Decía el francés Sartre (Jean-Paul Charles Aymard Sartre) que la literatura es un descubrimiento del hombre y su mundo. Lo mismo vale para el cine como arte y, creo, es la propuesta que pretende darnos la realizadora costarricense Patricia Velásquez con su segundo largometraje, luego de Dos aguas (2015).
Así, como afirma el lingüista búlgaro Tzvetan Todorov, el arte no sería nada si no nos permitiera comprender mejor la vida. Luego de ver dos veces la nueva película de Velásquez, titulada Apego (2019), me parece que por ahí trató ella de ubicarla conceptualmente.
Su opción fue la de narrar a partir de ciertos personajes: inmigrantes que llegaron a Costa Rica en tiempos de la dictadura militar de Augusto Pinochet en Chile. Luego, con esos personajes y sus descendientes, resumir la filosofía o pensamiento de su película.
Los personajes que le dan cuerpo a Apego son Julia y Andrés, pareja de años. Sin embargo, el principal vehículo para descubrirnos la propuesta conceptual del filme es Ana.
Con dos hermanos, Ana es hija de Julia y Andrés y es madre de dos hijas; ella se ha separado de un marido irresponsable. Desde Ana y con Ana, el mundo es caleidoscópico, por ahí pasan la rememoración del pasado, el amor a la tierra abandonada, el amor a la tierra que recibe y las contradicciones al interior del núcleo familiar.
¿Con tan buen material a mano para comprender mejor la vida, como dice Todorov, por qué Apego deviene filme superficial, poco eficaz, o mejor dicho, poco convincente?
Está claro que la ruptura en tres capítulos de la unidad dramática del filme le ha sido fatal a su estructura narrativa: cada ruptura nos pone en blanco para recomenzar sin necesidad alguna.
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Patricia Velásquez muestra debilidad en el manejo de la dirección actoral; así, nunca logra darnos personajes que vivan el drama desde adentro de su dialéctica, lo que resulta peor con Kattia González como Ana, actriz a la que hizo falta sacudirla para que fuera capaz de exponer distintas emociones y situaciones de Ana.
Es posible que la rigidez de la cámara (lo cual es una opción) no sea la mejor respuesta para enfocar los sucesos habidos en la película. Patricia Velásquez se corrió el riesgo y le fue fallido (lo digo con actitud dialógica, consciente de que las palabras del crítico pueden dar lugar a otras palabras).
Por otra parte, la superficialidad de los diálogos no conduce a nada: les falta fuerza, les falta tensión, les falta provocar y les falta ahondar.
La puesta en escena, más bien teatral, resulta neutra entre cierta corrección formal y la poca ambición por estructurar el relato con más pasión. No dudo que Patricia Velásquez quiso aglutinar un punto de vista importante sobre la vida, pero le resultó a medias.
Alabo la fuerza evocadora de la música y su capacidad de enhebrarse con las imágenes. El montaje logra buen cambio de los escenarios fotografiados con el tiempo de los histriones en ellos, aunque ver a personas reconocidas del medio cultural del país no más haciendo loco en una fiesta solo me hizo reír: horrible tropezón del filme.
APEGO
Título original: Apego
Costa Rica, 2019
Género: Drama
Directora: Patricia Velásquez
Elenco: Kattia González, Teresita Rojas, Leonardo Perucci
Duración: 80 minutos
Cines: Nova, San Pedro, Cinépolis, CCM, Magaly
Calificación: DOS estrellas ( * * ) de cinco posibles