Dos reacciones muy marcadas se notan en los espectadores ante la reciente película (2019) de Quentin Tarantino: Érase una vez… en Hollywood. Están quienes la rechazan hasta con enojo y, por otra parte, quienes la aman y se involucran con ella de manera fiel.
De lo que no dudo es del afecto que le puso Tarantino a esta evocación de una época del cine y de la televisión, como si fuese un cuento de hadas (“érase una vez…”). Ello se siente ante el sumo cuidado con que está resuelto el filme.
No se trata solo de la magnífica dirección artística, no solo eso, es toda su sintaxis. Es un lenguaje creativo al servicio de un relato que no logra correr fluido del todo, pero capaz de sorprender a cada momento por su audacia narrativa.
Esta película está servida de la mejor manera dentro de las categorías de los más distintos géneros, lo que resulta evidente plano a plano o secuencia a secuencia. Si alguien se quedó sin entender ciertas partes, no es culpa de Tarantino, sino de una sociedad que ya casi ni se informa. Esto último resulta imperdonable en alguien que se crea cinéfilo.
Puedo pensar en Érase una vez… en Hollywood desde un trazo mitológico, según la historia de Pigmalión, quien se enamoró de una escultura hecha por él mismo, signo de la relación entre el artista y su obra. Siento así a Tarantino con Érase una vez… en Hollywood. Feliz. Amante. Creativo. Pienso que así tomó y toma vida este filme, como si fuese Galatea, la escultura hecha por Pigmalión.
No toda la trayectoria de Tarantino tiene igual regularidad fílmica, pero sus destrezas y la huella de su hábil mirada han logrado esta vez crear un filme coral (varias historias giran en ese carrusel), que lleva a la vanguardia la historia de un actor en plena decadencia, acompañado por su doble, y de una actriz en ascenso.
Con buena exposición visual, con solvencia narrativa y con fina ostentación de relatos paralelos muy bien montados, Tarantino nos cuenta una historia real, pero no como sucedió, sino como él habría querido que sucediera (en el cine sabrán de qué se trata).
Lástima: hay secuencias en que el filme se alarga sin necesidad, lo que le da a Érase una vez… en Hollywood una duración redundante y una morosidad injustificada (por ejemplo, la estadía de uno de los personajes en un campo hippie).
La película se nutre para desenvolverse de la (supuesta) vida del (supuesto) actor que encarnó al personaje de una serie televisual de la CBS, emitida entre 1958 y 1961. Así, el juego de la “realidad real” frente a la “realidad ficticia” es constante.
Al buen diseño de personajes responden las buenas actuaciones, importante para la mezcla de fantasía con realidad. Érase una vez… en Hollywood” no es la mejor película de Quentin Tarantino, pero es de las muy buenas. Espero verla un par de veces más: ¡tengo mucho que recordar gracias a esta película!
Ficha técnica
Título original: Once Upon a Time… in Hollywood.
País: Estados Unidos, 2019.
Género: Drama.
Director: Quentin Tarantino.
Elenco: Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie.
Duración: 1161 minutos.
Cines: CCM, Cinemark, San Pedro, Cinépolis, Citi, Studio, Nova, Magaly.
Calificación: Cuatro estrellas de cinco posibles.