El cineasta costarricense Hernán Jiménez le entra con entusiasmo a la que significa su tercera película: Entonces nosotros (2016), título que –dicho sea de paso– no me dice nada, ni antes ni después de ver el filme por dos veces.
La pregunta sería: ¿entonces nosotros, qué? Ese título, sin concepto claro en sí mismo, más parece una jitanjáfora de las que habló el ensayista mexicano Alfonso Reyes: enunciado carente de sentido o expresión sin significado, ni siquiera luego de ver la película.
LEA: 'Entonces nosotros': la cómica agonía de un amor
Entonces nosotros, con guion del propio Jiménez, es relato más bien simple, aunque no sencillo: tiene complejidad emocional. Se trata de una pareja joven (Diego y Sofía) que pasa un mal rato, sin que haya mayor análisis de la crisis entre ellos.
Interesante, pese a inquirir poco en el drama interno de los personajes, el filme obtiene un buen diseño de tales: son sujetos comprensibles y se nos permite estar dentro de su liviana escaramuza de pareja, para lo cual se utiliza bien la ruptura de la llamada cuarta pared: la vida de los personajes nos domina.
Para arreglar sus líos, la pareja decide viajar al idílico paisaje de una playa. Cuando uno tiene más años, sabe que eso es inútil y que –a lo sumo– es efímero apagafuegos, pero Diego y Sofía no lo saben. Ellos creen que el mar, las cervezas de tal marca, la fiesta, la luna, el sexo renovado y otros detalles les van a “atornillar” la relación.
Punto de giro: he aquí que aparece una joven bella y animosa, Malena, quien enreda las cosas porque sí… y no se puede contar en esta crítica.
VEA: Hernán Jiménez: 'No quería caer en la tentación de un final fácil...'
La relación de los tres mejora el buen diseño de personajes. En tanto, la cámara alterna –con arte puntual– algunas tomas panorámicas con planos de personajes (algunos de tímida sexualidad).
De manera imprevista, hay diálogos chispeantes que devienen el conflicto amoroso en asunto de contrastes para el espectador. Los diálogos llevan bien el relato y mantienen dadivosa coherencia con los acontecimientos, tanto del dilema principal como los de la subtrama de una fiesta báquica moderna por ahí.
Entonces nosotros no es filme cursi. Hernán Jiménez, como buen director, es oportuno y cuidadoso con el tono de su filme. Lo es también con el ritmo y hay que aplaudir el trabajo en la sala de montaje (edición), porque hay excelentes soluciones visuales de posproducción.
Entre los méritos están por igual las buenas actuaciones de las actrices Marina Glezer y Noelia Castaño (es difícil imaginar esta película sin ella: talento y encanto a la vez). Ambas contraponen bien sus condiciones histriónicas.
Por su parte, Hernán Jiménez corrobora lo que hemos dicho antes: es buen director de actores, menos con él mismo, porque su actuación es –como en El regreso – el eslabón débil de la cadena. ¿Por qué tan necio? Esperemos que no sea vanidad.
DIÁLOGOS: Hernán Jiménez: 'La gente sigue dándome el beneficio de la duda'
Da gusto recomendar cine costarricense cuando vale la pena y no como otras personas, quienes alegan que todo cine es bueno solo por ser del país. El de Hernán Jiménez es un cine al que no se le debe perder huella.
La película
Título original: Entonces nosotros (Costa Rica, 2016)
Género: Drama
Dirección: Hernán Jiménez
Elenco: Hernán Jiménez, Noelia Castaño, Marina Glezer
Duración: 87 minutos
Calificación: Cuatro estrellas ( * * * * ), de cinco posibles