El camino a la estatuilla en la categoría mejor película animada en los Óscar podría estar allanado para una megaproducción en este 2016.
Intensamente de Disney y Pixar llega como la gran favorita del público en este apartado y es que no se puede obviar el excelente trabajo que realizó el director Peter Docter al contar una historia infantil sencilla y entretenida para los niños pero que los adultos también pudieron gozar de igual forma.
Docter ya es conocido por la Academia dado que en 2009 se hizo con el galardón en este mismo apartado por Up , así que su trabajo y el de las potentes compañías productoras no puede pasar desapercibido por los Óscar este 2016.
Ambas empresas han sabido darle a los Óscar lo que piden y el público lo ha agradecido. Durante mucho tiempo (juntas o por separado) estas productoras han pasado de llevar las tramas de las películas a límites insospechados que capturan la atención de millones de personas tanto por su desarrollo como por la aventura de probar cosas nuevas en cuestiones técnicas.
Si Pixar obtiene este año el premio, se convertiría en la reina, ya que en el pasado se ha hecho con un total de 15 premios por producciones importantes como Toy Story o Buscando a Nemo.
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Sin embargo, en la carrera por esta estatuilla hay otros cuatro interesantes filmes que podrían ser considerados por el jurado.
Primero está Anomalisa , grabada en stop motion y que conquista a la crítica con el retrato de un hombre incapaz de generar empatía con sus semejantes. Charlie Kaufman ( El ladrón de orquídeas ) le puso su toque personal a este filme y es la clara competencia de Intensamente .
Inglaterra se presenta con Shaun, el cordero . De nuevo la grabación de imágenes de forma sucesiva es tomada en consideración por los Óscar, pero en esta ocasión la simpleza de los personajes y de la adorable historia bien podría concederle a los estudios Aardman su quinto premio.
El niño y el mundo , una película considerada casi artesanal se atreve a parársele de frente a los gigantes. Desde Brasil, con una animación que podría considerarse hecha por un niño, un pequeño intenta desesperadamente reunir a su familia y el final enternece a quien ve el filme.
“Nada es imposible pero es como un niño de $500 luchando contra un gigante de $200 millones”, dijo el director Alê Abreu.
Por último no podía faltar en esta carrera el anime japonés. Por historia y tradición el arte nipón es uno de los aspirantes más fuertes en la categoría.
Cuando Marnie estaba allí , de los estudios Ghibli, abre la posibilidad de retomar el camino al Óscar que había alcanzado Hayao Miyazaki con El viaje de Chihiro en 2002.