Desde que el inglés Daniel Defoe, en 1719, publicó las célebres aventuras de un hombre en una isla deshabitada cerca del río Orinoco, o sea, el famoso Robinson Crusoe, este asunto ha tenido muchas y muchas vueltas de tuerca. El cine y la televisión se dan gusto con el asunto.
Para Robinson Crusoe la inteligencia es la capacidad de adaptarse y de sobrevivir en nuevas situaciones. Quiérase o no, esa idea es la que le da algún sentido a un filme mediocre bautizado de manera llana con el título de Pasajeros , dirigido de manera anodina por Morten Tyldum.
Este filme no sabe manejar bien su idea original: la de un hombre solo en una nave espacial, quien se despierta de pronto de un sueño inducido en el que están 5.000 personas, todas enviadas a una colonia lejos de la Tierra. Al despertarse, sabe que su proceso de criogenización va a fallar.
El viaje dura 120 años y todavía faltan 90 para llegar a la ansiada colonia, especie de tierra prometida. Cuando se despierta Jim Preston (así se llama este nuevo Robinson Crusoe), se percata de que, pese a todas las comodidades de la nave espacial, él estará solitario por un montón de años en el cosmos.
Si en la novela de Daniel Defoe el señor Crusoe salva y conoce a Viernes, en este filme el solitario Jim Preston se encuentra de pronto con Arthur, camarero, solo que Arthur es un androide de hechura tecnológica avanzada.
El tiempo pasa y Preston decide no envejecer y morir en soledad monástica. Entonces toma la decisión más previsible, no la de despertar a los cinco mil soñadores, sino despertar a la más bella durmiente que él encuentre criogenizada. No lo hace con un beso, sino con un manual y, como en el cuento, ella se despierta.
Lo que sigue es un melodrama barato de amor con uniones, separaciones, nuevas uniones, problemas y sexo con la mentada pareja. Ella se llama Aurora y es periodista porque su vocación es escribir. Los acontecimientos pasan por distintos matices, todos en igualdad de tratamiento mediocre o trivial.
El elenco del caso se contagia de tanta abulia, por lo que tanto Chris Pratt y Jennifer Lawrence se filtran por la película sin ninguna química (ni especial ni espacial). Él no quiere ser guardián del espacio ni ella andar en juegos del hambre.
La revista Entertainment Weekly describió muy bien a Pasajeros , cuando publicó que es “una risible exhibición de dos horas sobre un síndrome de Estocolmo de ciencia ficción”. Agreguemos que no existe ninguna visión interesante del ser humano en condiciones como las ahí expuestas.
Lo que sí podemos destacar son el diseño artístico y la fotografía, esta de Rodrigo Prieto. Sin embargo, podemos quejarnos de la desajustada música de Thomas Newman, como si estuviera en otra película. Dentro del llamado género fantástico, Pasajeros es cine del todo pasajero.
PASAJEROSTítulo original: PassengersEstados Unidos, 2016Género: FantásticoDirección: Stephen FrearsElenco: Chris Pratt, Jennifer Lawrence, Michael SheenDuración: 116 minutosCalificación: DOS ESTRELLAS ( * * ) de cinco posibles