que los jóvenes, porque estos últimos viven más “acomodados”.
Pues, hoy, el mismo director viene con una comedia que pretende recordarnos esa moraleja y, para ello, le da un moderno toque de cuerda a la conocida historia del libertino y epistológrafo Cyrano de Bergerac.
La película de Stéphane Robelin que se ha estrenado en estos días nos llega con el título de Amor en línea (2017) y, por supuesto, todo el asunto epistolar –al estilo de Cyrano– se mostrará aquí por medio de Internet y uno de sus sitios para encontrar pareja. Esta vez, el personaje se llama Pierre.
Pierre es un viudo jubilado siempre metido en la casa, por lo que huele a añejo y a comején. Para animarlo, su hija contrata a Álex para que le enseñe conceptos básicos de un ordenador y de Internet. Así es cómo Pierre le llega a un sitio web de citas y conoce a Flora96, joven que se interesa por él...
El problema, la complicación o el enredo vienen cuando la chica quiere conocer a Pierre, ¡ajá!, porque este ha utilizado la foto de perfil de Álex (sin que el joven lo sepa).
Para que Flora no se entere de que Pierre es un viejo, le toca a Álex ir a verla en las citas; sin embargo, es Pierre quien le escribe los correos llenos de amor y de cuantas eficaces mentiras románticas pueda haber: son epístolas por la red.
Por supuesto que esto trae una serie de chanchullos que aquí no vamos a contar, enredos en los que se ven involucradas más personas de las tres aquí mencionadas. Por ejemplo, Álex mantiene una relación amorosa con la nieta de Pierre, sin que el jubilado lo sepa.
Amor en línea es filme que logra muy bien plantear, acrecentar y llevar a su clímax no solo una gozosa historia de amor, sino también un alegre gatuperio o embrollo que pasa por buenas secuencias, incluso al estilo de un vodevil, que pasa también por agudos diálogos.
Por supuesto que, en el fondo de esta comedia, hay una burla a ese estilo de vida donde los humanos parecemos abejas, pero no tras el dulce de las flores, sino tras el clac adictivo de un teclado y de una pantalla, sea en una computadora (como en el filme) o en un celular inteligente (¿se le llama “inteligente” por contraposición al usuario?, ¿o no?).
Con todo, Amor en línea no permite que el discurso crítico le impida a la trama avanzar con el mejor calibre de su humor, a la vez que vamos sintiendo la calidez de la película y su bondad: vemos que la felicidad del filme no reside solo en su final, sino también en su recorrido, aunque deja hilos sueltos en distintas ocasiones (lástima).
Pese a eso último, esta película camina con fluidez narrativa, porque no hay nada a trompicones ni secuencias de mera autocomplacencia. El humor lleva a una sosegada historia de amor con bien entendido humanismo (sobre todo al cerrar la trama).
No hay duda que la película gana montones con la presencia de ese gran actor que es Pierre Richard (como Pierre, el jubilado socarrón), ¡cómo crece esta comedia cuando está en escena dicho actor! (por cierto, ya lo habíamos visto en el filme antes citado de Stéphane Robelin: “¿Y si vivimos todos juntos?”).
Si usted quiere pasar un buen momento con buen cine en arte de comedia, aquí le queda esta recomendación. Lo que le queda es aprovecharla.
AMOR EN LÍNEA
Título original: Un profil pour deux
Francia, 2017
Género: Comedia
Dirección: Stéphane Robelin
Elenco: Pierre Richard, Yaniss Lespert
Duración: 99 minutos
Cines: Nova, Lindora, Terramall, Metrópoli
Calificación: CUATRO ESTRELLAS ( * * * * ) de cinco posibles