GDA/El Mercurio/Chile.- Con una atractiva lista de pesos pesados como Martin Scorsese, Greta Gerwig o Bong Joon-ho, pocos esperaban que 1917, película bélica dirigida por el británico Sam Mendes (Belleza americana), se llevara los galardones a mejor director y mejor película de drama en los Globos de Oro. Ni siquiera su elenco lo previó.
“No esperaba que tuviera tal éxito”, asegura al teléfono Dean-Charles Chapman, actor que interpreta al soldado Blake, uno de los dos protagonistas de 1917.
“Fue un shock porque se había estrenado hace poco y el resto llevaba más tiempo en cartelera entonces muchas personas las habían visto. Fue surreal. Ojalá eso anime a la gente a verla en el cine porque está hecha para ser vista ahí”, expresó el joven de 22 años, quien ha participado en producciones como Game of Thrones e Into the Badlands.
Con ese gran puntapié inicial, 1917 se abre paso en la carrera por los Óscar, en que competirá en 10 categorías, incluyendo mejor director, película, guion original y fotografía, con igual cantidad de nominaciones que El irlandés y Había una vez en Hollywood.
1917 nos transporta directo a la Primera Guerra Mundial, con la historia de los soldados Blake y Schofield, interpretados respectivamente por Dean-Charles Chapman (The White Queen) y George MacKay (Capitán Fantástico). Su misión es llevar un mensaje a un batallón que se dispone a atacar al enemigo para avisarles que van camino a una gran emboscada. Si no entregan el mensaje, morirán 1.600 soldados, incluyendo el hermano de Blake. Para eso, los dos valientes cabos tendrán que recorrer a pie 15 kilómetros, cruzar trincheras enemigas, y todo antes de 24 horas.
“Sam nos contó sobre su abuelo Alfred Mendes y su participación en la Primera Guerra Mundial entre 1916 y 1918”, asegura Dean en la entrevista con su muy británico acento.
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“Particularmente, nos contó que él tenía que entregar mensajes, cruzando trincheras enemigas. Lo enviaban a él porque era de baja estatura. Como medía solo 1.50 metros y la neblina llegaba hasta el metro 80 de altura, podía hacerlo sin ser visto. La imagen de ese hombre corriendo en ‘tierra de nadie’ fue lo que lo inspiró para hacer 1917”, concluye.
Ensayo y más ensayo
Uno de los méritos de 1917 es su maestría técnica para crear la ilusión de que fue filmada en una sola toma continua, pese a tener cortes. Claro que estos no se notan gracias a la ayuda digital, que permite que las dos horas que dura se vivencien como si fueran en tiempo real. Sam Mendes ha contado que quería que la audiencia conectara con la historia y con los personajes, este formato permite vivir cada respiro de ellos y ver cómo el reloj corre en su contra.
Filmar en una sola toma continua, aun teniendo cortes, requiere de ensayo y tiempo, según cuentan los protagonistas. Fueron 6 meses de práctica y luego 16 semanas de filmación, cuenta George MacKay, quien interpreta a Schofield.
“Estuvimos parados en un campo abierto durante seis meses, hablando, caminando, marcando el paso y el ritmo y la velocidad de la escena y de las emociones”, comenta Dean.
“Pusimos banderas en el piso para hacer un mapa y después lo repetimos hasta que saliera a la perfección. Luego, cuando construyeron las trincheras, lo ensayábamos en terreno y veíamos si tomaba más o menos tiempo, y cambiábamos el ritmo. Fue difícil hacerlo una y otra vez, pero necesitábamos que cuando se filmara, pareciera como si fuera la primera vez”, expresa el actor.
Para el joven, coreografiar el ritmo emocional de la película y ensayarlo permitió que la actuación saliera natural, esa misma estructura rígida no dejaba espacio para la improvisación.
“Eso no significa que no tuvimos libertad”, afirma George MacKay.
“Fue un proceso gradual y largo hasta llegar a la última coreografía. No fue que nos pasaran un guion con los pasos a seguir y tuviéramos que aprenderlo. No hubo espacio para la improvisación en la grabación misma, pero no se sintió restrictivo”, concluye MacKay.
“Sam no nos dio un papel con los movimientos sino que los creamos juntos. Él nos guiaba y nosotros le decíamos si estábamos de acuerdo o no. ‘Pienso que mi personaje debería ir más lento o debería decir esta broma’. Entonces era una constante colaboración”, sostiene Dean sobre el trabajo en el filme.
En las entrevistas que ha dado, Sam Mendes ha contado que eligió a actores de bajo perfil para 1917 con la intención de que el público creara una relación nueva con ellos, y a la vez, sintieran que son personas comunes y corrientes con una misión. A cambio, como secundarios, están actores ingleses más conocidos como Colin Firth o Benedict Cumberbatch.
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El elenco solo tiene elogios para el director, que ganó el Oscar en 1999 por Belleza americana.
“Sam es un muy buen director”, asegura Dean.
“Sabe muy bien cada escena. Como la película se trata de solo dos actores y además, había que hacerlo en una sola toma continua, teníamos una inmensa presión encima, pero no la sentimos. Él nos hizo sentir muy cómodos y con solo una palabra te hacía ver la situación desde un punto de vista completamente distinto. Para mí, Sam es un genio”.