A la edad de 73 años, el prolífico y versátil cineasta Jonathan Demme murió esta mañana en Nueva York.
Así lo informaron medios como Indiewire, los cuales agregaron que el deceso habría sido causado por una mezcla de enfermedes: cáncer de esófago y enfermedades del corazón.
"Inicialmente, el paciente fue tratado en el 2010, pero sufrió de una recaída el 2015. Su estado se deterioró en las últimas semanas", publicó Indiewire, citando una fuente cercana a la familia.
Demme contó con una vasta y respetada carrera en el cine. En 1991 ganó el Óscar al mejor director por El silencio de los inocentes, cinta protagonizada por Anthony Hopkins y Jodie Foster que además obtuvo la estatuilla dorada a mejor película, mejor actor, mejor actriz y mejor guion, un hito.
También dirigió Philadelphia (1993), con Tom Hanks, que fue galardonada con dos premios de la Academia.
Por si fuera poco fue el realizador de importantes filmes como Stop Making Sense (1994), aclamadísimo documental sobre los Talking Heads. Se rodó en tres noches y con siete cámaras y reinventó el género de documentales musicales.
"Demme sentó cátedra en el mundo de los conciertos filmados. Sin incluir nada que no fueran actuaciones, logró no aburrir ni un minuto", publicó sobre Stop Making Sense el diario El País.
Siempre en la tónica musical, dirigió videoclips como The Perfect Kiss, de New Order, I Got You Babe, de UB40 y Crissie Hynde, y Murder Incorporated, de Bruce Springsteen, demostrando una versatilidad que pocos directores de Hollywood tienen. Siempre hizo lo que quiso y bien.
Otras películas sobresalientes de su carrera son El mensajero del miedo (2004), con Denzel Washigton y Meryl Streep, y Rachel Getting Married (2008), con Anne Hathaway.
En los últimos tiempos estaba dedicado a colaborar en algunas series de televisión; recientemente, dirigió el noveno episodio de la tercera temporada de The Killing.