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El cine tiene la habilidad no solo de narrar historias, sino también de hacernos vivir las emociones que saltan de esas historias. Desde esa perspectiva, uno puede estar de acuerdo con el novelista, dramaturgo, guionista y cineasta estadounidense David Mamet cuando afirma que una película es también una representación de lo emocional.
Ejemplos hay bastantes en el tránsito del sétimo arte; sin embargo, para ir al día, basta con citar el estreno de un filme que ahora está en el cine Magaly y el viernes en la plataforma de Netflix: Historia de un matrimonio (2019), dirigido por el neoyorquino Noah Baumbach.
Los ejes narrativos de la película son tradicionales, pero así es como mejor suenan (como dice la canción de Atahualpa Yupanqui sobre los ejes de su carreta). Entonces, lo que vemos es un matrimonio feliz, con un hijo pequeño, cuya placidez se quiebra por culpa de una infidelidad. Se separan.
Lo que sigue es la riña fuerte y el paso al rencor de parte de la pareja, la cual, a la vez, pelea por el hijo. Es intensa la lucha, aunque sin llegar a los extremos inolvidables de aquella gran comedia negra que es La guerra de los Roses (1989), dirigida por Danny DeVito.
Como ven, el esquema narrativo no pasa de eso: de ser un esquema; pero el mérito del filme es la vivencia que el director Noah Baumbach logra darle al conflicto con la colaboración de las buenas actuaciones de Scarlett Johanson y de Adam Driver.
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La comunicación que se da entre el filme y el público es emocional. El mérito está en que Historia de un matrimonio va más allá de una simple fórmula evocadora de sentimientos, propia del melodrama, y logra introducirse en la tragedia interior que la separación implica para ambas partes del himeneo: ella y él.
El filme evita alargarse en el amorío inicial y pronto el exceso de galantería se convierte en malaventura. Es cuando el filme brota con alta calidad para mostrar que la separación amorosa es pleito de aves de rapiña potenciado por distintos abogados.
Historia de un matrimonio es filme que, convertido en estado emocional, no se deja llevar por “aguas locas”, sino que es pasión irracional muy bien conducida por la dirección (excelente). Es evidente que el director no suelta a sus actores ni estos sueltan a sus personajes.
Por momentos, el filme comete el error de recurrir a peroratas explicativas, pero igual logra potenciar situaciones en las que los diálogos son envoltorio de un proceso de degradación, proceso que rompe la falsa ilusión existente desde la boda. Decía el escritor inglés Bernard Shaw que el matrimonio es una trampa de la naturaleza (para el amor).
En lo personal, prefiero este tema en comedias a lo Woody Allen y no en cine con cilicio, pero he de reconocer que Historia de un matrimonio es buena película.
Ficha técnica
Título original: Marriage Story.
País: Estados Unidos, 2019.
Género: Drama.
Dirección: Noah Baumbach.
Elenco: Scarlett Johanson, Adam Driver.
Duración: 136 minutos.
Cines: Nova, Magaly.
Plataforma: Netflix.
Calificación: Cuatro estrellas de cinco posibles.