El célebre compositor italiano, Ennio Morricone, uno de los músicos más admirados y premiados del mundo del cine, falleció en Roma a los 91 años.
Morricone estaba hospitalizado en una clínica de la capital italiana tras haber sufrido una caída en la que se fracturó el fémur, detalló la prensa italiana.
Ennio Morricone falleció "el 6 de julio reconfortado por la fe", dijo en un comunicado, el abogado y amigo de la familia Giorgio Assuma, citado por la prensa.
Se mantuvo "totalmente lúcido y con una gran dignidad hasta el último momento", agregó el comunicado.
El venerado músico compuso la banda sonora de decenas de películas, entre ellas El bueno, el feo y el malo, Cinema Paradiso y La misión.
En el 2016 ganó su primer Óscar, por la película Los ocho más odiados (The Hateful Eight), de Quentin Tarantino. En el 2007 ya había recibido un Óscar honorífico por su abundante y elogiada carrera musical.
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Hace tan solo unos días Morricone fue galardonado, junto al también compositor cinematográfico John Williams, con el premio Princesa de Asturias de las Artes en España.
“Adiós, maestro, y gracias por las emociones que nos has regalado”, reaccionó en la red social Twitter Roberto Speranza, ministro italiano de Salud.
La historia de un genio
Morricone saltó a la fama por sus creaciones para el maestro del spaghetti western Sergio Leone, mezclando música de orquesta y tradición popular, entre las más de 500 obras que compuso para el cine.
Una de sus composiciones más memorables es sin duda la melodía con armónica que interpreta Charles Bronson en Érase una vez en el Oeste, en 1968.
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A los seis años, Morricone, nacido el 10 de noviembre de 1928 en Roma, empieza a componer. A los 10, se apunta a un curso de trompeta en la prestigiosa Academia Nacional de Santa Cecilia, en Roma, donde llama la atención del profesor Goffredo Petrassi.
También estudia composición, orquestación y órgano.
Después de formarse en la música clásica, empieza en 1961, a los 33 años, a trabajar en el mundo del cine, con El federal de Luciano Salce.
Según él, la música de las películas italianas era mediocre y sensiblera, y quería renovarla con un estilo más de Hollywood.
La fama llega con Por un puñado de dólares (1964) de Sergio Leone. Su exitosa colaboración con el maestro del spaghetti western lo catapulta a nivel internacional.
Pero Morricone no se limita al western. Compone bandas sonoras para películas de época, como Novecento o Vatel y comedias como La jaula de las locas.
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También pone música a filmes comprometidos, como Sacco y Vanzetti (Here’s to You, cantado por Joan Baez), La clase obrera va al paraíso o La batalla de Argel.
El secreto de su éxito: "Cuando entras en una película, la música llama a la puerta, tiene que preparar al espectador y salir sin hacer ruido, de puntillas".
Los Óscar llegaron tarde
Discreto y hogareño, Morricone salía poco de su casa en el centro de Roma. Su timidez hacía que se sintiera incómodo en los aplausos después de sus conciertos.
Durante toda su carrera, Morricone había alternado entre “música ligera” y clásica, cine y televisión.
En los anales del séptimo arte quedarán, entre muchas otras suyas, Érase una vez en América, El bueno, el malo y el feo, de Sergio Leone, o Teorema, de Pier Paolo Pasolini.
Muchos de estas obras maestras serán reconocidas por su música. El genio de Morricone se basaba en sus mezclas, impuras, con componentes neoclásicos y de jazz, y también pop-rock.
Compuso además cerca de 80 obras clásicas, de música de cámara y para orquesta. Miembro del Gruppo di Improvvisazione Nuova Consonanza, compuso especialmente para el piano.
El maestro, que a veces parecía nervioso detrás de sus gafas, también dirigió grandes orquestas, como la de Milán.
A pesar de esta brillante carrera, Morricone no ganó ningún Óscar hasta el 2007, cuando recibió la prestigiosa estatuilla de modo honorario por el conjunto de su carrera. En el 2016, finalmente ganó en competencia el premio por la música de Los ocho más odiados, de Quentin Tarantino, director que un profeso admirador del italiano.
Nominado antes en cinco ocasiones al Óscar, el compositor había admitido en una ocasión que le habían arrebatado el galardón estadounidense cuando competía con La misión (1986) de Roland Joffé, una de sus obras más memorables, con instrumentos precolombinos, corales litúrgicas, oboes y guitarras españolas.
Gran amante de la canción, Morricone se unió a la estrella portuguesa de fado Dulce Pontes para realizar el disco Focus (Universal) y a la francesa Mireille Mathieu para el álbum Mireille Mathieu canta Ennio Morricone (1974).
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