Como si se tratara de El curioso caso de Benjamín Button , a sus 85 años, Mickey Mouse no camina lento ni usa bastón, tampoco luce encorvado y lleno de canas; todo lo contrario, su imagen es hoy más infantil que cuando nació.
Con un imperio cimentado en la imaginación, Walt Disney retó las leyes de la lógica, la realidad y la vida misma: ningún ratón perdura más de dos años sobre la Tierra, solo el suyo.
La travesía de Mickey Mouse comenzó el 15 de mayo de 1928 con la historia de un peculiar roedor que soñaba con aprender a volar, que quería parecerse al aviador Charles Lindbergh y que, desde entonces, sucumbía a los coqueteos de una ratoncita en minifalda. El cortometraje Plane Crazy no topó con la misma suerte que su protagonista tendría poco después, nunca pudo despegar de tierra firme por falta de distribuidores interesados en él.
Por eso, Disney y su leal socio, el animador Ub Iwerks, decidieron probar suerte dos meses más tarde, con The Gallopin’ Gaucho, el cual tampoco halló compradores.
La tercera fue la vencida. El 18 de noviembre de 1928, Mickey Mouse hizo soñar a Estados Unidos, cuando debutó silbando tras el timón de un barco de vapor en el corto Steamboat Willie . Fue apenas la segunda animación en la historia con sonido sincronizado. “Con Walt como la voz de Mickey, la caricatura fue una sensación instantánea”, recuerda el sitio web de Biography .
Esta vez, su personaje ícono tenía unos ojos que hacían más agradable su rostro. Con esta imagen, la popularidad de Mickey subió como la espuma y se convirtió en la nueva promesa de las caricaturas.
“El ratón se convirtió en una moda para finales del año y no pasó mucho tiempo para que el verdadero genio de Walt Disney saltara a la luz: marketing ”, detalla la revista Time .
Antes de amasar su gran fama, Disney debió enfrentar la pérdida de los derechos de Oswald el Conejo Afortunado, un personaje que creó un año antes para Universal Studios. Fue este tropiezo el que le dio la fórmula de éxito pues los socios le acortaron las orejas hasta convertirlo en un ratón. Inicialmente, sería bautizado como Mortimer, pero la esposa de Disney odiaba ese nombre y abogó por uno que tuviese matices más infantiles.
La visión que tenía Disney hizo que Mickey Mouse dejara atrás el blanco y negro a mediados de la década de los años 30, con el cortometraje The Band Concert . Fue así como los shorts rojos y los zapatos amarillos se ganaron un espacio en la historia y en las mentes de niños de todo el mundo. “El uso del Technicolor en The Band Concert fue tan innovador, que los críticos todavía la consideran una obra maestra”, agrega Time .
“En 1935, Mickey Mouse y sus amigos se habían convertido en un fenómeno de mercadeo. Nada podría ser más animador que una crónica del New York Times sobre Mickey y creciente ‘papel multiplicador’ de Disney en una economía nacional que de otro modo había estado desolada”, describe The Pop History Dig .
El ingenioso Walt, amante de los avances tecnológicos de la industria de la animación, no se conformaba con el éxito que tenía el ratón de las orejas de oro.
El año 1938 fue especial en la imagen de Mickey, pues el joven animador Fred Moore le dio su primer gran cambio de imagen. “Los animadores anteriores dibujaban al ratón con una serie de círculos, lo cual limitaba su movimiento. Moore –quien luego animó El aprendiz de brujo ( Fantasia's Sorcerer's Apprentice )– le dio un cuerpo con forma de pera, pupilas, guantes blancos y una nariz más corta, con el fin de hacerlo lucir más enternecedor”, aseveró Time .
El sombrero de mago que usó Mickey en Fantasía (1940) , su primer largometraje, es aún un ícono de la corporación Walt Disney. Para el crítico del Washington Post Henry Allen, se trata de una obra “gloriosa” . Es, además, considerada una de las mejores películas animadas de todos los tiempos por revistas en línea como Empire e IGN .
Tal fue la fascinación que cosechó Mickey entre grandes y chicos, que el 17 de julio de 1955 el primer parque de Disney abrió las puertas en su honor, en California.
Hoy, décadas después de las hazañas que convirtieron al ratón en un jugador de fútbol, cazador, sastre, marinero, director de orquestas, bailarín y soldado, o de las innumerables veces que Minnie lo dejó por los tipos musculosos, Mickey Mouse sigue vivo.
Sus aventuras ahora no son relatadas a lápiz y papel, sino que evolucionó hasta el arte del 3D para ganarse la admiración de los más pequeños en su propio canal.