EscucharMargot Robbie, reconocida como uno de los nombres más relevantes de Hollywood, ha alcanzado la fama y el éxito como pocas estrellas. Sin embargo, su camino a la cima, no fue tan sencillo como muchos creerían.
Antes de interpretar a la famosa muñeca Barbie y actuar junto a grandes estrellas, la actriz australiana tuvo una compleja infancia marcada por la ausencia de su padre y la necesidad de trabajar en distintos empleos en simultáneo.
Nacida en Australia, la actriz vivió uno de los momentos más difíciles de su vida cuando su padre abandonó a su madre y a sus dos hermanos cuando ella tenía tan solo cinco años.
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Su madre, Sarie Kessler, fisioterapeuta de profesión, decidió mudarse junto a Margot y sus hermanos a una granja en Gold Coast. Fue en este lugar donde la joven actriz alternaba sus tareas en el hogar con su pasión por actuar.
Desde muy pequeña, Margot Robbie mostró interés por la actuación. Aprendía rápidamente los diálogos de las series y películas que veía en televisión, sorprendiendo a su madre con su capacidad para recordar todas las líneas después de solo unos minutos de haberlas visto.
“Era algo que ya traía en mí. Tal vez no podía apalabrarlo, pero desde pequeña sabía que quería dedicarme a esto”, dijo a Variety a comienzos de este año.
A los 16 años, mientras estudiaba teatro, Margot decidió ayudar a su familia y tuvo tres trabajos diferentes: vendiendo artículos de surf, limpiando casas y trabajando en un restaurante de comida rápida.
“Me había hecho muy buena. Podía hacer sánguches espectaculares y las recetas las manejaba muy bien. ¡Es en serio!”, contó a la revista Harper’s Bazaar en una entrevista de expectativa para el filme Barbie.
Margot continuó con sus estudios en teatro y, después de graduarse, la actriz se mudó a Melbourne y audicionó para la serie de televisión Neighbours (1985). Fue seleccionada y trabajó intensamente durante tres años con rodajes que alcanzaban las 17 horas diarias.
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El resto es historia. Margot Robbie logró destacarse en la serie, para después de capturar el ojo de Martin Scorsese para el filme El lobo de Wall Street (2013). Desde esa película, su rostro se hizo uno de los más frecuentes en los grandes estudios hollywoodenses.
Luego se convirtió en un ícono de moda, siendo embajadora de marcas como Chanel y Versace, y ha demostrado un estilo único para conquistar el mundo de la alta costura.
Su habilidad para romper estereotipos y tener grandes talentos para la actuación en distintos roles le ha valido el reconocimiento y el respeto en la industria.
Ahora se alista para presentar Barbie, filme que se estrenará el próximo 20 de julio en los cines de todo el mundo.
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