Como un tecnócrata discreto, trabajando siempre por debajo de la mesa y sin pomposidades, Dick Cheney no era el tipo que inspirara a Adam McKay para hacer una película.
Podría decirse que Cheney era un cero a la izquierda para McKay, quien, sin embargo, se despojó de toda idea preconcebida para echar a andar El vicepresidente (Vice, 2018), película biográfica consagrada al ascenso político del controvertido exvicepresidente de George W. Bush.
Fue una fuerte gripe, que le dejó varios días en cama, la oportunidad para que McKay devorara un libro sobre Cheney y entrara sigiloso al mundo del controversial político.
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Desde entonces “no ha dejado de sorprenderme”, confiesa McKay, sobre todo "por la forma en que ha cambiado profundamente el curso de la historia de Estados Unidos”.
El vicepresidente, cinta que se estrena este jueves en Costa Rica, ya colecciona 8 nominaciones a los premios Óscar. Entre las las numerosas postulaciones se mide en la categoría de mejor película, pero también busca la estatuilla a mejor actor para Christian Bale, quien encarna a Cheney con una interpretación exquisita.
El que una vez se puso la capucha de Batman aparece en Vice irreconocible. Bajo numerosas capas de maquillaje y con 20 kilos de más, Bale brilla en pantalla y se baña de una deliciosa credibilidad.
Variety lo llama “virtuoso”, pues según la publicación el actor captura el personaje a la perfección.
Encarnación de la línea dura de los neoconservadores estadounidenses, Cheney no solo fue la mano derecha de W. Bush sino que también fue Secretario de Defensa de 1989 a 1993, durante la primera Guerra del Golfo (1991).
Fue criticado por su política dura, sus afirmaciones sobre la presencia de armas de destrucción masiva en Irak o su justificación de la tortura, a la que llamó “técnicas mejoradas de interrogación”.
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Cheney, de 77 años, también fue sospechoso de varios conflictos de intereses. Cuando se postuló para vicepresidente en el año 2000 era director ejecutivo de Halliburton, la compañía petrolera que se enriqueció gracias a la segunda guerra de Irak, en el 2003.
El hombre fue tan influyente que, en palabras sencillas, pudo modelar el mundo que hoy conocemos. Solo bastó que un personaje como W.Bush llegara a ser presidente, para que el tiburón pegara la mordida y se embriagara de poder.
Bale lo tiene claro. Tantas cosas no pudo haberlas alcanzado sin su dominante y acuciosa personalidad.
“Es una personalidad muy fuerte, increíblemente sólida, y en cierta manera entendía, tal vez como nadie más, cómo hacer funcionar las ruedas del gobierno”, dijo Bale sobre el exvicepresidente.
“Él fue un hombre brillante en entender la maquinaria gubernamental; pasó de ser uno más del montón a convertirse en una pieza clave de la Casa Blanca, eso es sorprendente”, agregó en entrevista con El Tiempo, de Colombia.
El ejército, el aparato estatal, la política exterior y la energía estaban en sus manos. ¿Alguna duda de quién mandaba en Estados Unidos?
Villano de contrastes.
Durante El vicepresidente, Adam McKay mezcla varios episodios en la vida de Cheney. Muestra al hombre de negocios y de poder en la Casa Blanca, pero también al joven originario de Wyoming: borracho y brutal, quien para colmo de males fue expulsado de la universidad de Yale.
Podría decirse que Cheney le debe su salvación a su esposa Lynne, encarnada en la película por Amy Adams, y su ascenso meteórico a W. Bush, que Sam Rockwell personifica como un tipo bastante perdido en los laberintos del poder.
El Bush de El vicepresidente come carne como cerdo y parece bastante descerebrado. Muchos dirán que es el molde perfecto del exmandatario, otros que es una falta de respeto. Lo cierto es que, más allá de eso, le dio la llave de Estados Unidos a Cheney.
Otro papel clave es el de Steve Carell, quien da vida al exsecretario de defensa de W. Bush, Donald Rumsfeld.
“Steve es maravilloso en su trabajo. De hecho, mucha gente que no sentía empatía por Rumsfeld estoy seguro que cambió de idea gracias a su caracterización”, comentó Bale.
En ese contexto se va tejiendo la historia real Cheney, el callado burócrata que acabó convirtiéndose en uno de los hombres más poderoso del mundo. Todo, desde una narración muy singular.
Entre repetición de flashbacks,una voz en off y apariciones surrealistas en medio de la historia, es el mismo Cheney quien termina contándole la historia al espectador.
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"McKay ha creado algo que realmente rompe las convenciones (...) es necesario porque lo que vemos en la pantalla puede ser muy triste y traumático”, argumentó Bale.
La farsa y la burla no faltan en El Vicepresidente. Momentos de seriedad e impotencia, se suavizan con risas y sarcasmos en los mejores momentos.
“Con Adam siempre hay una sensación de alegría en el set. Hemos trabajado en varias películas, unas simplonas, otras más oscuras, pero siempre hay ese júbilo”, comentó Carell en entrevista con El Tiempo.
“Él logra que las cosas tengan un respiro, aún cuando se pongan muy serias, tristes o tenebrosas. Tiene la forma de darle a la audiencia ese aire. Y sucede en El vicepresidente”, agregó el actor.
Para Carell, además, la película tiene un valor muy importante: conecta el pasado con el futuro, pues será inevitable comparar las políticas del pasado con las del presente. No menciona a Donald Trump en su comentario, pero al parecer su nombre viene implícito en su mensaje.
Crítica dividida.
A pesar de que El vicepresidente ha protagonizado casi todas las galas de la temporada de premios, los expertos se debaten por la calidad el filme. No hay consenso.
Para el diario español El País, por ejemplo, la cinta es “un trabajo formidable”.
“Una película que, al mismo tiempo, es un reportaje de investigación y una denuncia, una hipótesis y una comedia desvergonzada", publica el periódico ibérico.
Sin embargo, The New York Times dice que la cinta funciona bien como biografía, pero critica su profundidad a nivel histórico.
“Como repaso histórico es otro tema, ya que la cinta es tendenciosa y está poco desarrollada, proponiendo una visión reduccionista y conspiratoria de algunos sucesos recientes”, comenta la publicación estadounidense.
Por ese motivo, en los sitios Metacritic y Rotten Tomatoes, la película de McKay no brilla en su calificación: tiene un 63 como promedio.
El vicepresidente es una película que solo puede ser vista por mayores de edad. La película se exhibirá en formato 2D digital en todos los cines del país.
Ficha técnica.
Director: Adam McKay
Género: Comedia-drama.
Elenco: Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell, Sam Rockwell
Duración: 132 minutos.
Cines: CCM, Magaly, Cinemark, Citicinemas, Novacinemas, Cinemark.