Cuando se habla de huelgas, es fácil pensar en muchos gremios antes de considerar a las estrellas de cine. Sin embargo, el movimiento laboral que actualmente tiene enfrentados a dos influyentes sindicatos de trabajadores del cine y la televisión con los grandes estudios hollywoodenses paralizó a una de las industrias más emblemáticas e influyentes de Estados Unidos. Acá se la explicamos.
Al igual que pasa en otros sectores productivos estadounidenses, los trabajadores de Hollywood están agrupados en distintos sindicatos, según su área de especialización. De hecho, el profesional debe estar afiliado a su respectivo sindicato si quiere ser parte de la industria cinematográfica y de televisión, pues la mayoría de los grandes estudios emplean personas que están afiliadas a esas organizaciones gremiales.
Usualmente, los sindicatos de Hollywood no son noticia, más allá de sus pomposas galas de premiación. Sin embargo, desde mayo de este 2023 han acaparado la atención, primero con el Sindicato de Guionistas y más recientemente con el Sindicato de Actores, que se unieron en una huelga que tiene paralizada la maquinaria de la meca del cine.
Estos sindicatos son los que negocian con los estudios agrupados en la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) los acuerdos colectivos que cubren las relaciones laborales con sus agremiados. En estos contratos se estipulan aspectos como pagos mínimos, horarios, planes de pensión y requerimientos para contratación, entre otros.
Si bien los profesionales están en capacidad de negociar acuerdos a su medida (y por eso los más cotizados pueden ganar millones de dólares en un solo proyecto), el sindicato vigila que se cumplan los mínimos acordados, lo cual es especialmente valioso para profesionales jóvenes que hacen sus primeras armas y no pueden negociar al nivel de las estrellas.
El Sindicato de Guionistas (WGA, por sus siglas en inglés) representa a 11.500 escritores de la pantalla. Su huelga empezó el 2 de mayo y marca la interrupción más extensa de trabajo para su gremio desde la pandemia del covid-19. En sus preocupaciones están aspectos que no eran parte de la realidad de la industria décadas atrás, como el uso de inteligencia artificial (IA) o el streaming. En el caso de la IA, los guionistas piden que sea vista como una herramienta más, como el caso del Chat GPT, y que no como un sustituto a su trabajo.
El otro punto de la discordia es derivado del auge del streaming. El anterior acuerdo cubría a los guionistas en sus relaciones con el cine y la televisión tradicional, pero no con el streaming, por lo que al sentarse a negociar sus contratos con empresas como Netflix o Amazon Prime no estaban cobijados por las garantías gremiales, por lo que pueden recibir pagos mucho menores. Además, los escritores de la pantalla reclaman a Hollywood que ajuste las reglas del pago de residuales, que es el reconocimiento adicional que estos y otros profesionales reciben por las retransmisiones o ventas en DVD, por ejemplo, de sus series y películas. Es decir, cada vez que en la televisión estadounidense se pasan viejos capítulos de Friends o CSI, el talento que participó recibe una compensación extra a lo que se le pagó originalmente para hacer ese trabajo. Algo así como las regalías musicales.
Estos pagos de residuos son vitales para los trabajadores de Hollywood y significan muchas veces un modo de vida, especialmente para profesionales de edad avanzada. Sin embargo, el pago de los residuales en plataformas de streaming no está regulado, por lo que son las empresas las que establecen los montos a pagar, y la verdad es que en muchos casos son ridículos. Incluso, servicios como HBO Max y Disney+ han ido eliminando series poco populares de sus catálogos, con lo que se ahorran el pago de los residuales.
Estas mismas preocupaciones fueron esgrimidas por el Sindicato de Actores (SAG AFTRA), que tampoco pudo llegar a un acuerdo con la AMPTP, por lo que el gremio se alzó en huelga el 14 de julio. Con más de 160.000 agremiados en todo el mundo, el sindicato es jefeado por la actriz Fran Dresher, a quien recordamos por la serie La niñera... y nada más. Este gremio incluye a las más grandes estrellas de Hollywood, muchas de las cuales han hecho público su apoyo al movimiento, no porque Tom Hanks o Zendaya ocupen que el sindicato los defienda, sino por solidaridad con colegas menos favorecidos y famosos.
En el caso de los actores, otro de sus reclamos es la regulación del uso de la inteligencia artificial con respecto a la recreación de rostros y apariencias sin que medie la debida compensación. Casos recientes, como el de la película Flash en la que se usó tecnología deep fake para recrear a intérpretes ya fallecidos, generó tanto preocupación como dudas.
Que ambos sindicatos coincidan en sus huelgas es algo que no pasaba desde 1960, lo cual pone en una posición complicada a la AMPTP, que representa los intereses de gigantes como Disney, Amazon, Paramount, Warner Bros, Universal y Apple. Los reclamos de guionistas y actores sin duda significarán cientos de millones de dólares más en compensación, en una industria que produce billones de dólares al año.
Los efectos de la huelga han sido inmediatos, empezando por programas que son en vivo, como los talk shows, que debieron suspender su emisión. En tanto, proyectos de cine y televisión que se encontraban en medio del proceso de grabación tuvieron que detenerse, así como la promoción, alfombras rojas y entrevistas por parte de las estrellas que participan de los grandes estrenos de temporada. El caso más sonado sucedió en la reciente premier de Openheimer, en Londres, cuando todo el elenco presente en la gala salió del cine tan pronto se anunció el movimiento gremial.