Existen muchos mitos que, lo que mejor les podía pasar, es que no sucedieran. Por ejemplo, la intrigante versión de Dune que Alejandro Jodorowsky planeaba hacer en los setenta involucraba una odisea de la cual posiblemente no hubiese salido vivo. Lo mejor que le podía pasar al mito es que nunca se concretara.
Con una saga como Neon Genesis Evangelion, popularmente conocida solo como Evangelion, parecía que la cuestión se repetiría: el finalísimo largometraje que daría término a casi treinta años de culto tardó demasiado en llegar. Programada en un principio para lanzarse en el 2013, la cinta se retardó de formas increíbles hasta que en el 2021 se estrenó en Japón bajo el título Evangelion: 3.0+1.0 Thrice Upon a Time.
El desenlace de la historia, que muchos logramos disfrutar a través de bahías piratas, no solo superó las expectativas, sino que también significó una subversión a la depresión que siempre exhaló esta franquicia.
El caso es que en un sueño cumplido para los fanáticos ticos, la mencionada película llega a Costa Rica a través de Cinépolis y la distribuidora MundoCine. Para anunciar y compartir la emoción que significa, compartimos unos pensamientos extendidos sobre el valor de esta cinta que se podrá disfrutar a partir de este jueves en su sede de Cinépolis preferida.
Palabras mayores
La historia de un niño que debía pilotar una máquina de pelea se convirtió en un relato de honores mayores. El viaje de Shinji por salvar a la humanidad se ha extendido desde 1995 y se estableció como toda una subversión a la hora de hablar sobre épicas de héroes.
Tras la serie y la película de los noventa, el creador Hideaki Anno ideó una tetralogía de largometrajes para extender su universo, empezando en el 2007. A esta nueva saga le llamó “rebuilds”, con el interés de reimaginar lo que había sucedido en el programa clásico, en el que el adolescente Shinji debe vencer a unas criaturas llamadas “ángeles”, las cuales amenazan con acabar con la vida humana tal cual conocemos.
Fuertemente inspirada por el eterno retorno del que habló el filósofo Friedich Nietzche, esta tetralogía sirvió como un espejo para revisionar el legado de sus personajes y reflexionar sobre cómo un título evoluciona en el tiempo y se cuestiona a sí mismo su núcleo emocional.
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Un nuevo legado
Tras el estreno de Evangelion 3.0+1.0 Thrice Upon a Time, los rebuilds se miran distinto. Se miran por su nombre: un rebuild, lo cual se podría definir como una suerte de reimaginación de todo lo que ha pasado; es como pensar en un multiverso.
Y en esta resignificación, el creador Hideaki Anno hace algo muy interesante: profundiza en la herida de lo que significa montarse al Eva... Hace que todos los personajes le cuestionen a Shinji esa acción, ese tropo que tantos memes ha generado en todos estos años.
Finalmente, con la llegada de este desenlace, Hideaki Anno descarrila el tren que ha corrido en círculos durante más de veinte años y, esa salida de los rieles, involucra repensar el mismo existencialismo que tanto ha caracterizado a la serie. Allí reside la sorpresa: el creador le abre espacio al optimismo.
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Sí, los rebuilds no dejan de tener su buena dosis de abordaje sobre la depresión, tema centralísimo en la construcción de sus personajes. Que lo diga la primera hora de esta última película, la cual es un pasaje reposado y oxigenado sobre el duelo que, sin duda, retrata uno de los mejores momentos de toda esta nueva saga de películas.
Pero aún así, ese existencialismo cambia con el avistamiento de un final optimista: Hideaki Anno hace que pensemos en cómo sería un mundo sin Evangelions; pensar en un mundo donde cada uno de los muchachos pudo ser lo que quiso ser y no lo que el destino le aguardaba. Es como si Harry Potter hubiese querido ser contador y no un niño elegido.
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Este es un concepto que se nos va mostrando con personajes como Toji, muchacho que en el animé tiene un trágico desenlace, pero que en los rebuilds logra tener una vida plena.
Paso a paso, conocemos las historias del resto de personajes y qué ha pasado con sus días. Es un fanservice que funciona maravillosamente, porque no solo nos trae a viejos conocidos, sino que estos vienen a aportar a la psicología de nuestro atribulado Shinji y cómo, en esta oportunidad, el muchacho toma la decisión de pensar en un mundo feliz.
Hideaki Anno, al igual que nosotros, no es la misma persona que hace tantos años escribió esta historia. Sin dudas, es un hombre que ha trabajado su salud mental y necesitaba tiempo para repensar el viaje de Shinji más allá del dolor.
Ahora, más bien, Shinji es reflejo de un proceso terapéutico exitoso, en donde él decide tomar el mundo por sus manos.
Es en este punto cuando los rebuilds dejan de ser una historia más y pasan a ser un discurso sobre la redención y las miles de posibilidades que alberga una sola vida; sobre cómo existe la luz después del duelo.
En los compases finales de esta película, llega el momento de despedirnos de esta saga de tantos años. En su última escena, suena de fondo una bella canción titulada Un último beso, refiriéndonos a ese júbilo final que nos queda tras tantos años. Y en ese momento de la película, sin lugar a dudas, todos podremos decir juntos: “felicidades, Shinji”.
A partir de este jueves 29 de setiembre, puede disfrutar de ‘Evangelion: 3.0+1.0 Thrice Upon a Time’ en su sede de Cinépolis preferida