Sus encantos son irresistibles.
Por su seductor talento e impresionantes dotes camaleónicos, Meryl Streep “puede rajar" con que, generación tras generación, ha sido amada sin un solo reproche, sin un mal rato que recordar. Ha sido la estrella de un cuento romántico en el que ocupa el rol de musa eterna, la amante perfecta del cine.
Streep, actriz que este sábado cumple 70 años de edad, la ha deseado sin cesar el público, la han querido tener lo mejores directores y la Academia del Óscar, como a ninguna otra intérprete, la ha hecho suya decenas de veces.
Se trata de un idilio que todavía no acaba y que nadie quisiera que acabara. Al menos no por ahora, querida Meryl.
Bautizada al nacer como Mary Louise, la estrella hollywoodense nació el 22 de junio de 1949 en New Jersey. Fue de su madre artista, Mary Wilkinson Streep, de quien Mery heredó esa vena que le ha recorrido alma y cuerpo durante toda su vida.
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De adolescente pensó que podría ser cantante de ópera, pues siempre cantó muy bien, y hasta fue porrista y reina de belleza del Bernardsville High School, donde cursó sus estudios secundarios.
Era evidente que la joven Streep tenía estrella. Su presencia iluminaba todo a su paso. Pero para lograr 21 nominaciones al premio Óscar –nadie tiene tantas como ella– y conquistar tres estatuillas de esas que todos quieren, faltaba mucho trecho que recorrer.
Nadie, ni ella misma, imaginó que su vida artística se convertiría en una escena perfecta. De hecho, al salir de la secundaria, la actuación nunca fue su primera opción. A la universidad llegó decidida a estudiar Derecho, pero el día que tenía su entrevista para entrar a la Escuela de Leyes, en Yale, Streep se quedó dormida y no llegó a la cita.
Bendito Morfeo. Esa chica no debía lidiar con pleitos legales, lucirse en estrados o firmar actas de sucesión, esa chica de extraña belleza debía tomar un camino distinto para ganar una estatuilla por Kramer vs. Kramer (1979), y otras dos por La decisión de Sophie (1982) y La dama de hierro (2011).
Esa chica debía estar siempre en la palestra, siempre en la contienda, siempre bajo la bendición de una sociedad de críticos que todavía no logra encontrar su talón de Aquiles. Siete décadas después de su nacimiento, esa chica tenía que llegar al 2019 con todo el mundo a la expectativa, esperando ver, a la fecha, con qué nos sorprenderá en Chiquititas (Little Women), la próxima película en la que tomará acción.
Streep celebrará su cumpleaños interpretando a la tía March en esa cinta. Un rol que muchos podrían considerar intrascendente –si se compara con su magistral interpretación de Margaret Thatcher, en La dama de hierro–, pero que es, casi garantizado, que la diva transformará en una pieza de museo.
¿Será que alguien lo duda? No lo creo.
La decisión de Streep.
Sin imaginar que su futuro se bañaría de gloria, la joven Streep le dio un significado trascendental a aquel día en el “que se le pegaron las cobijas”.
Quizá el derecho no era lo suyo, por lo que debía decidir qué hacer con su vida y claro, con la beca completa que había ganado y que le cubría sus gastos universitarios por tres años.
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Eligió la carrera de actuación y listo, el círculo de su destino comenzó a cerrarse. No sin complicaciones, eso sí, la musa eterna empezado a gestarse.
Tras graduarse, Streep empezó a buscar trabajo como actriz. Hizo teatro en 1971 al debutar en obras como The Playboy of Seville, pero no las tuvo todas consigo.
Los contratos no fueron constantes, al punto que tuvo que trabajar de mesera para mantenerse por varios años. De hecho, según reveló la actriz hace unos años, perdió importantes papeles por “fea”.
Quien la llamó “fea” fue el italiano Dino De Laurentiis. En 1975, el productor la rechazó para su película King Kong (1976), con Jessica Lange en el papel que ansiaba conseguir Streep.
"Entré y su hijo estaba sentado allí, y él estaba muy emocionado de haberme traído (a la audición). Entonces (Dino) le dijo a su hijo: ‘¿Por qué me traes esta cosa fea?’ Fue muy triste”, dijo la intérprete en el programa The Graham Norton Show.
Pero tras la afrenta, Streep persistió en las tablas. En 1976 no solo consiguió varios papeles protagónicos en el teatro, sino que fue nominada al premio Tony por el montaje Recuerdo de dos lunes y 27 vagones llenos de algodón.
Faltaría muy poco para su salto a las arenas de Hollywood. Un año después, Streep estaría formando parte del prestigioso elenco de Julia (1977), cinta de Fred Zinnemann protagonizada por Jane Fonda.
Y vaya que Streep tenía estrella. Su segunda película El francotirador (The Deer Hunter, 1978), no solo la puso al lado de leyendas como Robert de Niro, sino que le valieron sus primeras nominaciones oficiales en la pantalla grande. Por su rol de Linda, Meryl logró postulación al Óscar y Globo de Oro como mejor actriz de reparto, y en el BAFTA como mejor actriz.
Después de eso nada de la detendría. Manhatan (1979) y The Seduction of Joe Tynan (1979) se interpusieron en el camino antes de lograr el Óscar por Kramer vrs Kramer, el papel en que todos pudieron ser testigos, sin titubeo alguno, de que una reina de la actuación se había entronado.
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En la película, dirigida por Robert Benton, fue una especie de villana. Una malvada porque en la cinta abandonaba a su marido (Dustin Hoffman) y a su hijo como si nada, para luego regresar a solicitar la custodia del retoño.
