Como a cualquier tierno y moderno peluche, a Ted lo abrazan, lo aprietan en su pecho y dice: “¡Te quiero mucho!”. Pero cuando un mágico deseo le da vida al osito café, su boquita y forma de actuar pierden un tanto el glamour .
Crece Ted y también su dueño, John Bennett (Mark Wahlberg), pero solo crecen en irreverencias, pues en el fondo ambos siguen siendo un par de inmaduros que solo piensan en divertirse como niños.
Bajo el mando de Seth MacFarlane, Wahlberg) y Mila Kunis protagonizan Ted (2012), comedia para adultos que cosecha en el mundo dividas críticas por su calidad, pero sí la aprobación del público adulto.
La suma de $407 millones, recaudados en tan solo mes y medio en la cartelera mundial, demuestran su popularidad en las butacas.
Todo la trama se inicia en una Navidad: el pequeño y despreciado Bennett quería que su osito fuera de verdad “y, por desgracia su sueño se hizo realidad”, dice la sinopsis de la cinta.
Pasan los años y la comedia nos muestra como Ted y Bennett no terminan de desapegarse. Esto agota la paciencia de Lori (Mila Kunis), la novia de John.
Ted es malhablado, sexualmente muy activo, adicto e irresponsable, y esto se le pega a John, quien, además de tambalear en su trabajo, ha desajustado su relación con Lori.
“Para colmo, a John no parece preocuparle su futuro profesional y se pasa la vida fumando cigarros con Ted. John sí intenta alcanzar la madurez, pero parece que para ello le resulta indispensable la ayuda de Ted”, agrega el argumento.
Entre Lori y el atrevido oso se formará un juego de poder, pues ambos pujarán por la atención de John. Él, por su parte, no sabe qué hacer con su mal portado amigo y mucho menos con las exigencias de su novia.
“Ted es un compañero de cuarto nada discreto. Lori es una chica que trabaja duro y quiere a John, en parte porque sigue siendo un niño, pero también necesita una seguridad que es incapaz de brindarle”, dice Kunis en las notas de producción del filme.
Un final más “tierno” de lo esperado cerrará la ingeniosa e irreverente comedia, cuyo drama se solventará gracias a una simbólica promesa de amistad.