El esperado estreno de Dune: Parte 2 está generando un singular fenómeno cinematográfico, de esos que hace rato no se veían. La cinta lleva consigo expectativas colosales, que han dejado al público ansioso por sumergirse en el universo de ciencia ficción creado por Frank Herbert, creador del libro homónimo.
La película original del 2021, dirigida por Denis Villeneuve, sentó las bases para esta nueva saga, fusionando la espectacularidad del cine comercial con la profundidad y complejidad del cine arte.
En ese marco, Dune: Parte 2 ha alcanzado un hito notable antes de su estreno, consolidándose como la película mejor valorada de todos los tiempos en IMDb con una calificación de 9.4/10 (según las opiniones de los críticos previas al estreno). Este logro es aún más destacado al superar a referentes como The Dark Knight (2008) y The Godfather (1974).
De esta manera, la anticipación y el entusiasmo del público se han traducido en un fervor sin igual, convirtiendo a Dune: Parte 2, filme que se estrena este 28 de febrero en los cines de Costa Rica y en todo el mundo, en una de las cintas más esperados del año. ¿Por qué será?
Una épica que crece
La primera entrega de Dune nos sumergió en el árido planeta llamado Arrakis. En este escenario desértico, seguimos la historia de Paul Atreides (interpretado por Timothée Chalamet) y su madre Jessica (Rebecca Ferguson), quienes se vieron obligados a sobrevivir a un devastador ataque contra su familia. Este golpe traumático fue consecuencia de una astuta maniobra de toma de poder dirigida por el malévolo barón Vladimir Harkonnen (Stellan Skarsgård) y su siniestra familia.
La narrativa de la primera parte nos sumergió en una intrincada trama política, donde las rivalidades entre las casas nobles, la lucha por el control del preciado recurso llamado “especia” y la complejidad de las relaciones familiares, tejieron un tapiz emocionante y lleno de matices. Con el enigmático Arrakis como telón de fondo, la audiencia quedó inmersa en un mundo de intrigas, traiciones y un destino que se avecinaba.
Al huir hacia el inhóspito desierto, Paul y Jessica lograron forjar una alianza crucial con una tribu de Fremen, los nativos de Arrakis. Esta alianza parece estar en sintonía con las visiones premonitorias de Paul, que le mostraban a una joven guerrero Fremen llamado Chani, interpretada por Zendaya, la cual estaba destinada a conocer.
Dune: Parte 2 arranca justo después de los eventos de la primera película, sumergiéndonos en un escenario donde Paul se embarca en un proceso de aprendizaje sobre las costumbres y el modo de vida de los Fremen.
La conexión entre Paul y Chani, marcada por las visiones y el romance, se vuelve un punto focal en la trama. La intriga se intensifica mientras Paul se adentra en el mundo de los Fremen, explorando nuevas alianzas y enfrentándose a los desafíos que el inhóspito entorno de Arrakis presenta.
Todo esto viene acompañado de una cinematográfica impresionante, destacando especialmente por su deslumbrante fotografía. La película nos sumerge en un universo visualmente impactante, donde cada escena es capturada con maestría por el director de fotografía australiano Greig Fraser, cuyo trabajo se ha visto en filmes como The Creator (2023), The Batman (2012), Lion (2016) y lógicamente la primera entrega de Dune.
La paleta de colores, la iluminación meticulosa y los paisajes desérticos de Arrakis cobran vida con una intensidad sorprendente que amerita ser vista en la pantalla más grande posible.
La Nación tuvo el privilegio de ver la tan esperada Dune: Parte 2 previo a su estreno y, en opinión de este redactor, esta secuela logra superar con creces la primera parte.
En esta entrega, la trama se expande sustantivamente hacia otros rincones de Arrakis, ofreciendo más historia para explorar, con giros inesperados, más secuencias de acción y profundización en las profecías que rodean a los personajes.
Lo que destaca particularmente en Dune: Parte 2 es la magnífica narrativa que, en ciertos momentos, hace que la película adquiera un matiz casi religioso. El filme invita al espectador a sumergirse en un fascinante debate sobre si Paul Atreides es un mesías o no. Este aspecto añade capas de complejidad a la trama, llevando a la audiencia a cuestionarse constantemente las motivaciones y el destino del protagonista.
A pesar de que esta secuela nos sumerge en un mundo de emociones y un despliegue técnico impresionante, debo señalar, en mi criterio como redactor, que Denis Villeneuve enfrenta algunos desafíos al manejar las escenas de acción. En ocasiones, estas secuencias parecen trabarse y sentirse un tanto coreografiadas, lo que puede afectar el ritmo general de la película.
No obstante, la fuerza de la historia original de Frank Herbert (y su apartado visual) es tan fascinante que logra mantener el hipnotismo de la película. La trama profunda, los personajes complejos y la exploración de temas más allá de la acción pura compensan cualquier tropiezo en la ejecución de estas escenas.
En cuanto a las críticas de medios especializados, Dune: Parte 2 ha cosechado comentarios positivos que subrayan la habilidad de Denis Villeneuve para expandir y enriquecer la narrativa que inició con la primera parte. El portal Consequence of Sound elogia la capacidad del director para infundir grandeza épica tanto en la narración como en el arte visual. “La película logra evocar el asombro en una época donde este sentimiento puede ser escaso”, se lee en su reseña.
The Wrap describe Dune: Parte 2 como una continuación amplia y atractiva que genera anticipación por una tercera entrega. “La rica cinematografía pictórica de Greig Fraser y los efectos visuales de primer nivel son destacados como elementos que contribuyen a la creación de espectáculos visuales nuevos y deslumbrantes”, escribe el crítico del portal.
En fin, Dune: Parte 2 será todo un tema de conversación tanto esta temporada como a futuro, aún más con el crecimiento que tiene la saga (sí, falta mucho más). Puede ver esta película en su circuito de cine preferido a partir del jueves 29 de febrero.