El mutilante miedo escénico. Esa condición que hace temblar las cuclillas de cualquier fulano y puede estropear los sueños del artista más arrecho, no tuvo misericordia con Hans Zimmer.
Al compositor alemán, al menos, ese y otros miedos le cogieron desde chiquillo. Crecieron con los años y encontraron raíces profundas en su agitado pasado judío y el terror familiar por el acoso nazi.
Miedo, miedo, miedo. Bendito miedo podemos decir ahora, pues lo que pudo convertirse en su mayor enemigo terminó convirtiéndose en su mayor aliado: gracias a ese detalle Zimmer llegó al cine y, a sus 60 años, no cesa de seducir al mundo con sus potentes bandas sonoras.
“Una de las razones por las que me gustó ser un compositor de cine es porque tienes mucho control sobre el trabajo”, dijo Zimmer a la agencia AFP, luego de reconocer que sufrió un gran terror a la exposición pública y a los escenarios.
Apenas hace dos años, por primera vez, Zimmer decidió vencerse a sí mismo y cumplir el sueño inhibido de interpretar en vivo sus grandes joyas: tomó un piano, la guitarra y el sonoro banjo para tocar con sus propias manos bandas sonoras ideadas para cintas como El rey león (1994) –que le valió el único Óscar que posee en su carrera– y Gladiador (2000) –por la que se hizo de un Globo de Oro– e Inception (2010), con la que consiguió varias nominaciones.
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Ese ha sido un común denominador. Luego de 34 años de carrera y más de 134 películas y series de televisión a su haber, una colección de inolvidables producciones han visto cómo sus bandas sonoras, gracias a Zimmer, se convierten en un personaje más de sus tramas.
Casi a la altura de John Williams y Ennio Morricone se encuentra Zimmer –aseguran múltiples expertos–, y eso ya eso es mucho decir.
“Está en la antesala de convertirse en una vaca sagrada, tal como Morricone y Williams. Él es uno de los compositores más respetados en los últimos años y eso cuesta mucho sobre todo en estos tiempos, porque el mercado es muy grande”, asegura Erik Fallas, crítico de cine.
“El darle columna vertebral a una película ya lo logró en varias ocasiones, lo único que a mí parecer le hace falta es consolidar una tonada que trascienda la película en el aspecto popular, pero todo lo demás ya lo logró Zimmer”, agregó Fallas.
Además de prolífico compositor su versatilidad es fascinante. Aunque sin nominaciones y rimbombantes premios, imposible no reconocerle a Zimmer su trabajo en éxitos más comerciales como Piratas del Caribe, Rango, Madagascar, Hannibal, Kung Fu Panda, El aro y muchos más.
Zimmer es capaz de musicalizar lo que se ponga en su camino, hasta en batallas de superhéroes se coló el talentoso tipo. Además su arte nunca pasa de moda y la prueba es que Dunkerque (2017), obra en la que realizó uno de sus últimos aportes, logró una nominación al Óscar.
“Zimmer puede hacer bandas sonoras específicas y complejas como Dunkerque, las cuales requieren mucha investigación, a pasar a hacer otras más joviales sin ningún problema ni complejo. Su versatilidad es innegable”, opinó Fallas.
El genio brilla. Apenas en la octava película de su carrera Zimmer, quien nació un 12 de setiembre de 1957, en Fráncfort, comenzó a mostrar que Hollywood tenía que prestarle mucha atención. En la pantalla grande el músico debutó en 1982 musicalizando la cinta Trabajo clandestino (1982), de Jerzy Skolimowski.
Su primer trabajo, como era de esperarse, pasó desapercibido. Pero gracias a su esfuerzo tesonero y el cariño por lo que hace, siete bandas sonoras después, con Rain Man (1988), la gloria comenzó a sonreírle.
No hay duda de que los acordes que salieron de su piano y brotaron de su intelecto hicieron de Rain Man una mejor película. Al final, la cinta protagonizada por Dustin Hoffman y Tom Cruise, ganó el Óscar y Zimmer se quedó con su primera nominación a la estatuilla dorada.
Ocho años después la alegría sería completa para Zimmer. En complicidad con Disney, El rey León (1994) lo colocaría en la cima hollywoodense al ganar el único Óscar que se posa en el estante de su casa.
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Logró el máximo reconocimiento derrotando a colegas de la talla de Alan Silvestri, que competía en ese entonces con la cinta Forrest Gump; Elliot Goldenthal, por Entrevista con el vampiro, y Thomas Newman, que por partida doble estaba nominado por Little Woman y The Shawshank Redemption.
Les ganó a los tres genios, apenas con 37 años de edad y con todos sus miedos latentes.
“Había preparado un discurso pero, me acabo de dar cuenta de que está muy aburrido”, dijo un trastabillante Zimmer al recibir la estatuilla y bañarse de las luces y el aplauso de un teatro entero.
