Cuando el crítico de teatro Andrés Sáenz vivía, tuvimos una asidua polémica. Yo no estaba de acuerdo con su decisión, como crítico, de salirse a media función, solo porque esta era muy mala. Según yo, uno debe quedarse hasta el final para luego escribir la crítica con más razones.
No hubo manera, Sáenz siguió saliéndose de una sala de teatro si lo que veía le era de pésima calidad. Luego, así lo reseñaba en su crítica. Recuerdo esto porque nunca he sentido tanto deseo de salir de una sala de cine, ante una mala película, como ahora con el filme El reencuentro: La gran aventura del Galán (2019).
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Les digo que, al cierto rato, ese tal Galán me pesaba en los hombros, en la cabeza, en el ombligo, en los pies y hasta en las partes nobles. Es difícil pasar 104 minutos viendo la repetida fórmula, dizque humorística, de Édgar Cartín como el Galán, rodeado de personajes con diseño de maniquí cada uno, cuyas actuaciones semejan aquello de hacerse los muertos tan solo para que los velen.
Como no queda más que repetir los datos que aparecen en los carteles y en la pantalla, transcribo que Juan Manuel Montero es el director de la película, quien se limita a poner las cámaras al servicio del señor Galán, como parodia de un galán.
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De esa manera, a uno le queda claro que el “galanazo” se siente feliz ante las cámaras, mientras el “actor” se repite una y otra vez con las manías de su personaje (las mismas que él propone en televisión, incluso en las corridas de toros de Zapote). Ya lo sabemos, gato maullador no es buen cazador.
El reencuentro: La gran aventura del Galán no pasa de ser un mediocre producto de la industria del entretenimiento, esa que se inventa fórmulas para agradar al público y las remacha una y otra vez como si fuesen nuevas. En casos como este, pasar de la televisión al cine es asunto solo comercial y lo único que se necesita es ser lagarto y gallo a la vez para tener colmillo y espuela (al filme le mantienen hasta los comerciales).
Uno puede decir que este tipo de película es cine manipulado (desde la tele), porque el cine manipulado es el cine del consumidor acrítico, así desde sus elementos técnicos hasta el repetido “aija” (o lo que diga) por parte del personaje. ¡Cómo cansa esa muletilla! No olviden que es bueno el culantro, pero no tanto.
Es curioso ver cómo la subcultura de masas vive de la comercialización de la subcultura individualista (así sean superhéroes gringos o el Galán del caso). Incluso, podemos señalar que este tipo de cine cumple la función ideológica de impedir el desarrollo del pensamiento: es cine retardatorio.
La película tiene un momento valiente, cuando denuncia el maltrato de los migrantes en Estados Unidos, sobre todo ahora, pero ese momento no le alcanza para llegar a una recomendación de mi parte.
EL REENCUENTRO: LA GRAN AVENTURA DEL GALÁN
Título original: El reencuentro: La gran aventura del Galán
Costa Rica, 2019
Género: Comedia
Dirección: Juan Manuel Montero
Elenco: Édgar Cartín, Carlos Luis Torres
Duración: 104 minutos
Cines: Nova, Cinemark, San Pedro, Cinépolis
Calificación: UNA estrella ( * ) de cinco posibles