La mayoría del público ha visto a Doug Jones sin conocer su rostro. Suena a una paradoja, pero el actor ha sido aclamado por ser un maestro de la interpretación mimética, pues su carrera se ha compuesto principalmente de encarnar criaturas fantásticas que, con el paso de los años, se han convertido en íconos de la cultura pop.
Con una carrera catapultada por ser Billy Butcherson en Hocus Pocus (1993), Jones ha sido el Fauno y el hombre pálido de El laberinto del Fauno, Abe Sapien de Hellboy, Silver Surfer en Los Cuatro Fantásticos, el fantasma de La cumbre escarlata, el Hombre Anfibio de La forma del Agua y Saru de Star Trek, entre otros cientos de personajes que lo han hecho un actor incomparable.
Viva tuvo la oportunidad de conocer al carismático ser humano que está detrás de estas criaturas. A continuación, compartimos la conversación que tuvimos con el actor estadounidense.
—¿Cómo descubriste que querías ser un actor diferente?
—Yo desde pequeño era visto como un “niño raro” por mi cuello largo, por ser muy delgado y alto. La gente se burlaba de mí. Yo tuve que convertirme en una suerte de payaso y ser la persona divertida de la clase para evitar eso. Me motivé por las sitcoms como el show de Andy Griffith, La Isla de Gilligan o las películas de Jerry Lewis, donde veía a personajes siendo tontos en televisión y usando su cuerpo para entretener a la gente. Entonces pensé: “tal vez haya un lugar para mí”.
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—¿Por qué crees que los personajes que has interpretado se han convertido en iconos de la cultura popular?
—Primero, gracias a ti por pensar esto. Yo no puedo tomar crédito porque esto es un trabajo en conjunto, que va desde un gran director que entiende cómo desarrollar una historia memorable y desarrollar personajes con las decisiones correctas, además de un gran guión. Además del actor está el look fantástico, que eso va de la mano con la gente de efectos especiales que logran un personaje visualmente interesante. Cuando tienes un director como Guillermo del Toro, hace que todo esto pase. Guillermo pone su mano en todos estos departamentos para asegurarse que las cosas salgan bien. Es el mejor director de actores con el que he trabajado en mi vida porque hace que sus personajes se hagan icónicos, entonces no puedo tomar crédito de eso.
—¿Qué ha significado Guillermo del Toro en tu vida?
—En verdad cambió mi vida para bien. Muchos de mis trabajos más aclamados fueron gracias a él. Tener un director de su altura que te busque una y otra vez para hacer más películas o series es algo que yo no sé qué hice para ganar su confianza. Y yo tengo mi confianza puesta completamente en él, yo sé que siempre hay un buen viaje a su lado.
—¿Cómo logras transmitir emociones debajo de un atuendo?
—Los seres humanos siempre hablamos con diálogo visual, no solo verbal. Por ejemplo, en este momento hago expresiones faciales y muevo mis manos porque todo es parte de la comunicación que tenemos tú y yo en este momento. El reto es que cuando empiezas a cubrir todo esto (la cara) con una capa de goma, con silicón... Se vuelve más grueso y mi cara deja de ser fácil de leer. A veces me ponen una cabeza mecánica y el lenguaje corporal se vuelve más importante para ayudar a mostrar lo que el rostro no puede hacer. Entonces tienes que trabajar en coordinación con quien opera la cabeza con títeres y los ojos que están encima de tu cabeza... Hay que ensayar y sincronizar una cosa con la otra. Son muchos retos porque todo el asunto va sobre: ¿cómo hacemos que este personaje parezca que venga de la naturaleza y que no se vea como un tipo que está dentro de un traje?
—¿Hay algún personaje de la literatura que sueñes con interpretar?
—Recientemente cumplí uno que es Nosferatu, pero tengo la dicha de que he podido interpretar personajes fascinantes. Lo que sí me gustaría explorar, para serte sincero, es mi faceta como humano. Ahora soy muy adicto al canal Hallmark y todas estas películas ligeras de Navidad y anhelo interpretar a un papá de estas películas. Siempre hay un papá con conversaciones adorables, sosteniendo una taza de cocoa junto a un árbol de Navidad. Ese es un sueño que tengo en este momento (risas).
—Cuando has hecho tus películas, ¿has tenido el presentimiento de que serán un éxito?
—Nunca lo sabes. Por ejemplo, con Hocus Pocus se pensó como una gran película de Disney para la familia, con grandes estrellas, entonces pensábamos que sería un hit pero fue a salas y le fue mal. Fue un poco decepcionante, pero pasaron los años y ha ganado más atracción con televisoras repitiéndola, ahora en también Disney plus y las ventas en VHS, DVD, Blu-ray, 4k, de todo... Ha llegado a todos los formatos y ahora es parte de la colección de muchas familias.
”Y ahora hay una nueva segunda generación de fans que nunca vi venir. Por supuesto nunca pensamos que llegaría la era del streaming a cambiar todo, entonces en su momento fue un poco triste, pero todo cambió. Ahora esa película es más popular que nunca y por eso hemos preparado la secuela, que saldrá en Disney plus pronto en EE.UU. Es un gran desenlace para esta historia.
“La otra cosa que recuerdo es que con El laberinto del fauno y La forma del agua yo sabía que iban a ser un súper éxito. Lo supe desde que leí el guión de Guillermo del Toro. El mundo que leí en el guión me puso a llorar, a sentir todas las emociones y, sabiendo que Del toro estaba detrás de esto, estaba seguro que sería algo grande y que El laberinto del fauno sería una obra maestra.
”En el 2014, mientras filmábamos La cumbre escarlata, Guillermo me invitó a almorzar y me dijo: ‘esta es la siguiente película que quiero hacer’. Era La forma del agua y, aunque no estaba el guión listo, él tenía todo en la cabeza. Entonces me contó todo y dijo: ‘quiero que encarnes al hombre anfibio’. Yo estaba confundido (risas). Le pregunté si tenía que ver con las películas de Hellboy y me dijo: ‘no, es completamente diferente’, así que cuando me contó toda la historia del hombre anfibio y cómo se enamora yo quedé asombrado. Y al final de la conversación le dije: ‘Guillermo, este será tu próximo viaje hacia los Oscar’ y te lo digo, yo tenía razón y lo supe antes que nadie. Estoy muy orgulloso de eso (risas).