El cineasta Carlos Saura, considerado una de las grandes figuras del séptimo arte español y con más de 50 películas dirigidas, falleció este viernes a los 91 años, anunció la Academia española de Cine.
Saura "ha muerto hoy en su domicilio a los 91 años, rodeado de sus seres queridos", escribió en Twitter la Academia, donde lo describió como "uno de los cineastas fundamentales de la historia del cine español".
Nacido el 4 de enero de 1932, en Huesca, Aragón (noreste), en el seno de una familia de artistas, Saura mostró una “incansable actividad” y “amor por el oficio hasta el último momento”, ya que su su última película, Las paredes hablan, se había estrenado el viernes pasado en España, señaló la Academia.
Saura falleció justo un día antes de que le fuera entregado un Premio Goya de honor por su carrera, en la gala de los galardones del cine español que se celebrarán el sábado, en Sevilla (sur).
“Se ha ido Carlos Saura, cineasta, fotógrafo, escenógrafo, artista total. Premio Nacional de Cinematografía en 1980, su carrera recibió todos los premios imaginables y, sobre todo, el cariño, el aprecio y el reconocimiento de todas y todos los que disfrutamos con sus películas”, tuiteó el ministro de Cultura, Miquel Iceta.
Frecuentemente citado entre los grandes del cine español, junto a Luis Buñuel y Pedro Almodóvar, Saura dirigió medio centenar de películas a lo largo de una carrera de medio siglo, durante la cual fue merecedor de numerosos reconocimientos.
Aunque los críticos lo compararon con el sueco Ingmar Bergman por una preocupación similar por los sueños, el simbolismo y la muerte, Saura abordó temas intrínsecamente españoles, a menudo evocando la Guerra Civil de 1936-39 y el posterior gobierno de Franco que terminó en 1975.
Saura puso el foco en sus inicios en los males de la sociedad y sus perdedores, para luego, a partir de la década de 1980, producir principalmente largometrajes musicales como su celebrada trilogía flamenca Bodas de sangre (1981), Carmen (1983) y El amor brujo (1986), junto al bailaor Antonio Gades.
En 1975, realiza la que para muchos críticos es una de sus obras cumbres, Cría Cuervos, premio del jurado en Cannes, una alegoría de la dictadura que asfixió a su país hasta ese año.
En suelo tico
En Costa Rica, por su parte, Carlos Saura rodó la película El Dorado (1988), filme en el que participaron artistas costarricenses como Álvaro Marenco -quien falleció ayer jueves (9 de febrero)-, Mariano González, Gladys Catania y Gustavo Rojas. Los cuatro formaron parte de un grupo de cerca de 400 extras.
La cinta, cuyo costo fue de unos $7 millones, reunió en locaciones de Limón y Tortuguero a los flamantes protagonistas del filme –Omero Antonutti, Lambert Wilson y Eusebio Poncela–.
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La trama de El Dorado narra la aventura de Lope de Aguirre (Antonutti), un soldado español que se revela a la corona española durante la expedición hacia El Dorado, liderada por el gobernador Pedro de Ursúa (Wilson) y conformada por unos 400 españoles, esclavos e indígenas.
Según reseñó La Nación , en un artículo de 1986, Saura encontró en Costa Rica un paisaje similar a las selvas amazónicas –donde la leyenda ubica la ciudad dorada– y que además se prestó “para rodar escenas junto a un río y contaba con centros de producción adecuados para guardar el equipo técnico y alojar a los actores”.
El Dorado obtuvo nueve nominaciones a los premios Goya y una nominación a la Palma de Oro; pero al final se quedó sin premio y el desfavor de la crítica.
Vida personal
Carlos Saura nació en la ciudad de Huesca, en 1932, pero se crió en Murcia. Creció junto a su hermano Antonio, quien se convirtió en uno de los principales pintores modernos de España.
Saura abandonó sus estudios de ingeniería industrial en 1949 para dedicarse a la fotografía, y luego estudió periodismo y cine. Enseñó cine y trabajó en varios cortometrajes antes de realizar su primer largometraje Los Delincuentes (1960).
Tuvo gran influencia por el neorrealismo italiano, de donde derivó su preocupación por temas sociales, pero él nunca se consideró un artista político. “Para mí el cine es una especie de droga, una obsesión. Lo que me gusta es que es un placer solitario”, expresó a Reuters en una ocasión.
Saura tuvo siete hijos y se casó con Adela Medrano, Geraldine Chaplin (hija del insigne director Charles Chaplin) y Mercedes Pérez.