Por Alexánder Sánchez C
Max Valverde
Director del Centro de Cine
Llama la atención la distinguida selección de filmes de esta edición de festival. En materia de curadoría, ¿qué se hizo diferente a otros años?
Este año, además del trabajo de la curadora Nicolle Guillemet, en la selección de los filmes metimos mano a los integrantes de la distribuidora Pacífica Grey y también yo, personalmente.
”Como este año vimos reducido las sedes para proyectar las películas, decidimos traer solo cine de calidad, buenas cintas, la crema de la crema. Casi todos los filmes fueron premiados en Sundance, Cannes y demás festivales.
Esta vez, el festival fortalece la producción local con nuevos concursos, premios y demás. ¿Es esta la vocación de la nueva administración del Centro de Cine?
Un festival debe componerse por dos objetivos: uno es netamente cinéfilo, que la gente pueda tener acceso a bienes y servicios culturales que normalmente no tiene porque las cintas no las traen los cines o no están en Netflix.
”El otro objetivo es fortalecer nuestra propia industria; por eso, hicimos esos concursos y talleres. Mi idea es que en unos años podamos tener nuestro propio mercado de reproducción, como sucede en festivales como el de Guadalajara y similares.
Es su primer festival como director del Centro de Cine. En el poco tiempo que tuvo para organizarlo, ¿está satisfecho con lo planteado para este año?
Sí claro, hasta el momento todo va viento en popa. Estamos contentos porque el evento seguirá la línea temática de promover una cultura de respeto y de paz, pues en las anteriores ediciones no había podido dársele tal énfasis.
”Por ejemplo, la cinta colombiana Mateo , que abrirá el festival, fue elegida por la ONU para una campaña que se llama Respira paz , la cual busca generar un momento para que la gente respire antes de reaccionar.
¿Cuánto costará el festival?
El presupuesto es de unos ¢300 millones; nos manejamos bajo esos parámetros, que ya estaban aprobados desde antes.