Destin Daniel Cretton es transparente. Cuando habla, el nacido en Hawaii dice lo que siente y por eso en su primera reunión en Marvel Studios, cuando la posibilidad de dirigir una megaproducción de la fábrica de superhéroes apenas era eso, una posibilidad, Cretton fue brutalmente honesto.
El galardonado y prometedor director, reconocido en el circuito de cine independiente, no se veía dirigiendo una película de Marvel y así se lo dijo al mero mero e idéologo del Universo Cinematográfico Marvel (UCM), Kevin Feige. No parecía la mejor manera de terminar una entrevista de trabajo.
Sin embargo, la vida tenía otros planes. Cretton sí quería hacerse con el puesto, no porque ansiara el tiquete dorado para ser parte de uno de los estudios más taquilleros y poderosos del planeta, sino porque sentía una responsabilidad enorme de que Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos, primera película de Marvel dedicada a un superhéroe de origen asiático, hiciera justicia a la cultura y legado de millones de personas que hasta ese momento, al igual que él, no se sentían representadas étnicamente por las adaptaciones hollywoodenses de cómics.
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Así lo explicó el cineasta de 42 años días atrás, durante una entrevista vía Zoom con Viva, como parte de la promoción del esperado filme, el cual se estrena el 3 de setiembre en los cines de todo el mundo.
Shang-Chi es una apuesta muy fuerte de Marvel y, por ende, de Disney: si bien es el segundo largometraje en la vigente fase cuatro del UCM, para todos los efectos viene a ser la primera película de material original de parte del estudio en más de dos años, dado que Black Widow fue una precuela. Además, es el primer gran estreno en tiempos pandémicos que Disney reserva por completo para la experiencia cinematográfica, dispensándole del debut simultáneo en streaming. Y es que la espectacularidad del filme 25° en el UCM exige, sí o sí, vivirse en pantalla grande: conformarse con menos que eso es hacerle una injusticia.
Y si bien Shang-Chi podrá parecer un personaje nuevo para buena parte del público, lo cierto es que debutó en los cómics de Marvel hace ya rato, en 1973, como una respuesta de la editorial al auge de los filmes de artes marciales.
Peleador experto en el combate cuerpo a cuerpo, el héroe fue reflejo de muchos de los estereotipos acerca de los asiáticos que se manejaban en los Estados Unidos de la época. De hecho, en el cómic originalmente el padre de Shang-Chi es el villano Fu Manchu (visión occidental del “chino” perverso que se retuerce sus largos bigotes).
Aún antes de que Destin Daniel Cretton abordara el barco, en Marvel ya tenían claro que la adaptación cinematográfica del cómic tenía que ajustarse a los tiempos, desechando cualquier vestigio de racismo y más bien convertirse en un saludo a la diversidad, resaltando la riqueza cultural asiática, y con especial preponderancia de China (uno de los mercados más importantes para Marvel).
En el filme que llega a las pantallas, Shang es el hijo de Wenwu, el en apariencia inmortal líder de la sombría organización de Los Diez Anillos, la cual figura en el UCM desde la primera película, Iron Man (2008). Wenwu además viene a resolver el lío en el que se metió Marvel cuando presentó a un falso villano, El Mandarín, en Iron Man 3 (2013), de manera que la nueva película sirve para explicar la verdad detrás de aquella farsa que enfureció a los fanáticos.
Shang es entrenado desde niño por su padre para ser un asesino. Es su destino. Sin embargo, el joven se aparta de la senda marcada por su linaje y lleva una vida en apariencia normal y despreocupada en Estados Unidos, hasta que la sangre vuelve a llamarle y la confrontación entre él y el progenitor se torna inevitable. Además, en juego están los diez anillos de mágico poder que han mantenido victorioso y joven a Wenwu por siglos.
El elenco del nuevo filme es predominante asiático, mezclando a algunos de los actores más reconocidos de aquel continente con jóvenes intérpretes nacidos en América de familias migrantes. Así como ocurrió en su momento con Black Panther, Feige y los suyos apuestan a romper el paradigma de los héroes caucásicos y Shang-Chi viene a llenar la expectativa de generaciones de chicos y chicas de origen asiático que por décadas veían a Bruce Lee como el único referente en el cual reflejarse.
Al frente del reparto está el carismático actor chino-canadiense Simu Liu, quien pasó de ser prácticamente un desconocido a convertirse en la esperanza de Marvel a futuro, tras resultar el favorecido entre cientos de aspirantes para interpretar al héroe titular, Shang-Chi.
A su lado llega la aclamada comediante y rapera estadounidense de origen chino Awkwafina en el papel de Katy, la mejor amiga de Shang y quien no tiene idea del pasado y linaje de su socio de karaoke y fiestas. Por su parte, la debutante actriz Meng’er Zhang encarna a Xialing, la combativa hermana de Shang-Chi y a quien este abandonó para alejarse del padre de ambos.
Finalmente, dos leyendas del cine asiático le imprimen un prestigio enorme al proyecto: la maravillosa actriz malasio-china Michelle Yeoh hace a Jiang Nan, guerrera y tía de los hermanos, y el ídolo de Hong Kong, Tony Leung, interpreta a Wenwu, progenitor y antagonista.
Este es un extracto de la conversación con Cretton, quien se dio a conocer dirigiendo largometrajes dramáticos como Short Term 12 (2013); The Glass Castle (2017), y Just Mercy (2019).
