La ventana de un tren es, cada mañana, un refugio al dolor de Rachel Watson, una alcohólica recién divorciada que busca distraer su mente. O al menos eso es lo que ella cree.
Esa ventana es al mismo tiempo una tortura autoimpuesta. Lo que ve a través de ella es un cruel recordatorio de la vida que siempre quiso tener y no tuvo. Será también el inicio del caos, al ver manchadas sus propias manos con sangre inocente y no poder distinguir entre realidad e imaginación.
Protagonizada por Emily Blunt, La chica del tren llega a los cines con una historia que promete mantener en suspenso a los espectadores.
La cinta está basada en el best-seller homónimo de la escritora Paula Hawkins, el cual relata cómo Rachel comienza a obsesionarse con una pareja que vive en la ruta por donde pasa el tren que a diario aborda desde y hacia Manhattan, donde su ahora exesposo, Tom (Justin Theroux), vive con su nueva esposa, Anna (Rebecca Ferguson), y su bebé.
Cada mañana y cada noche, Emily pasa por una casa en la 15 Beckett Road, cerca de donde ella solía vivir. Allí habitan Megan (Haley Bennett) y Scott (Luke Evans), quienes llevan una tranquila vida suburbana y no saben que una extraña los observa con nostalgia.
Ellos parecen ser una pareja perfecta a la vista de Emily, quien durante meses ha robado miradas de su cotidianeidad, mientras toman el café de la mañana junto a la ventana o mientras ríen en el porche por las noches. Entre furtivos sorbos de alcohol, ella ha dedicado su vida a imaginar cuán idílico debe ser su mundo.
La asombrosa, joven y aparentemente despreocupada Megan es el retrato de todo lo que Rachel trató de ser durante sus años con Tom, en un matrimonio del que ella se niega a dejar ir.
Un día de tantos, en su camino a la ciudad, Rachel es testigo de un suceso impactante en el patio trasero de Megan y Scott que la perturba por completo.
Tras la desaparición de Megan, Rachel acude a la Policía para contar lo que vio, pero sin haberlo planeado, pasará de ser testigo a una de las principales sospechosas.
En carne propia. Para escribir esta historia, Hawkins se inspiró en sus vivencias a bordo del tren de pasajeros de Londres.
“Había una ruta en particular que el tren siempre hacía, y yo me sentaba y miraba estos departamentos, y se podían ver las salas de las casas”, relata la autora en las notas de prensa de la película.
“Siempre esperaba ver algo interesante, si bien nunca lo hice. Pero eso despertó mi imaginación, y ahí fue donde surgió el germen de la historia”, agrega.
Apenas un año después de que esta novela se posicionara como una de las de venta más rápida de la historia, con más de 15 millones de copias colocadas, la historia de Rachel Watson llega a la pantalla grande con una serie de críticas no tan favorables.
“El director Tate Taylor, quien cuidadosamente tejió historias de mujeres en The Help , se queda corto con este thriller . Llena la pantalla con interminables primeros planos, pero no hay ni un a salpicadura de tensión. Las vidas de todas estas personas son como una mala telenovela”, advierte New York Daily News.