Para todos los efectos técnicos El Dorado –la codiciada y misteriosa ciudad de oro– estaba ubicada en Costa Rica, y no en el antiguo Virreinato de Nueva Granada, como lo cuenta leyenda.
Al menos decenas de artistas costarricenses y el mismísimo cineasta español Carlos Saura -quien falleció este viernes 10 de febrero, a los 91 años- se hicieron así la idea, todo con el firme, retador y complicado objetivo de rodar El Dorado (1988) en tierras ticas, la más cara producción del cine ibérico jamás hecha en aquel entonces.
Unos $7 millones, eso costó la cinta que en 1987 reunió en locaciones de Limón y Tortuguero a los flamantes protagonistas del filme –Omero Antonutti, Lambert Wilson y Eusebio Poncela–, unos 400 extras y varios actores reconocidos de nuestro país.
Hace 37 años, sin lugar a dudas, se trató de la primera producción a gran escala que se realizó por completo en nuestro suelo. Fue un acontecimiento fílmico sin precedentes que, para uno sector de la cinematografía nacional dejó grandes enseñanzas y para otros no tan gratos recuerdos.
La cinta –que fue una gran escuela para el sector actoral de nuestro país y una fuente de ingresos importantes para el comercio limonense–, acarrió un torbellino de problemas internos en el set , se filmó en condiciones climatológicas complicadas y finalmente acabó hundida en la taquilla española.
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Que obtuvo nueve nominaciones a los premios Goya y una nominación a la Palma de Oro; sí, es cierto, pero al final sin premio y el desfavor de la crítica.
La trama de El Dorado narra la aventura de Lope de Aguirre (Antonutti), un soldado español que se revela a la corona española durante la expedición hacia El Dorado, liderada por el gobernador Pedro de Ursúa (Wilson) y conformada por unos 400 españoles, esclavos e indígenas.
Según reseñó La Nación , en un artículo de 1986, Saura encontró en Costa Rica un paisaje similar a las selvas amazónicas –donde la leyenda ubica la ciudad dorada– y que además se prestó “para rodar escenas junto a un río y contaba con centros de producción adecuados para guardar el equipo técnico y alojar a los actores”.
De esta manera, el 7 de enero de 1987 comenzó una filmación que duró cinco meses. Figuras locales como Gladys Catania, Mariano González, Gustavo Rojas y Álvaro Marenco fueron de la partida en roles secundarios.
“En el país todo era excitación. Era la primera vez que un proyecto cinematográfico de esa magnitud, con un director tan célebre como Saura, con actores y técnicos reconocidos mundialmente... y con tantos millones de dólares invertidos, se iba a realizar en el país”, reseñó la historia de cine María Lourdes Cortés, en su su libro El espejo imposible: un siglo de cine en Costa Rica (2002).
Pero las cosas no salieron tan bien, al parecer el barco de El dorado comenzó a tambalearse un poco desde que tocó las aguas mansas del Tortuguero. Hubo blancos, grises y parches negros durante el rodaje, el segundo en importancia después de que Carnival in Costa Rica, filme de 1947, fue rodado parcialmente en el país por 20th Century Fox.
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Cortés, que como encargada de extras también fue parte de la producción, reveló en su libro que para los comerciantes de la zona e intérpretes ticos el rodaje fue una experiencia muy positiva, aunque no tanto para los técnicos locales y los extras.
“Los extras... estaban muy mal pagados y trabajaban hasta doce horas diarias, con uniformes pesados, bajo mal tiempo. Los uniformes se mojaban y no había ni tiempo ni manera de secarlos –y sobre todo, no había interés”, publicó Cortés, agregando que el vestuario colectivo que usaban les provocó enfermedades de la piel y que la comida era deficiente.
En su libro, incluso, Cortés le llamó “espejismo” a esta producción, que a cambio del apoyo del Centro de Cine–en ese entonces liderado por Patricia Howell– se comprometió, entre otras cosas, a brindar capacitación “teórica y práctica” a varios funcionarios ticos.
