Tanta es la pasión por el Día de Muertos que ni James Bond pudo resistirse.
En Spectre (2015), el agente 007 caminó entre esbeltas catrinas, serpentinas de colores y calaveras de todo tipo, confirmando que el cine se enamoró de los difuntos tanto como México a través de los siglos.
En el 2017 Coco confirmó ese amor. La cinta conmovió con su dulce y sentido viaje a la Tierra del más allá, ganó dos Óscar de la Academia y pudo llevar, de forma mágica e inolvidable, todo el misticismo del inframundo a las exclusivas tablas del Teatro Dolby, en Los Angeles.
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Pero esto no es un fenómeno para nada nuevo. El Libro de la vida –cinta que en el 2014 produjo Guillermo del Toro–, ya había tocado las puertas del Globo de Oro con el fascinante relato de Manolo, el torero; e incluso, en este mismo instante, los cines ticos exhiben una película animada que no deja dudas sobre la temática que la inspira: se llama Día de muertos (2019).
No cabe duda, por ende, que las celebraciones mexicanas del 2 de noviembre –Día de los Fieles Difuntos– seducen al celuloide de manera infinita. Después de todo, ¿qué puede ser más cinematográfico que la bella tradición de honrar las almas con la comida que más les gustaba, un retrato de la persona y hasta un pequeño altar?
Pero ojo que Hollywood recién se acaba de vestir de catrina. La industria fílmica estadounidense es el invitado más novel a la fiesta tradicional azteca, pues desde el año 1933 hay registros de películas centradas en esta temática.
Según la secretaría de Cultura del Gobierno de México, en su página web, la primera cinta relacionada con el Día de Muertos fue filmada por el director soviético Sergei Eisenstein, el mismo autor de la película El acorazado Potemkin (1925).
Eisenstein, según la versión oficial, había quedado fascinado por las calaveras que había descubierto en el estudio de su amigo Diego Rivera –el famoso muralista–, por lo que decidió investigar más el fenómeno de conectar el mundo de los vivos con el de los muertos.
Por eso es el autor de Death Day, una recopilación de fotos, story boards y ritos históricos, que encontraban sentido y profunda conexión con las celebraciones del 2 de noviembre.
“No hay evento más maravilloso ni de mayor dignidad que pueda ser capturado por una cámara como lo es el Día de Muertos en México”, habría afirmado alguna vez el propio Eisenstein.
Para el cineasta ruso el asunto era muy claro: el culto a la muerte "es lo que hacía México ser México”.
Inmortalizando la tradición
Pero México y su industria tenían que sacarle un poco de más provecho a sus muertos, después de todo es cada año que los espíritus cruzan el portal, se topan con sus parientes y comen muy rico en sus altares.
Por eso vayamos al primer intento formal. En 1957 una película titulada La momia azteca, del director Rafael Portillo, mezcló tradiciones prehispánicas del Día de los Muertos con fantasías y alucinaciones relacionadas a esqueletos aztecas. Estéticamente, la película no se apega al imaginario actual sobre la tradición, pero fue una iniciativa provocadora.
Pero luego iba a aparecer Macario (1960), de Roberto Gavaldón. En este filme el Día de Muertos que todos conocemos sí que iba a tener un protagonismo central.
Protagonizada por Ignacio López Tarso, Macario fue la primera película nominada al Óscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa. Cuenta la historia de un hombre que entra en contacto con la muerte y con el diablo, precisamente en la víspera del Día de los Fieles Difuntos.
“Harto de una vida de privaciones y apuros, Macario manifiesta que su mayor anhelo es poder comerse él solo un pavo, sin tener que compartirlo con nadie. Su esposa, confidente de tan profundo deseo, un día roba uno de la granja de una familia rica. Cuando Macario se dispone a comérselo, Dios, el Diablo y la Muerte, se le aparecen para pedirle que lo comparta”, detalla la sinopsis de la esperada cinta.
Posteriormente, aparecería Mictlán (1969), cuyo nombre en lenguaje indígena quiere decir “la casa de los que ya no son". Además del nombre, que ya es una clara alusión al famoso día, muchos expertos coinciden en que la cinta se refiere a la milenaria tradición. Según explica la Secretaría de Cultura de México lo mismo sucede con La mansión de la locura (1973), cinta que tiene como base un relato de Edgar Allan Poe pero que por medio de “simbologías europeizadas y la estética del Día de Muertos” su historia cobra un matiz muy singular.
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Y ahora descubramos el primer guiño de Hollywood al Día de los Muertos. Lo hizo con la cinta Bajo el volcán (1984), de John Huston y Universal Pictures.
La trama de Bajo el volcán se ubica en el México de 1938, precisamente en la celebración del Día de los Fieles Difuntos. La historia es sobre un cónsul británico que huye de su pasado hundiéndose en alcohol, por lo que en sí el drama escapa completamente de la tradición. Pero claro, a través de sus imágenes, los altares de muertos cobran vida ante la cámaras y muestran el interés de otras culturas por sumergirse en el fascinante mundo de las catrinas.
