El escalofrío siempre nos domina cuando se habla de ella. Su origen se perdió en la narración oral pero hay quienes dicen que se trata de una madre que perdió a sus hijos; otros creen que es una alma despechada, y están los que piensan que no es más que un cuento para asustar niños que ha sido capaz de trascender generaciones en Latinoamérica.
Más allá de cómo llegó a nuestros oídos, nadie podría negar que conoce la historia de La Llorona, ese espíritu sollozante que acecha en la oscuridad a quienes no tienen un buen comportamiento o están hasta horas de la noche fuera de sus casas, especialmente si se trata de niños. Los detalles varían según el país, pero la narrativa es consistente en todas las regiones: el llanto desconsolado que rasga el alma de quienes tienen la desdicha de escucharlo delata la presencia de este espíritu, tan sufrido como maligno.
La película La maldición de La Llorona, que se estrena este miércoles 17 de abril en las principales salas de cine de Costa Rica, quiere ir más allá de lo que hasta ahora se conoce sobre la leyenda del alma en pena de esta mujer, que según se dice ahogó a sus niños y desde entonces los busca desconsolada por el cauce de los ríos, vagando por toda la eternidad con su miseria.
Bajo la dirección del cineasta estadounidense Michael Chaves y ambientado dentro del universo narrativo de la lucrativa franquicia de terror El conjuro, el filme, que es para mayores de 12 años, está ambientado en la ciudad de Los Ángeles de 1973. Allí, Anna Tate-Garcia (Linda Cardellini) es una trabajadora social y madre soltera que lucha por equilibrar sus dos roles, además de sobrellevar la muerte de su esposo.
Ella, quien se define a sí misma como una mujer escéptica, tiene que resignarse a estar al servicio de una comunidad que está en el otro extremo: son infinitamente creyentes en los espíritus. Esto ha hecho que Anna haya tenido que sortear una multitud de fantasmas y supersticiones en su trabajo, detrás de los cuales, normalmente, acechan otros “demonios” personales.
Cuando esta trabajadora social menos se lo espera, su vida y la de sus pequeños comienzan a peligrar al atender una caso en la casa de Patricia Alvarez (Patricia Velásquez), en donde encuentra a los hijos de esta mujer escondidos en un armario. Lo que, a primera vista podría tratarse de un caso de violencia y maltrato infantil, no es otra cosa que la protección de sus dos hijos, pero dudar de esto le saldrá muy caro a Anna.
Todo comienza a complicarse aún más cuando Patricia es sacada de su casa para recibir atención psiquiátrica, mientras que sus niños son llevados a un hogar de acogida. Cuando llega la noche, un quejido retumba por los pasillos de este albergue, anunciando una tragedia: los cuerpos de los hijos de la perturbada madre son encontrados por las autoridades forenses de un río cercano.
¿Quiénes serán los próximos? Todo apunta a los hijos de Anna, por lo que ella no tendrá otra alternativa que dejar de lado su escepticismo y echar mano a lo que sea para protegerlos, incluso unir esfuerzos con Patricia y Rafael Olvera (Raymond Cruz), un sacerdote convertido en curandero y quien lleva toda la vida preparándose para esta batalla de otro mundo.
El espíritu de La Llorona está de regreso y, con este, la posibilidad de ser la siguiente víctima en esa búsqueda perpetua de nuevas almas que llevarse con ella. Librarse de su ira sobrenatural será todo, menos fácil.
Otra versión
Para el cineasta Michael Chaves, quien se inaugura como director de largometrajes con La maldición de La Llorona, esta producción cinematográfica busca adaptar la leyenda a las nuevas generaciones. Desde su perspectiva, es importante retomar el mito detrás de esta mujer, ya que es una de las más fuertes representaciones del folclor latinoamericano.
“Mientras preparábamos todo, procuré hablar con muchas personas que crecieron oyendo esta historia, y hasta con algunas abuelas que se la contaban a los niños. Lo fascinante es que nunca se cuenta del mismo modo dos veces. Entre más personas consultábamos, más detalles y variaciones escuchábamos, pero el relato siempre iba acompañado de asombro y terror. Terminé valorando muchísimo su disposición para explicarme la historia y quise honrar eso al hacer este filme”, explicó Chaves en una nota de la producción.
Con él coincide la actriz venezolana Patricia Velásquez, quien conoce mucho sobre esta leyenda que inspiró el filme. Desde un inicio se sintió atraída por el guion, a lo que se sumó su interés de rendirle una especie de homenaje a la región con una de sus historias más representativas y con las que ella fue criada desde que era niña.
“Pasé gran parte de mi infancia en México y Venezuela, crecí oyendo la historia de esta mujer que llora por sus hijos perdidos. Cuando éramos pequeños, siempre solían decirnos que debíamos portarnos bien o La Llorona vendría por nosotros. Y si nos portábamos bien, porque nos lo creíamos, ¡vaya que sí! En serio, incluso a esta edad, una parte de esa historia sigue enraizada en todos los que crecimos con ella”, aseguró en una de las notas sobre la realización de esta película.
La Llorona está de regreso y, con ella, la posibilidad de ser una de sus próximas víctimas. Si algo se ha mantenido intacto a lo largo de estos años, es que no importa la edad que se tenga al conocer su historia, siempre que nos toque transitar junto a un río en medio de la noche nadie nos juzgará por volver a ver por encima del hombro.
Ficha técnica
Película: La maldición de La Llorona
Dirección: Michael Chaves
Elenco: Linda Cardellini, Patricia Velásquez y Raymond Cruz
Duración: 93 minutos