Parece mentira que la torpe saga de acción de Los Indestructibles haya llegado a su cuarta entrega. Es uno de los fenómenos más deplorables del cine moderno: las aventuras de un pelotón de veteranos mercenarios son el pretexto para una abierta celebración del guerrerismo más exacerbado y la violencia por la violencia.
La presencia de un título como Los Indestructibles 4 en cartelera es una triste demostración del estado de empobrecimiento cultural que afecta no solo al cine comercial, sino al mundo del entretenimiento en general.
Si en Hollywood se siguen produciendo semejantes bodrios, que son desechos tóxicos del sétimo arte, es porque existe un público numeroso dispuesto a pagar por ellos.
Divos de acción al por mayor
La franquicia de Los Indestructibles (Los reemplazables, según el título original en inglés) es un proyecto de Sylvester Stallone. En 2010, el intérprete de Rocky y Rambo tuvo la brillante idea de reunir a varios colegas famosos, divos de acción de los años 80, para compartir cartel.
El mismo Stallone se encargó de la dirección. El pretexto dramático era una especie de actualización del clásico de Robert Aldrich Los doce del patíbulo (The Dirty Dozen, 1967).
Pese a su nivel pedestre, la iniciativa tuvo mucho éxito y generó las inevitables secuelas. La agrupación original incluyó a Bruce Willis, Jason Statham, Jet Li y Dolph Lundgren.
A lo largo de los años, la alineación ha tenido muchas bajas y nuevas inclusiones: desde Arnold Schwarzenegger hasta Jean-Claude Van Damme, Mel Gibson, Antonio Banderas, Wesley Snipes y un largo etcétera.
Chocantes antivalores
La participación de muchas estrellas en una sola película es, sin duda, el gran atractivo de la operación. Sin embargo, no aporta nada en términos de calidad ante argumentos trillados que nunca dejan de incorporar algún chocante antivalor; ya sea el elogio fetichista a las armas de fuego o la brutalidad como diversión.
Esta vez, hasta el elenco multiestelar resulta poco llamativo, sobre todo en comparación con la entrega anterior.
Entre las nuevas adquisiciones hay una mujer, la despampanante Megan Fox (recordada por su rol en Transformers) y el artista marcial Tony Jaa, de origen tailandés. Este último es el único que sobresale por su destreza acrobática, aunque su tiempo en pantalla es mínimo.
Jason Statham es quien toma protagonismo absoluto, mientras que Stallone, a sus 77 años, se recorta un espacio como secundario gracias a una estratagema narrativa que, a la postre, resulta totalmente ridícula.
Pobreza de ideas
La verdad es que la totalidad del guion suena como un mal chiste, reciclando tópicos desgastados con un descaro autoirónico que no disimula una desarmante pobreza de ideas. En esta oportunidad, los infatigables “soldados de fortuna” prestan sus servicios directamente al gobierno estadounidense, representado por la CIA.
Ellos terminan matando dos pájaros con un solo tiro, pues participan en una misión encubierta que les permite cumplir un doble objetivo: vengar la muerte de un compañero y evitar la Tercera Guerra Mundial.
Pues sí, hay un terrorista internacional, cuya identidad permanece desconocida hasta el “sorpresivo” desenlace. Es un tipo sin escrúpulos, quien planea detonar una bomba nuclear solo para provocar un conflicto entre superpotencias. Definitivamente, aquí la originalidad brilla por su ausencia.
Material de cuarta
Quizá los aficionados al género puedan aceptar la ausencia de elementos novedosos, a cambio de mucha acción trepidante; pero es justo aquí donde la realización queda debiendo. Los autores irrespetan a su propio público meta, ofreciendo material de segunda –o bien, “de cuarta”–.
La dirección de Scott Waugh es rápida, confusa y banal. Ello resta cualquier impacto espectacular a una monótona retahíla de balaceras, matanzas, persecuciones y explosiones, en su mayoría insignificantes por falta de autenticidad. Véase la patética batalla con carrera de motocicletas, a bordo de una nave carguera cuyas dimensiones parecen infinitas. El abuso de vistosos trucos digitales incrementa la artificialidad de ésta y otras situaciones similares.
Gusto por la brutalidad
En todo caso, el énfasis está en los combates cuerpo a cuerpo y los disparos a quemarropa. Ello se presta para dar al público lo que supuestamente quiere, salpicando la pantalla con la sangre de villanos apuñalados, degollados, decapitados y mutilados de manera eficiente, sin asco. Por lo visto, se lo merecen.
Como ciertos videojuegos bélicos que posiblemente representan su inspiración visual, Los Indestructibles 4 recupera jocosamente antiguos estereotipos de propaganda militarista y los combina con un gusto casual por la brutalidad y el sadismo.
Sí, parece mentira que sigan existiendo películas como esta... Lo peor del caso, es que son hitos de taquilla.
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Los Indestructibles 4
Dirección: Scott Waugh.
Reparto: Jason Statham, Sylvester Stallone, 50 Cent, Megan Fox.
Duración: 103 minutos.
Origen: EE. UU. 2023.
Género: Acción-Guerra.
Calificación: 1.