Bajo el volcán significó, sin duda, el primer beso de Hollywood a las calaveras mexicanas.
Ojo fijo al inframundo.
Pero que tal ser más explícitos y poner el Día de Muertos como eje central de un guion. Ya no por las ramas, sino como piedra angular de una producción fílmica.
Pues eso sucedió gracias al cineasta Luis Alcoriza, que en 1988 presentó su comedia dramática Día de difuntos.
“En un panteón, el Día de Muertos, el licenciado Talamantes va a colocar una cruz en la tumba de su madre, conviviendo con otros asistentes que conmemoran a sus deudos: el albañil, el poeta, el zapatero Zacarías, el plomero Baltazar y el peluquero Pedro. Al calor del alcohol todos discuten, exhiben sus debilidades, resuelven desacuerdos de parejas, pelean, coquetean, se reconcilian y se juran amistad eterna”, dice la sinopsis de la película.
Después de Día de difuntos pasaron 17 años para que el pan de muerto fuera de nuevo impulsor de una cinta. La animación La leyenda de Nahuala (2007), de Ricardo Arnaiz, fue esa producción, planteando la historia de una niño asustado, una tenebrosa casa y las historias de terror sobre una supuesta bruja.
Y antes de Spectre y su especial referencia al Día de Muertos, El libro de la vida y Coco, hubo dos cortometrajes que habrían allanado el camino para que estas megaproducciones hollywoodenses fueran una realidad concreta. Hablamos de Hasta los huesos (2001) y Día de muertos (2013).
En stop motion, Hasta los huesos es un clásico mexicano que narra el periplo de un hombre que llega al mundo de los muertos, lugar donde "es recibido por un gusano y la mismísima calavera Catrina. Después de un rato de diversión y coqueteo, el hombre descubre que, después de todo, estar muerto no es tan malo”.
"Me gusta pensar que después de la vida hay otras cosas. (El corto) habla mucho de nosotros y de nuestro temor a la muerte, así como de la manera en que la conciliamos todo los días con nuestras creencias personales”, dijo René Castillo, su director, en una entrevista publicada en el sitio web de la Secretaría de Cultura de México.
Día de muertos, por su parte, es un corto estadounidense de tres minutos de duración, donde una tierna niña descubre su verdadero significado. No es una cinta muy popular, pero es una obra digna de admirar.
Si a usted le apasiona esta singular fecha, ir al cementerio a dejar flores y no puede viajar a México como muchos ticos lo hacen en estas fechas, quizá sí pueda sentarse en la sala a ver películas, recordar a sus parientes fallecidos e imaginar cómo será que viven en la Tierra del más allá. La lista de películas se la dejamos como una ofrenda.
Diez icónicas cintas del más allá
-Death Day (1933)
Director: Sergei Eisenstein
Sinopsis: Serie de imágenes superpuestas que recogen la tradición del Día de Muertos en distintas formas.
-Macario (1960)
Director: Roberto Gavaldón
Sinopsis: Filme nominado al Óscar. Macario relata la historia de un hombre que habla con la muerte, Dios y el diablo.
-Bajo el volcán (1984)
Director: John Huston
Sinopsis: Relata la historia de un alcoholizado cónsul británico, que se afinca en México durante la fiesta del Día de Muertos.
-Día de Difuntos (1988)
Director: Luis Alcoriza
Sinopsis: En un cementerio, en el Día de Muertos, diferentes personajes se reúnen y al calor del trago resuelven sus diferencias.
-La leyenda de Nahuala (2007)
Director: Ricardo Arnaiz
Sinopsis: La película trascurre el Día de Muertos de 1807. Un niño asustado, por las historias de una bruja malvada, es el protagonista.
-Hasta los huesos (2001)
Director: René Castillo
Sinopsis: Animación en stop motion. En el filme un hombre experimenta los inconvenientes y los beneficios de estar muerto.
El libro de la vida (2014)
Director: Jorge R. Gutiérrez
Sinopsis: El torero Manolo viaja al inframundo, pues desea de todo corazón convertirse en un gran músico.
007: Spectre (2015)
Director: Sam Mendes
Sinopsis: No es una película sobre el Día de los Muertos, pero una de sus principales escenas transcurre en un desfile de catrinas, calaveras y mucha música mexicana.
Coco (2017)
Director: Lee Unkrich y Adrián Molina
Sinopsis: Miguel es un joven con el sueño de convertirse en leyenda de la música Su pasión le llevará a adentrarse en la “Tierra de los Muertos”.
Día de muertos (2019)
Director: Carlos Gutiérrez
Sinopsis: En el Día de Muertos Salma espera que sus padres muertos regresen, pero el problema es que no sabe nada sobre ellos. Es la última cinta sobre esta temática.