Vuelve Rayo McQueen, el conocido y querido auto número 95, quien ha hecho las delicias de su público seguidor, que lo vitorea en las pistas de carreras (dentro de la pantalla). Es un universo recreado como cuento infantil para el cine, donde todos los carros hablan, sienten y piensan como si fuesen humanos.
También hay un público fuera de la pantalla, espectador de las historias ahí narradas, que igual goza de las aventuras del automóvil rojo y sus amigos. Es el público que asiste hoy a la tercera película con dicho personaje, titulada Cars 3 (2017).
La película significa el debut como director de Brian Fee, quien ha sido animador gráfico en las dos anteriores de esta saga (2006 y 2011).
La verdad que no le ha salido muy bien el asunto al señor Fee, porque si algo tiene Cars 3 –en su contra– es su monolítico y poco creativo talante visual. Se pierde la sorpresa.
En cuanto a la trama, esta peca por hacer superficial un tema que podría haber tenido mejores logros en su conceptualización: el de la edad, el asunto del retiro a tiempo de los deportistas y lo que esto significa para ellos. El asunto merecía tragos fuertes y no cucharaditas, como lo hace el guión y se visualiza el filme.
Cars 3 muestra de nuevo que una comida mal cocinada se produce cuando hay exceso de cocineros.
Aquí la cantidad de guionistas hace que se tropiecen entre ellos y pierdan pista en la carrera de ideas. Los firmantes de historia y guion son: Kiel Murray, Bob Peterson, Mike Rich, Ben Queen, Eyal Podell, Jonathon E. Stewart y el propio director: Brian Fee. ¡Ven, demasiados!
Lo cierto es que el núcleo argumental se diluye durante gran parte del metraje: el asunto del gran Rayo McQueen vencido por nuevas generaciones de autos corredores, cargados de una tecnología más solvente por ser más moderna. También el asunto de la revolución tecnológica se pierde fácilmente como subtrama. De ahí, el diseño de los personajes pierde fuerza; aunque he de aceptar que estos son los sujetos que menos me atraen de la extensa galería presente en el cine animado actual: son personajes expresivamente muy tiesos, sí, por ser lo que son.
No solo pierde fuerza el diseño contrapuesto de distintos personajes, sino también el propio planteo de situaciones, lo que lleva, eso sí, a un desenlace inesperado (lo mejor del filme y lo que lo salva de la bancarrota en cuanto a su calidad se refiere).
Por colada, eso hace que los diálogos resulten insípidos o nada trascendentes dentro de la propia historia ahí narrada. Lo otro, creo que ya lo dije: lo poco que destaca este filme animado con lo visual, en su aspecto escénico y, agrego, una mala tercera dimensión, que también pude ver esta película en 3D. Vale señalar que Cars 3 empodera muy bien el tema de lo femenino, lo que se destaca hacia el final de la película. Se trata de cine animado a medio tanque, que corre el riesgo de aburrir más a los niños que a los adultos.
Ficha técnica
Título Original: ‘Cars 3’
EE.UU.: 2017
Género: Animado
Dirección: Brian Fee
Elenco: Animado
Duración 110 minutos
Cines: Cinépolis, CCM, Multi, Citi, Nova, Cinemark