Como dato relevante, la biografía Her Again: Becoming Meryl Streep –escrita por Michael Schulman–, dice que en el momento del rodaje la actriz pasaba por uno de los peores momentos de su vida. De un cáncer, su amor John Cazale (Fredo Corleone, en El Padrino) había muerto en 1978.
En ese sentido, Schulman asegura que Dustin Hoffman aprovechó la devastación de la actriz para terminar de acabarla en el set. Utilizando técnicas muy cuestionables, como una cachetada y otras humillaciones psicológicas, el actor pretendía que la joven Streep se metiera de lleno en el papel.
“Fui realmente atacada. Lo ves en la película. Se estaba sobrepasando. Pero creo que esas cosas ya están siendo corregidas en la actualidad. La gente ya no aceptará más ese tipo de comportamientos. Eso es algo bueno", dijo Streep en una entrevista con The New York Times, agregando que perdonaba a su agresor.
Para una joven de 29 años, es claro que tantos acontecimientos juntos pudieron volverla loca y echar por la borda su naciente carrera. Pero no, Meryl echó para su saco, se curtió con la experiencia y terminó convertida en lo que es ahora.
Reina consolidada
La comedia, el drama, las biografías, los romances. Todas son películas para Meryl.
Luego de Kramer vs Kramer, se ratificó que su éxito no sería flor de un día.
“Desde su debut, ella marcó la calidad que iba a tener, la madurez que iba a regir toda su carrera”, opinó William Venegas, crítico de cine de La Nación.
“De ella es impresionante la capacidad que tiene de ser versátil, de apoderarse de cualquier personaje e interpretarlo tal como es. Además, la capacidad que tiene de seducir al público es única", agregó el experto.
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Además de las cintas donde fue premiada por la Academia, a Streep la hemos visto brillar en la muy romántica Los puentes de Madison (1995), la comedia dramática El diablo viste de Prada (2006), el drama Agosto (2013), y también Julie & Julia (2009).
Esos filmes son solo un aperitivo, pues es muy larga la lista de éxitos y personajes inolvidables que nos ha dejado. En La duda (2008), hasta una monja se atrevió a personificar, y en Los archivos del Pentágono (The Post, 2017), encarnó a la flamante directora del Washington Post.
En la televisión ni que decir, siendo Big Little Lies la última serie bendecida con su trabajo.
Pero nada de eso hubiese logrado Streep sin la metódica disciplina que dedica a sus personajes. El perfeccionismo, convertido en hábito, le ha permitido hacer de sus roles una obra de arte.
“Por ejemplo, cuando actuó en Music of the Heart (1999), su papel era el de una violinista. Entonces, Streep practicó seis horas al día durante ocho semanas hasta que aprendió a tocar violín. También se le reconoce que puede imitar cualquier acento (de diferentes regiones de Estados Unidos y acentos extranjeros también)”, publicó La Nación hace 10 años, a raíz de su cumpleaños 60.
Eso de la imitación logró demostrarlo con creces con Margaret Thatcher, la dama inglesa, aunque mucho antes ya había interpretado personajes polacos y de otras nacionalidades.
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“Eso sí, tras ese perfeccionismo hay una mujer cálida, bromista y simpática”, publicó La Nación hace una década, haciéndonos recordar que Streep no solo mantiene esas características, sino que hoy día las ha potenciado.
Arremete contra a Donald Trump a cada rato, pero eso no le quita ni lo cortés ni lo valiente.
Ella es megatalentosa, es buena gente y resulta fácil quererla. No es de gratis que a sus 70 años Streep siga siendo la musa eterna, la amante perfecta de un Hollywood que, repetidamente, la abraza con una pasión única.
Es que Streep nunca le ha fallado al cine. Todo lo contrario, lo ha hecho más grande, más hermoso y más sublime. Y bueno, eso es lo que hace el amor.
Vida privada
Meryl Streep estuvo comprometida para casarse con el actor John Cazale (Fredo Corleone, en El Padrino ), pero Cazale murió de cáncer en 1978, antes de que llegaran al altar. Sin embargo la actriz tuvo consuelo muy pronto, se volvió a enamorar y en el mismo año se casó con el escultor Don Gummer, con quien tiene cuatro hijos: Henry (29 años), Mamie (25), Grace (22) y Louisa (17).
10 momentos de la diva:
1) Julia (1977)
Se trató de un soñado debut cinematográfico, con nada menos que la actriz Jane Fonda a su lado.
2) El francotirador (1978)
Actuando con Robert de Niro, Streep logra conquistar su primera nominación al Óscar.
3) Kramer vs Kramer (1979)
Como una especie de villana, obtiene el primer premio Óscar de su carrera. En total, ha ganado tres.
4) Celebrando la estatuilla (1980)
Reluciente. Así se ve Streep el día que la Academia reconoció, por primera vez, su maravilloso talento.
5) La decisión de Sophie (1982)
Más rápido que tarde, el segundo Óscar de su carrera llegaría con este inolvidable y profundo drama.
6) Los puentes de Madison (1995)
Este drama romántico, junto a Clint Eastwood, ha encantado a generaciones. Su trabajo en la cinta es inolvidable.
7) El diablo se viste a la moda (2006)
Mucho más que divertida, esta película de David Frankel es la favorita de muchos fanáticos de la diva.
8) La duda ( 2008)
Una monja, pues también. Streep sorprendió con una actuación que mezcla misterio con tradición religiosa.
9) Julie & Julia (2009)
Una cocinera experimentada, con gran carisma y actitud es Streep en esta cinta. Actúa con Amy Adams.
10) La dama de hierro (2011)
Su interpretación de Margaret Tatcher es única. Tenía que valerle, sin lugar a dudas, su tercer estatuilla dorada.