En el Día Internacional de la Mujer, Viva les rinde homenaje a las trabajadoras de las artes en Costa Rica.
Reunimos a doce artistas de seis disciplinas distintas para discutir retos pertinentes al ejercicio cotidiano de su trabajo, problemas recurrentes en sus gremios y obstáculos particulares de ser mujeres profesionales en sus áreas: la danza, la música, las artes visuales, el cine, el teatro y la literatura.
La incipiente industria cinematográfica de Costa Rica es uno de los espacios de creación donde hay casi tantas mujeres como hombres. Sin embargo, los puestos de liderazgo revelan sesgos en la representación y el trabajo de las mujeres es visto distinto.
“Siento que a veces la gente puede confundir el liderazgo con otras cosas”, comentó Marcela Esquivel, productora en La Feria Producciones.
“La gente puede decir que soy mandona, peleona, seria o pesada o cosas así, que siento que son atribuciones negativas para no enfrentar que hay alguien dando directrices, mientras que un hombre... a un hombre no se le dice que es mandón”, explicó Esquivel.
Amaya Izquierdo, productora de origen español, cree que la cultura del tico influye en la forma en que se percibe el carácter fuerte, pero que el asunto va más allá. Liderar, para ella, implica ser “la española loca”.
Izquierdo, que ha sido parte de la mesa de trabajo de la Ley de Cine en Costa Rica, dice que en muchas ocasiones, ella ha sido la única mujer en la mesa, a excepción de las ocasiones en que han participado secretarias de hombres. Esquivel dice haber pasado por lo mismo.
“En la mayoría de las empresas, la mayoría de los gerentes, o directores de una institució, la mayoría son hombres”, comenta.
Ambas comparten que, aunque hay tantas mujeres como hombres cosechando éxito en el medio, no son percibidas como iguales.
“Independientemente de calidad o contenido, creo que como sociedad recordamos más los trabajos que hacen los hombres que hacen las mujeres, creo que ellos son más populares.
“No creo que esté mal por ellos, pero de alguna manera refleja un inconsciente colectivo de poder”, comenta Esquivel.
Ella opina que esto se debe a que, como en la toma de decisiones hay más hombres, ellos se sienten más atraídos hacia el trabajo “masculino”. Por ello, ambas buscan estrategias para abordar y acercarse a las situaciones.
Izquierdo dice que la suya es ser quien es y procurar elegir personas en su trabajo que no tengan prejuicios hacia una mujer que lidera, algo que ella destaca como un privilegio.
“No tengo que mostrarme más fuerte o hacerme la fuerte por ser una ‘mujer débil’, solo soy fuerte, es mi carácter y creo que las personas que trabajamos en trabajos de gestión debemos serlo para dar confianza al otro”, comenta Izquierdo.
Esquivel, por su lado, dice abordar las negociaciones desde “la alegría”, tratando de ganar aliados en el proceso, “enamorándolos” de cada parte de la producción
“Uno puede acercarse de una energía más femenina, desde una energía más receptiva, y esa energía la puede tener un hombre o una mujer”, dijo Esquivel.
“Liderar es una cosa muy femenina, porque hay que conciliar, así que es algo que veo inherente a como yo entiendo la femenidad. Eso de que la mujer es débil, creo que para nada es así”, expresó Izquierdo.
El trabajo de liderar proyectos cinematográficos, comenta Esquivel, tiene implicaciones en su vida personal.
“Son tan intensos y demandantes los procesos que cruzan totalmente mi vida personal y a veces eso como mujer implica deciciones sobre el tiempo, sobre el cuerpo, sobre compartir con otras personas”, comentó Esquivel. Lo mismo opina Izquierdo.
“Para mí, la produccion es una forma de vida, el cine, el arte y el periodismo también. Estas son profesiones en las que el asunto es 24/7 y nunca para
“No hay descansos, no hay horarios. Son cosas que hacemos por que las amamos, así vivimos y así somos”, dijo Izquierdo.