— Previo a la pandemia, las películas más recientes de Marvel se sintieron pesadas, grises, por el efecto Thanos. Shang-Chi no parece relacionarse con eso y nos muestra un mundo donde la gente siguió adelante, donde está bien volver a divertirse, cantar karaoke, comer con la familia. ¿Cuál fue la discusión con Marvel sobre este cambio de tono?
— Fue algo que hablamos, sobre cuánto del residuo emocional de ese evento gigante queríamos en esta historia. Y aunque definitivamente queremos saber en qué parte del MCU toma lugar, ver reminiscencias de un acontecimiento así, y puedes ver el efecto de las réplicas a través de nuestra película, también queremos empezar a pasar la página, avanzar en el universo, alistarlos para nuevos retos, nuevos problemas para resolver en el futuro.
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— La inclusión y tratamiento de El Mandarín en Iron Man 3 resultó problemática para muchos fanáticos de Marvel. Luego de eso se generó mucha expectativa sobre cómo el estudio corregiría el rumbo del personaje. ¿Siempre fue parte del plan retomarlo para esta nueva película?
— Cuando empecé en este proyecto todo estaba todavía en discusión, así que hablamos sobre incorporar a un personaje como El Mandarín y tratar de contestar esas preguntas que se plantearon en películas previas. Vimos que la manera correcta de hacerlo era ser respetuosos de la comunidad asiática, de la comunidad china y a esto llegamos. Queríamos crear un personaje Wenwu que es un ser humano completamente realizado. Aunque pueda parecer el villano, la manera tan brillante en la que Tony Leung lo interpreta lo hace fascinante, muestra todas sus caras y motivos. Y si bien sus acciones son quizás cosas que nunca haríamos, creo que el dolor detrás de esas acciones lo hacen identificable para cualquiera.
— Usted ha dicho que en su primera reunión con Kevin Feige (cabeza de Marvel Studios), al final de la cita le confesó que nunca había querido dirigir una película de Marvel. Fue una movida riesgosa. Para la mayoría de los cineastas, trabajar con Marvel es una oportunidad soñada, ¿cuál era su actitud previa sobre el trabajar con este tipo de estudios poderosos y altos presupuestos?
— He lidiado con ansiedad casi toda mi vida y tengo que estar consciente de cuando algo podría ser demasiado para mí. Me tomó tiempo incluso mudarme a Los Ángeles porque crecí en una pequeña isla en el Pacífico y tuve que establecerme primero en San Diego y vivir ahí 10 años antes de pasarme a Los Ángeles, porque creo que el choque cultural pudo ser demasiado para mí si lo hacía muy rápido.
Mi miedo no era en específico a hacer una película de Marvel sino a saltar a una película gigante muy rápido. Pero conocer al equipo de Marvel y ver cómo trabaja fue bueno para mí; son uno de los estudios más grandes pero en muchos aspectos operan como un estudio independiente, no hay mucho papeleo y si tienes una pregunta o una preocupación y necesitas algo para la película, tienes una línea directa con los que toman las decisiones. Eso era algo de lo que no estaba consciente antes, cuando tenía miedo de ellos, y honestamente ha sido una placentera sorpresa descubrir cuán cálida y solidaria es la familia Marvel.
— Uno de los aspectos que más me gustó de la película es la amistad entre Shang-Chi y Katty: parece muy natural y como ninguna que hubiésemos visto antes en el MCU. Son como hermanos, se gastan bromas, se cuidan las espaldas. También la relación entre los actores, Simu y Awkwafina, se siente muy real...
— Como director, cuando la escena incluye una relación entre dos personas, aspiro a que la conexión se dé natural, que no tengamos que simularla por completo. Me siento muy dichoso de que Simu y Awkafina sí establecieran ese vínculo de ida y vuelta, esa sensación de hermandad. Fue muy divertido desde la primera vez que estuvieron juntos, explorando algunas de las escenas, en la primera audición de Simu, pues ese tipo de conexión es muy difícil de impostar ante la cámara. Para ellos fue natural.
— Es inevitable no establecer paralelismos entre Shang-Chi y Black Panther, no solo por los temas de representación sino también por las posibles reacciones de la audiencia global ante un tipo distinto de protagonista a lo usual en una película de Marvel. Sin embargo, su película llega en un contexto difícil, en medio de una pandemia. ¿Siente presión sobre el eventual desempeño de taquilla?
— A lo largo de mi tiempo haciendo este tipo de trabajo, y sé que ustedes tienen el mismo tipo de presión cuando escriben un artículo pues no saben cómo será visto, no sabes si miles de personas lo leerán o solo tres lo leerán, lo único que puedes hacer es escribir lo mejor que puedas y esperar que contribuya en algo en el mundo.
Me ha tomado hacer varias películas para llegar a un lugar donde pongo todo mi autoestima y gozo en la experiencia de hacer lo que hago, lo mejor que pueda, y estoy muy orgulloso del filme que hicimos, de la historia que contamos. Sé que encontrará su audiencia.
Estamos estrenando la película en una época peculiar y en algunos aspectos sí es un tiempo complicado para lanzarla pero por otro lado pienso que este es el momento perfecto para estrenar una película como esta, espero que le hable a la gente donde se encuentra emocionalmente hoy, y le dé quizás un pequeño empujón de alegría, algo que sin duda todos necesitamos en estos momentos.