Si hay una historia controvertida, pero real, esa es la de Inesperado (Unplanned, 2019).
Luego de ser censurada en varios países, por tener una temática abiertamente provida y mostrar en pantalla crudas escenas, los cines ticos se apuntaron a estrenar Inesperado, producción que desde el jueves es parte de su cartelera habitual.
Inesperado cuenta la vida de Abby Johnson (Ashley Bratcher), quien por casi 10 años fue directora de una clínica de la multinacional estadounidense Planned Parenthood. Esta organización, entre otras actividades, se dedica a realizar abortos a mujeres que los deseaban.
LEA MÁS: Nuevo intento para legalizar el aborto en Argentina
Johnson, además, fue directora comunitaria y portavoz de la organización, al punto que ganó el Premio al Empleado del Año de Planned Parenthood. Se dice, por si fuera poco, que indirectamente Johnson estuvo involucrada en alrededor de 22.000 abortos y que ella misma se realizó dos en su juventud.
Lo que sucede con Abby es que hoy en día es una líder provida y rechaza con vehemencia todo lo que hizo en su pasado.
¿Qué la hizo cambiar de bando tan radicalmente?
Un día, según la trama, a Abby se le pide que ayude en un aborto guiado por ultrasonido, a las trece semanas de gestación de una criatura. La mujer asiste a la cita y lo que ve le cambia la vida por completo.
“Estaba muy emocionada por participar, pero cuando vi al bebé en la pantalla eso desapareció. Comencé a sentirme nerviosa y a pensar que esas imágenes eran terribles”, dijo la Abby real, en un testimonio compartido públicamente en YouTube.
LEA MÁS: Gobierno sobre aborto terapeútico: "Sería ilegal ir más allá de lo que establece la ley"
“La cánula se aproximó al bebé y comenzó a pincharle la espalda. De repente el bebé se despertó, comenzó a moverse y era como si intentara escapar. No podía creer lo que había visto, me fui a mi casa y pensé en todas las mujeres a quienes les había dicho que el bebé no sentía nada”, agregó.
Como resultado de esa experiencia, Johnson renunció a Planned Parenthood y fundó una asociación para ayudar a los exempleados de esa organización, que al igual que ella se han manifestado contra el aborto después de experiencias similares.
De hecho, en la película, también se cuenta con la participación de Anthony Levatino, doctor quien interpreta a un médico que protagoniza una escena clave de la cinta. En la vida real Levantino es un ginecoobstetra que realizó unos 1.200 abortos antes de convertirse en provida.
Filme efectivo.
Inesperado, según el sitio web de la cinta, permite “abrir los ojos (de muchas personas) dentro de la industria abortiva".
Ese, sin duda, es uno de los objetivos de la novel producción, dirigida por los cineastas Cary Solomon y Chuck Konzelman.
Shawn Carney, líder provida estadounidense, comentó que “después de ver la transformación de Abby, desde dirigir una clínica de Planned Parenthood hasta ayudar a mujeres y salvar vidas, cualquiera podría cambiar su manera de pensar sobre el aborto”.
LEA MÁS: Ofensiva contra el aborto tiene la mira en la Corte Suprema de Estados Unidos
Uno de los efectos de la película, según la provida Carla de Lacayo, es que el espectador se hace su propio criterio sobre el aborto.
“Una mujer que busca un aborto es porque está desesperada. En ese momento buscan opciones, y si en ese momento le dan la opción de deshacerse del bebé, pues ella lo va a tomar porque lo verá como una salida, pero es porque no sabe lo que eso implica”, expresó Lacayo.
“Un aborto destruye a la mujer. Es un drama para la mujer y esto lo vemos en todo ámbito”, agregó.
Voces críticas.
En Estados Unidos, Unplanned ha sido criticada duramente por los defensores del aborto.
Entre otras cosas, funcionarios actuales de Planned Parenthood dicen que la cinta es sesgada y que no existen registros de que Abby, efectivamente, haya presenciado alguna vez un procedimiento abortivo.
Pero eso no es todo. Desde que la película estrenó su tráiler en Estados Unidos, recibió una calificación R, lo que significa que solo puede ser vista por mayores de edad.
LEA MÁS: Clínica de Misuri que practica abortos lucha para que no la cierren
Esto, por supuesto, no gustó a los miembros de la producción.
“'Vivo en un país donde mi hija puede ir a los 13 años a abortar, sin el consentimiento de los padres, pero no puede ir a ver esta película”, dijo con ironía Konzelman, su codirector.
En Costa Rica, por su parte, la cinta solo puede ser vista por mayores de 15 años.