Llegar demasiado pronto a la cima puede ser una maldición que conduzca, directamente, a un mundo poco desafiante, desprovisto de nuevas aventuras, cuya sensación de seguridad puede ser incluso más devastadora que el enemigo mismo.
Innumerables batallas convirtieron a Gokú en una leyenda en la Tierra, pero luego de vencer a Majin Buu, su naturaleza quedó congelada: esa que lo impulsa a enfrentarse a rivales más grandes y más poderosos para crecer como guerrero. Por eso, nadie más que él celebra la amenaza que impone en la galaxia el solo nombre de Bills, el dios de la destrucción.
Cuando ya no quedaban oponentes más poderosos, el creador del manga de Dragon Ball, Akira Toriyama, dio rienda suelta al ingenio, para crear un filme a partir del vacío que él mismo dejó en sus dibujos. A partir de hoy, cientos de seguidores podrán dilucidar si tantos años de espera valieron la pena y si este nuevo combate será tan feroz como lo promete el título La batalla de los dioses .
“Mientras haya un dios que cree estrellas en este mundo, habrá un dios que las destruya”, advierte la producción de la película.
Es la ley del equilibrio, pero con lo que Bills no contaba es con que mientras haya una amenaza para la humanidad, habrá también un saiyan dispuesto a enfrentarlo, y ese guerrero es Gokú, quien venció incluso al temido Freezer.
La historia se sitúa en la “década perdida”, es decir, en algún momento de los 10 años que pasaron luego de la derrota de Majin Buu y que no fueron relatados entre los números 517 y 518 en el manga.
Bills y su maldad permanecieron dormidos durante 39 años. Pero una profecía despertó a este dios del sétimo universo, y ahora deberá viajar a la Tierra para cumplirla.
Nostalgia inderrotable. Más de una década atrás, las tardes concluían con fantásticas batallas entre el bien y el mal, encabezadas por la icónica invocación de poder del Kame Hame Ha .
El crítico de cine de El Clarín , Pablo Raimondi, destaca que llevar a la pantalla grande al hito televisivo de los años 90 planteaba dos caminos posibles: el de hacer un filme que sumara nuevos adeptos, o uno que complaciera a los fans.
El director de Dragon Ball Z: La batalla de los dioses , Masahiro Hosoda, claramente optó por la segunda vía. “Una película no inclusiva, solo para fanáticos, donde desde el comienzo del filme hay que tener una dosis mínima de conocimiento de Gokú y compañía”, argumentó Raimondi.
Luego de la desatinada decisión de recrear la historia de las esferas del dragón en carne y hueso con Dragon Ball Evolution , la inmensa tribu de seguidores de la serie merecía una película con el estilo de animación que hizo grande a Kakaroto en la televisión.
“Para el público que crecimos viéndolo, (la estética clásica) es más bien el enganche; cambiarlo a digital es perder lo que fue Dragon Ball Z . Sin embargo, hay un cambio en el dibujo, es como más estilizado, lo que lo hace más fresco”, comentó Jorge Araya, encargado de mercadeo de Casa Manga.
En esto concuerda el diario peruano El Comercio , el cual afirma en su reseña: “Al asumir las mismas gráficas de la serie televisiva y el manga, esta película resulta más atractiva que la propuesta –en acción real– por la 20th Century Fox, en el 2009. Sin embargo, para aquellos que no siguieron el crecimiento de Gokú, Vegeta, Gohan, Goten y Trunks, Dragon Ball Z: La batalla de los dioses no reunirá elementos suficientes para elevarse como un gran filme”.
Para Araya, el hecho de que el creador del animé original intervenga en la producción, genera buenas expectativas.
“¡Ya han pasado 17 años desde el primer animé de Dragon Ball ! Hasta ahora, básicamente dejé que los demás hicieran el trabajo de animación, pero por primera vez me gustaría probar darle una historia. Sin embargo, las palabras claves ‘dios Super Saiyan’ y ‘Bills, el dios de la destrucción’ estaban en el borrador del guión y eso era todo, hasta ese momento”, dijo Toriyama en una entrevista genérica enviada a la prensa.
La película también concederá los deseos de seguidores latinoamericanos, quienes elevaron la petición de que cuente con los doblajes originales de Mario Castañeda (Gokú) y René García (Vegeta).
“No se puede vivir de recuerdos ni se puede pretender que un álbum de fotos sea suficiente, pero es una forma de volver a poner en escena la fuerza de lo creado por Akira Toriyama. Quizás esto sea solo el comienzo”, apuntó el fanático Miguel Ángel Fernández, en el sitio web de Dragon Ball Latino .
Esta es la misma fe que mantiene Jorge Araya, cuya ilusión despertó –tal cual lo hizo Bills, luego de muchos años– cuando leyó que existe la posibilidad de que el éxito de la película sea el principio del relanzamiento del animé televisivo. “Habría que ver si el final queda abierto para la serie. Me gustaría bastante, sería un paso para que se dé la continuación”.
Por ahora, como dijo Toriyama: “¡Por favor, disfruten de Dragon Ball , después de mucho, mucho tiempo!”.