Visiblemente nervioso y luego de agradecer a su esposa y productores agregó entre risas: “Escribir una banda sonora es más fácil que esto, por favor solo dejen que me vaya”.
No sería la primera vez que Zimmer estuvo en el Teatro Kodak, de Los Ángeles, “temiendo” ser llamado nuevamente al escenario. Volvió ahí gracias a sus postulaciones musicales por La mujer del predicador (1996), Mejor... imposible (1997), La delgada línea roja (1998), El príncipe de Egipto (1998) y Gladiador (2000).
Más recientemente , Zimmer fue postulado por su trabajo en Sherlock Holmes (2009), y al lado del gran Cristopher Nolan por Inception (2010) e Interstellar (2014).
“Hans es un maestro. Una mente que no cesa de sorprenderme. Nada sería lo mismo sin él”, dijo Nolan, quien luego de Inception e Interstellar no soltaría su sociedad con el compositor alemán.
Dupla poderosa.
Nolan ya había probado el talento de Zimmer con su famosa trilogía de Batman y sin duda los resultados fueron más que alentadores para el director.
Incluso, como productor, Nolan recomendó a Zimmer para que musicalizara más películas de DC y Warner: hablamos de Man of Steel (2013) y Batman v Superman: Dawn of Justice (2016).
De todos los retos salió muy bien librado, pero musicalizar películas de superhéroes, eso sí, significó un trabajo agotador para Zimmer. Por esa razón, hace tan solo unos meses, dijo a la BBC que se retiraba de trabajar en filmes con esta temática.
“Hice Batman Begins con Chris (Nolan) hace 12 años, así que la trilogía de The Dark Knight serán solo tres películas para ti, pero para mí fueron 11 años de mi vida”, expresó Zimmer.
Destacó, además, que su labor en Batman vs Superman fue extremadamente extenuante, al tratar de buscar “un nuevo lenguaje” para la misma.
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Nada de extrañar tan fuerte preocupación, pues Zimmer se arriesgó muchísimo al reinventar el sonido de los clásicos de superhéroes. Lo hizo con Batman, por ejemplo, arriesgándose a cambiar el sonido de Neal Hefti que por años había conquistado a los fans del hombre murciélago.
Pero la decisión de abandonar el barco de los superhéroes no iba a significar un rompimiento con Nolan. Para nada. Hace dos años el director lo convocó para trabajar en su última joya: Dunkerque (2017), sobre la famosa batalla ambientada en la II Guerra Mundial.
El resultado no pudo ser mejor, al punto que ya algunas quinielas ponen a Zimmer alzando la segunda estatuilla dorada de su carrera, el próximo 4 de marzo en Los Ángeles.
“Dunkerque cuenta con una de las mejores bandas sonoras en la memoria reciente, y la música de Hans Zimmer juega un papel tan importante como cualquier personaje”, escribió sobre su trabajo Brian Truitt, de USA Today.
Para Nolan estaba claro, Zimmer era el único capaz de impulsar “el sentido de acción visceral que necesitaba la historia”.
Cal y arena. Aunque imaginar a Zimmer recibiendo otro Óscar por Dunkerque es fácil, hay que ser sinceros en decir que su trabajo en Blade Runner 2049, del director Denis Villeneuve, dejó muchas dudas.
Dicha cinta, la cual se estrenó en octubre del 2017, contó con el aporte de un Zimmer que al parecer no cumplió las expectativas del público ni de la crítica. Lamentablemente, el artista no habría podido ni igualar el emblemático trabajo de Vangelis, el artífice de la música de Blade Runner (1982).
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“El resultado es estimable y funciona bien en la película, pero deja la sensación de quedarse corto y es una pena, porque apenas unos meses se lució con su trabajo en Dunkerque, una cinta que perdería bastante sin su impresionante banda sonora”, expresó Mikel Zorrilla, del sitio Spinof.com
Pero Zimmer no solo le ha perdido el miedo a los escenarios, ahora también se desentiende de la crítica y de lo que el mundo puede esperar de él y de las películas en las que trabaja. De hecho, para terminar de comprobar que Zimmer no le “hace el feo” a ningún proyecto, su próxima película en musicalizar será Ezequiel: el gato, un proyecto animado que estará listo en el 2019. Ya veremos lo qué nos traerá el genio.
Joyas musicales con sabor a Óscar
Las diez bandas sonoras de Hans Zimmer consideradas para ganar un Óscar. Solo la composición de El rey León salió triunfadora.
RAIN MAN (1988)
El REY LEÓN (1994)
LA MUJER DEL PREDICADOR (1996)
MEJOR IMPOSIBLE (1997)
LA DELGADA LÍNEA ROJA (1998)
EL PRÍNCIPE DE EGIPTO (1998)
EL GLADIADOR (2000)
SHERLOCK HOLMES (2009)
INCEPTION (2010)
INTERSTELLAR (2014)