Al fin de cuentas durante el rodaje hubo huelgas de extras, la capacitación para los técnicos fue defectuosa e incluso hubo tensiones entre los más altos mandos de la producción.
“Disputas entre Reyes Abades –director de efectos especiales-, Teo Escamilla (encargado de fotografía) y el director del filme fueron cosa de todos los días”, apuntó Cortés, sin obviar la renuncia de Miguel Gil, primer asistente de dirección.
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“Eso fue un completo desorden”, resumió a La Nación la historiadora, quien no olvida como el experimentado camarógrafo Carlos Sáenz fue limitado a cuidar las cámaras en el set y que a Rafael Chinchilla, el sonidista de filmes como Eulalia y La Segua , lo máximo que hizo fue grabar un sonido ambiente que no se utilizó.
Con respecto al encontronazo de e Saura y Gil, Gustavo Rojas –que en la cinta encarnó a uno de los guardaespaldas asesinos de Lope de Lope de Aguirre–, cree que las diferencias entre ambos fue de visión.
“Gil tenía todo dispuesto para que la película se viera grande. Ponía a disposición a 300 extras para la toma y Saura terminaba haciendo una toma cerrada”, recordó Rojas.
“Creo que, en ese sentido, a Saura el filme se le salió de las manos. Él quería una cinta más íntima y Gil una más épica, por decirlo de algún modo”, agregó.
La cara bonita. Pero no todo fue calamidad. Existen quienes recuerdan con agrado los días de El Dorado y eso son precisamente los actores locales fichados para la producción.
Gladys Catania, quien encarnó a la niñera de la hija mestiza de Lope de Aguirre, dijo a La Nación que su participación en la película fue una experiencia artística integral.
“Fue es espacio de observación e intercambio de ideas excepcional. Trabajar con Saura fue un gran privilegio, pero lo mejor fue la interacción que tuvimos con actores de otros países”, recordó la actriz chilena naturalizada costarricense.
“Los actores extranjeros siempre nos trataron con mucha apertura y calidad. Eso fue enriquecedor”, agregó.
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Catania no tiene queja alguna dirigida a la producción. De hecho, recordó que en el set tuvo un accidente relacionado con un caballo y aseguró que siempre estuvo “bien atendida”.
“Cuando un caballo se resbaló y me rozó la rodilla la lesión fue notable. Fue un problema físico importante, pero la producción siempre estuvo a mi cuidado y consideración”, agregó.
El omnipresente Álvaro Marenco -quien falleció este jueves 9 de febrero-, encarnó a otro de los conquistadores de la película. En el 2004, el actor dijo que poco sabía de los problemas que pasaron los extras, pues como él mismo lo aseguró a ellos los trataron como “si fueran Brad Pitt”.
“Nosotros estábamos muy bien y fue realmente provechoso. Nunca había estado en una producción tan grande y creo que todo el sector aprendió algo”, dijo Marenco en aquel momento.
Marenco, eso sí, confesó que en la producción se despilfarró mucho dinero, que fueron cinco meses de “mucha fiesta” en Limón y que el clima le jugó una mala pasada a la producción.
“Estaban empeñados en hacer tomas con la luz hermosa de las 5 p.m. Pero ese día, cuando lo habían planeado, les llovía. En eso se perdió mucho tiempo”, recordó Marenco.
Rojas, por su parte, está convencido de que la experiencia de El Dorado , convenció a todos de que en Costa Rica había talento humano para hacer las cosas con excelencia.
“Eso fue lo más valioso. Los vestuaristas, los maquilladores y todo el equipo técnico que vino de España encontró entre nosotros gente preparada para asumir el reto”, aseguró.
Precisamente por eso, Rojas considera que se presentaron algunos roces entre los técnicos nacionales y extranjeros.
“En cuanto al recurso humano, hubo una diferencia entre lo que ellos pensaron que encontraría aquí y con lo que realmente se toparon, por lo que hubo choque”, explicó.
