Comprender el autismo desde el ángulo más humano e íntimo. Esta es la misión que se planteó Ernesto, gracias, documental en etapa de posproducción, que fue seleccionado en la sección Industria del Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC).
Dirigido por Laura Ángel Córdoba y producido por el experimentado documentalista Juan Manuel Fernández, Ernesto, gracias se mete en el corazón y la cotidianidad de una familia común, cuya única singularidad es que uno de sus miembros es autista.
Él es Ernesto, personaje principal, quien actualmente tiene 25 años y fue diagnosticado con autismo no verbal desde los 3. El joven es de de origen colombiano y vive en Turrialba.
“Ernesto amanece cada día con una sonrisa, aunque sus noches sean difíciles. Su autismo se manifiesta de múltiples formas cada una en una espiral infinita de detalles y posibilidades”, escribió Laura Ángel sobre su hermano, pues la directora del filme también es protagonista del proyecto.
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“Por ejemplo, a Ernesto no le gusta que la gente cruce las piernas o los brazos. Le gusta sentir la extensión; las cosas amarradas le inquietan, como los cordones de los zapatos o los candados en las puertas”, agregó la cineasta.
Ernesto vive en un mundo muy particular, por lo cual el nuevo filme sigue a su familia en su deseo de reaprender sobre su condición. No será fácil, claro está, pues se encontrarán en el proceso con una serie de situaciones que pondrán a prueba su deseo.
La primera en buscar una conexión distinta con Ernesto es precisamente Laura Ángel; en su curiosidad por entenderlo, todo ha explorado el mundo de su hermano desde el juego, el cuerpo, la voz y el sonido.
“En ese proceso, Laura descubre que no podía imaginar del todo la experiencia de vida del autismo. Más allá de lo que se había vuelto cotidiano, las sensaciones asociadas no le satisfacían; sentía una tristeza, un vacío que necesitaba transformar”, detallan las notas de producción del filme.
Por eso mismo, Fernández adelanta que Ernesto, gracias es narrado desde la voz de Laura de una forma poética e intimista.
Otro personaje del documental es Lilliana, madre de Ernesto y Laura. Es una mujer que no le teme a la muerte, pero que sí a dejar solo a su hijo.
“Su experiencia junto al autismo de Ernesto le ha costado el sueño. Es por esto que ha decidido reinventar la manera en que ha asumido esta condición. Sabe que puede ser un camino doloroso pero la necesidad lo amerita, es necesario un cambio para poder continuar”, agrega la información sobre este filme.
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Muchos miedos, temores y tabúes tendrán que romperse para llegar a buen puerto, logrando así la estabilidad que tanto buscan.
Fernández aseveró que el documental busca dar a otras familias una opción distinta para que se puedan comunicar con sus hijos autistas (no verbales) de una manera más eficaz y puedan mejorar sus condiciones de vida.
“La vida de Ernesto no ha sido nada fácil. Por ejemplo, luego de los 23 años en Costa Rica, no hay institución estatal que reciba a personas autistas. Esto obliga a que se tengan que confinar en sus casas, al cuidado de una persona y expuestos a muchos peligros”, explicó el cineasta.
A la espera
Ernesto, gracias es un documental ya filmado, por lo que trabajan fuerte en el proceso de posproducción para estrenarlo este año.
“Esperamos este listo pronto, con un corte final. La idea es estrenarlo a mediados o finales de este año y embarcarlo primero en una ruta de festivales a nivel internacional”, dijo Fernández.
En la sección Industria del CRFIC, los realizadores de Ernesto, gracias buscarán hacerse con el dote económico (¢3 millones) con que se premia a los ganadores de la categoría Cine en Posproducción. Con esos recursos se busca seguir trabajando en detalles de coloración, masterización y sonido.