Una muchachita es atropellada por alguien que se da a la fuga con su auto. Ella parecía huir de algo o de alguien. La muchachita, llamada Ámbar, es hija de un detective privado, Helmut (encarnado por Freddy Víquez), con quien trabaja Raquel (Paula Sartor).
Hasta ahí. El resto es investigar el asunto mientras los personajes llevan por dentro su procesión, en una especie de mezcla de policial poco excitante con melodrama, que no logra ir lo suficiente adentro de sus personajes, ni de Helmut, que, para el caso, es lo que más le interesa a la trama.
Lo que nos queda es una mirada neutra, a medio camino entre el evidente mérito formal (digamos: corrección formal) y la pretensión de contar una historia. Lo primero es característica del realizador Esteban Ramírez, quien conoce su oficio con oficio; lo segundo es ya característico del cine costarricense, esto es, la debilidad de sus guiones.
El guion viene firmado por el propio Esteban Ramírez y por Agustina Liendo, aunque más bien semeja un “esquema de pasos” o “escaleta” (‘step outline’) que transcurre de manera morosa, con igual y remisa actitud, prácticamente negligente, con sentido televisual más que fílmico.
Les digo que series como CSI: Miami (canal AXN), con el pausado David Caruso al frente, tiene más ajetreo y más ardid policial. Igual, tiene más dilemas el detective Krister Henriksson como Wallander en la serie sueca del mismo nombre, que se transmite aquí por Film&Arts.
¡Ambas series con menos tiempo de metraje!
Hay momentos en que Ámbar no transcurre con su trama: más bien parece que se arrastra.
LEA MÁS: ‘Ámbar’: Diputados, faranduleros y gente de teatro disfrutaron del nuevo filme de Esteban Ramírez
En hondura psicológica, el filme semeja la mirada de un león de piedra de los que se colocan en juegos esculturales. Desde la irregular definición de personajes, desde el débil planteamiento de situaciones, desde el superficial desarrollo de diálogos y desde su pronto colapso del argumento, surge algo bueno. Veamos.
Primero, el ojo clínico de Esteban Ramírez para colocar la cámara y, con la ayuda de su equipo de fotografía, donde se empoderan los nombres de Sebastián Gallo y de Sebastián Andrés Gallo, se obtienen transiciones (empalmes), encuadres y planos no solo exquisitos, sino también muy atinados en función de lo narrado.
Hay otro gran mérito. Lo es la música de Bernal Villegas. Excelente en cada tramo que le corresponde tener presencia, donde la película se enhebra. La música es un elemento constructivo para subrayar las imágenes.
Por último, es de lamentar la dirección de actores, si se puede hablar de ella. Para retomar una idea de Raymond Chandler, actores y actrices (peor con Freddy Víquez) trabajan de manera monótona: “como jugar a las cartas en una mesa en la cual todos tienen ases”. Si se ha de salvar a alguien será a Álex Costa, pero su papel es breve.
No más.
Esta crítica cumple el papel de liturgia y no de privilegiado trabajo, es oficio del siglo XX (decía Cabrera Infante) y ha de morir con el cine- arte, ese que agoniza hoy.
Ficha técnica de Ámbar
Título original: Ámbar
Costa Rica-Argentina, 2020
Género: Policial
Director: Esteban Ramírez
Elenco: Freddy Viquez , Jorge Marrale , Paula Sartor , Álex Costa, Agustín Pardella y Andy Gamboa
Duración: 83 min.
Calificación: DOS estrellas ( * * ) de cinco posibles
Plataforma: Cinépolis, Nova Cinemas, Cinemark, CCM, Studio