En la obra “Ricardo III”, de William Shakespeare, en un momento de la lucha, este dice: “Un caballo, un caballo, mi reino por un caballo”, para luego morir y perder la batalla. En la película Avengers: Endgame (2019) solo falta que Thanos diga “las gemas, las gemas, mi reino por las gemas”.
Con equilibrio milimétrico en su estructura narrativa, con envidiable manejo de ritmo y pausas, los hermanos Joe y Anthony Russo nos ofrecen el cierre de una larga saga de aventuras con superhéroes sustraídos –para el cine– de ese espacio tan digno del ocio que es el cómic.
Está claro que Avengers: Endgame no tiene igual captación para quienes hayan visto o no las 21 películas anteriores: del todo y en sus detalles, es más difícil entenderla para quienes no hayan visto las antepuestas.
Sí, estamos ante un filme que nunca se sostiene en sí mismo, o sea, nunca es película “autotélica”: no puede mirarse al ombligo, porque pide historias contadas en películas anteriores. Hay otros filmes en su eje dramático. En el futuro, tal vez eso le será desventaja dramática para subsistir como película de culto.
Entonces, alguien podría decir que se trata de un filme predigerido, pero esto no le hace mella a su buena estructuración dramática, a su mejorado diseño de personajes, a sus actuaciones bien servidas, a su magnífico tiempo narrativo (timing), a su estado emocional apasionado y al buen manejo de los diálogos para amarrar su trama.
También goza de un planteamiento noble, especie de ética kantiana, cuando sus personajes están siempre dispuestos a dar la vida por devolverle a la humanidad la felicidad que ha perdido por culpa del mal, encarnado por Thanos, personaje que no actúa a lo loco, sino con una propia y discutible filosofía.
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Así, los superhéroes vienen a ser futuristas prometeos o cristos. En esto, es inolvidable la secuencia en que dos de ellos (él y ella) pelean fuerte entre sí, porque uno de los dos debe dar la vida por la causa y cada uno quiere que el otro sobreviva.
Con buen humor incluido dentro de la tensión narrativa, el filme diseña bien sus momentos: el reencuentro de los superhéroes, que amplía el conocerse entre ellos; la toma de la decisión de lucha, claro enfoque de la necesidad del sacrificio; el viaje en el tiempo, que permite a los personajes ahondar en la percepción de sí mismos; y la lucha final, ejemplo de solidaridad aún entre sujetos tan especiales con sus poderes.
Importantes glosas narrativas discurren entre tanto que aquí no podemos describir, so pena de contar partes del argumento, pero que pasan por la sororidad, por la igualdad racial y por la ausencia de cualquier discriminación. No es poco, ¿cierto?
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Finalizo con un aplauso para “Avengers: Endgame”, entretenimiento que va más allá de eso, porque igual es bien elaborado proceso de aglutinación de conceptos humanistas, así dentro de su autonomía estética, con secuencias visuales que quedan en la retina al salir del cine. ¡Salud, superhéroes!
AVENGERS: ENDGAME
Título original: Avengers: Endgame
Estados Unidos, 2019
Género: Fantástico/Acción
Director: Joe Russo, Anthony Russo
Elenco: Robert Downey Jr., Chris Evans, Scarlett Johansson
Duración: 181 minutos
Cines: Nova, San Pedro, Cinépolis, Cinemark, Citi, Studio, CCM
Calificación: CINCO estrellas ( * * * * * ) de cinco posibles