Para el cine son una especie de santísima trinidad; para los mexicanos, un orgullo más grande que el Estadio Azteca. Les presentamos a Alejandro González Iñárritu, Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, los ‘cuates’ más recios y exitosos de Hollywood.
El domingo, con los premios Óscar a mejor director, mejor guion original y mejor película –también obtuvo mejor fotografía– por Birdman (2014), Iñárritu subió al escenario del teatro Dolby extasiado por el triunfo . Acababa de consolidar, con su obra maestra, un imperio azteca que parece erigirse en el seno cinematográfico de Los Ángeles.
Es un trío de cuidado, ¡mucho ojo!, algunas veces trabajan en conjunto y, desde hace años, amenazan con tomar al cine mundial bajo su dominio.
Por ejemplo, la última de sus fechorías, la del domingo, fue implacable. Le dio a Latinoamérica el segundo Óscar consecutivo en la rama de director. Iñárritu fue el último perpetrador, luego de Cuarón.
“¡Muchas felicidades Negro! Más que merecido. Eres grande”, le escribió Cuarón a Iñárritu ayer, en su cuenta de Twitter . Fue un mensaje de compinches, de socios, de cómplices.
¡Ellos son grandes y todos lo saben! Como una pequeña muestra de su poder, solo basta con echar una mirada al 2014 y abrirle la puerta al recién estrenado 2015. En este tiempo, los tres amigos fueron aclamados por Gravedad , de Cuarón; El libro de la vida , del productor Guillermo del Toro, y Birdman , de Iñárritu.
Como director de Gravity , el 2014 arrancó con la victoria de Cuarón en los Óscar; el nacimiento del 2015 le deparó una nominación a El libro de la vida e n los Globos de Oro y más recientemente el múltiple éxito de Birdman en los galardones de la Academia hizo mesa gallega.
Sobra decir que el triunfo de Cuarón en los Óscar fue histórico. Se convirtió no solo en el primer cineasta mexicano en recibir este reconocimiento, sino también en el primero de la región.
Iñárritu siguió la racha ganadora en el 2015. Tras la capacidad demostrada queda la pregunta si Del Toro ( Pacific Rim y Hellboy ) podría repetir la hazaña en momento cercano.
“Puede ser que sorprenda con el Óscar, pues ya demostró que tiene esa capacidad”, opinó Miguel Gómez, director de Maikol Yordan de viaje perdido.
“Una de las cosas que tiene Del Toro es que ha ido surgiendo con temas como de ciencia ficción, horror y fantasía. En cualquier momento podría sorprender”, agregó el realizador tico.
Recordemos que Del Toro no es un novato en los Óscar. El laberinto del fauno (2006), filme en el que está como productor Cuarón , le valió a Del Toro nominaciones al mejor guion original y a mejor filme extranjero.
El cineasta no ganó nada por ese filme, pero la cinta sí fue reconocida con tres estatuillas por su dirección de arte, maquillaje y fotografía.
Más que amigos. Además de fotos, abrazos, colaboraciones y discursos políticos para abogar por causas sociales, en su aventura fílmica internacional, dos de los tres portentos cuentan con un peón común.
Se trata de Emmanuel el Chivo Lubezki, un talentoso fotógrafo que, adivinen qué, también es mexicano.
En el cine como en la vida, Lubezki representa unidad entre Cuarón e Iñárritu; asimismo, es parte de su historia.
Luego de escoltar a Cuarón desde su debut como director, en 1991, Gravity le otorgó a Lubezki un Óscar a mejor fotografía.
En 1991, el Chivo hizo la fotografía de la cinta Solo con tu pareja y luego acompañó a Cuarón en éxitos como Y tu mamá también (2001) y Children of Men (2008).
A todas luces, Lubezki resultó para Cuarón un recurso de oro. Por eso, Iñárritu , en Birdman , tomó al fotógrafo como su paladín visual y los resultados volvieron a sorprender. De manera consecutiva, el Chivo volvió a ganar el Óscar en esa categoría.
Compartir recursos y pasarse volados no es algo nuevo para estos cineastas. Después de todo, ¿para que están los amigos?
“La unión intrínseca de estos tres cineastas es para ayudar y ser ayudados”, dijo Erik Fallas, crítico de cine.
“Además ayudan a que el cine mexicano se expanda más en el exterior. Vea usted como El libro de la vida es hecha casi solo por mexicanos”, agregó.
En 1997, los tres colegas fundaron Cha Cha Cha Films.
En sociedad con Focus Group y su casa matriz, Universal Pictures, este proyecto nació con la idea inicial de filmar cinco películas, con $100 millones de presupuesto. “Este proyecto nació para hacer nuestros proyectos personales. En realidad, no nos interesa desarrollar proyectos ni recibirlos, es más que nada para apoyarnos nosotros”, explicó Cuarón en el 2008.
El primer título que produjo la compañía fue Rudo y cursi (2008), cinta protagonizada por Diego Luna y Gael García Bernal . La dirigió Carlos Cuarón, hermano de Alfonso.
Luego le siguió Madres e hijas ( Mother and Child , 2009), a cargo de Rodrigo García, hijo de Gabriel García Márquez. Finalmente, Cha Cha Cha Films produjo Biutiful (2010), cinta de González Iñárritu protagonizada por Javier Bardem . Luego de eso, la productora se desintegró.
Un ejemplo. El proyecto de Cha Cha Cha Films murió, pero no acabó el acercamiento más que fraterno de estos cineastas y sus brillantes carreras.
Todavía está fresco el discurso de agradecimiento que pronunció Cuarón al recibir el Bafta a mejor director por Gravity.
“Se lo dedico a Del Toro y González Iñárritu sin quienes no puedo ni ordenar mi desayuno sin pedirles su consejo”, bromeó Cuarón en ese momento.
Además, es inolvidable la emotiva carta que González Iñárritu dedico a Cuarón tras recibir el Óscar a mejor director. He aquí la mayor prueba de su amistad.
“Cuarón es un gran director. Pero es mejor amigo. Cuarón es un extraordinario cineasta. Pero es mejor papá. Cuarón es un gran artista. Pero es más grande como ser humano”, escribió en el diario El País el realizador de Birdman.
Cuarón, como productor, también le dio la mano a Del Toro en Laberinto del fauno .
Podemos decir que los tres descollantes artistas de México han encontrado en su amistad un escaparate para subir y subir cada vez más.
Si contamos los logros individuales de los cuates, ya suman 15 nominaciones al Óscar y cinco estatuillas doradas.
“Esa amistad es algo que como cineasta deberías emular, apreciar como un ejemplo. Hay que trabajar juntos en este negocio”, dijo Gómez.
En el ámbito económico tampoco les ha ido nada mal: entre los tres directores, sus taquillas suma $2.800 millones; Cuarón es quien más aporta con poco más $1.600 millones.