“Quizá menospreciaron un poco. Cuando vieron que la exigencia local era alta, comenzó a darse una curva de aprendizaje que generó desacuerdos. Todo eso sumado a las complicaciones climáticas, que dificultaron las cosas”, agregó.
En cuanto a su papel como uno los matones de Aguirre, Rojas se sintió más que satisfecho.
“Tengo un tiempo de participación en pantalla más grande del que creí y siento que me valoraron como actor. Fueron meses de mucho disfrute. Lo único raro para mi fue escuchar mi voz doblada con acento español, eso fue un choque”, rememoró.
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En resumen, para Rojas, El Dorado significó un importante aprendizaje para muchos y aseguró que “dejó mucha plata” en las locaciones.
“Nos hace más falta que lleguen este tipo de producciones al país. Cuánto bien nos haría”, finalizó el intérprete.
El postrodaje. El rodaje de El Dorado finalizó el 22 de mayo de 1987 y el estreno se realizó en España el 19 de abril de 1988. Curiosamente, cuando vio la luz, la cinta fue menospreciada ampliamente pero con el pasar del tiempo ha sido reinvindicada por algunos expertos.
En aquel tiempo El País dijo que era una superproducción “aparatosa e irregular”, pero ahora sitios especializados como filmaffinity.com hablan de una obra “no desdeñable, que consigue recrear una atmósfera obsesiva e inquietante, con buenas actuaciones”.
Para los intereses del mundo fílmico nacional, alejado de preocupaciones concernientes a críticas o taquillas, El Dorado había abierto una puerta importante. Cinco años después, con 1492, La conquista del paraíso (1992), otra oportunidad de oro surgiría en sus narices.
Pero esa es otra historia; otro cuento de españoles, pero sin ellos a la cabeza.
ALGUNOS OTROS GRANDES FILMES RODADOS EN EL PAÍS
1947
CARNAVAL EN COSTA RICA
Director: Gregory Ratoff Género: Musical (parcialmente filmado en el país).
Locaciones: Avenida Central y alrededores.
Sinopsis: Un chico y una chica regresan a Costa Rica. Llegan al país con pareja, pero sus padres le tienen matrimonios arreglados.
1992
1492: LA CONQUISTA DEL PARAÍSO
Director: Ridley Scott
Género: Drama-aventura (parcialmente filmado en el país).
Locaciones: Tulín, San José.
Sinopsis: Historia de Cristobal Colón y su encuentro con el nuevo continente. Reseña la llegada del explorador, junto con sus carabelas.
1995
CONGO
Director: Frank Marshall
Género: Drama-aventura (filmado parcialmente aquí).
Locaciones: La Fortuna y otros escenarios ticos.
Sinopsis: Una expedición en la que científicos buscan unos diamantes para hacer funcionar un transmisor, que también puede ser utilizado como arma.
2002
SPY KIDS 2
Director: Robert Rodriguez Género: Aventura (rodaje parcial en el país).
Locaciones: Manuel Antonio, Quepos, y otros sitios.
Sinopsis: Los hijos del matrimonio de espías Cortez, hacen de las suyas en una misteriosa isla, donde habitan extraños seres.
2013
RUNNER RUNNER
Director: Brad Furman
Género: Acción (filmada parcialmente en el país).
Locaciones: Río Tárcoles, La Carpio, Mercado Central, otros.
Sinopsis: Un joven pierde su dinero al apostar en una página de póker online. Fue estafado y viaja a Costa Rica en búsqueda del responsable.
2013
AFTER EARTH
Director: M. Night Shyamalan
Género: Ciencia ficción (filmado 100% en el país).
Locaciones: La Fortuna, San Carlos.
Sinopsis: Kitai tiene un accidente y cae por accidente en una Tierra hostil. Debe sobrevir a los peligros y buscar la forma de salvarse.
2016
ESCUADRÓN SUICIDA
Director: David Ayer
Género: Acción (filmada parcialmente en el país).
Locaciones: Sarapiquí y Pococí.
Sinopsis: Ante el peligro de una amenaza alienígena, un grupo de villanos es reclutado por la agencia ARGUS y el gobierno de EE.UU.