Lo digo de una vez, por si alguien quiere ahorrarse la lectura de esta crítica sin conocer razones: la película costarricense Hombre de fe (2017), pretitulada con el nombre de su personaje, Kéylor Navas, y dirigida por la colombiana Dinga Haines radicada en Costa Rica desde los dos años, no es una mala película, lo que también significa que es una buena película.
Igual debo aceptar que con ese material a mano, se pudo haber logrado un mejor filme, ni lo duden, pero lo que salió no está mal, porque nos acerca bien al proceso de vida de un personaje que, desde niño, soñaba futbol, creía en él mismo y se empeñó en lo suyo pese a las adversidades, sobre todo la de la pobreza familiar.
Como hecho narrativo, el filme muestra el proceso de mejoramiento del niño Kéylor Navas, quien igual tuvo que lidiar con aliados y adversarios, siempre, hasta su gran momento, esto es, su contrato como guardameta de uno de los mejores equipos de futbol del mundo: el Real Madrid.
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El filme lo retrata bien, aunque a veces uno siente que las transiciones entre distintas secuencias son bruscas, sin un arte visual que las encadene o las haga fluir de manera más oportuna. Pese a esto, la relación del niño amante del futbol con su entorno (paisaje, atmósfera y otros personajes) está muy bien lograda.
Amén de su logro visual, la función significativa del paisaje se marca con claridad en las distintas etapas del personaje. Está claro que el trabajo de fotografía se convierte en soporte primario al mostrar la función expresiva del paisaje como parte de la historia: es la relación dialéctica entre el sujeto y el medio que lo rodea.
Con la música eso sucede solo por tractos. El problema de Hombre de fe es que su banda sonora tiene más música de la cuenta. Por más que uno trate de cerrar los oídos, la música sigue ahí de manera terca y hasta lejos de las imágenes.
Entre fotografía y música tenemos una de cal y otra de arena. Aún así, el argumento logra siempre manifestarse de manera limpia y coherente, este filme nunca se pierde en subtramas inútiles: las que existen enriquecen lo lírico y lo dramático de la trama, según les toque.
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Es una lástima la mala dirección actoral. Con mejores actuaciones, este filme se habría levantado mucho más. Son tan malas las actuaciones que parecen estar en otra película, excepción hecha de Milena Picado, como la madre de Kéylor Navas, aunque el diseño de su personaje se parece más al de una modelo de ciudad que al de una madre forjada en el campo.
Quienes creían que el aspecto religioso iba a ser molesto, se equivocaron. Sin dejar de mostrarlo, el relato jamás se ve afectado porque lo religioso nunca se comporta como discurso. Tampoco lo futbolero, pese a ser la biografía de un futbolista: es lo humano lo que domina, por lo que el todo se percibe antes que sus partes. Es lo mejor del filme (lo peor es la presencia de canal 7).
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Las emociones de Hombre de fe vienen de una historia contada sin manipular al espectador con falsos sentimentalismos. De su amable sencillez salta esta película humanista, que si bien habla del triunfo de un sujeto, nunca olvida que –en ello– hubo un esfuerzo social donde otros también se sacrificaron.
Ficha técnica de Hombre de fe
- Costa Rica, 2017
- Género: Biográfico
- Dirección: Dinga Haines
- Elenco: Matt Márquez, José David Coste
- Duración: 93 minutos
- Cine: Cinépolis, CCM, Cinemark, Citi, Studio
- Calificación: TRES estrellas ( * * * ) de cinco posibles