
El actor escocés Sean Connery, conocido entre muchas otras facetas por su papel de James Bond en siete películas, murió a la edad de 90 años, informó este sábado la BBC.
El intérprete obtuvo numerosos premios durante su larga carrera, incluyendo un Óscar, tres Golden Globes y dos Bafta.
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Con más de sesenta títulos a sus espaldas, el escocés protagonizó siete sobre James Bond, el agente secreto más famoso del cine: Dr. No (1962), Desde Rusia con amor(1963), Goldfinger (1964), Operación Trueno (1965), 007: Sólo se vive dos veces (1967), Diamantes para la eternidad (1971) y la considerada no oficial Nunca digas nunca jamás.
Además encarnó en vida al personaje de Henry Jones en Indiana Jones y la última cruzada (1989). Jones era el padre del héroe encarnado por Harrison Ford.
Hace tiempo que el actor estaba retirado del cine y caminaba con la ayuda de un bastón. Tenía un refugio doméstico en Bahamas, donde disfrutaba de los placeres del caribe, pero también solía estar por temporadas en Nueva York.
Una vida de película.
Sean Connery deja como legado una carrera de más de medio siglo y su compromiso con la independencia de Escocia.
Nacido el 25 de agosto de 1930 en Edimburgo, en una familia obrera pobre, Thomas Sean Connery se convirtió, casi por azar, en un gigante del cine y en uno de los hombres más atractivos de la industria.
Habiendo incluso pasado los 80 años, seguía encarnando una cierta idea de hombre, viril, cínico, de voz rocosa, matizada por un acento escocés.
Pero antes de beber sus vodkas-martinis en los bares más sofisticados, de conducir un Aston Martin por las más bellas y peligrosas carreteras de montaña, y de seducir a las mujeres más hermosas en su papel de 007, Sean Connery trató simplemente de dejar de ser pobre.

“Nacido en la terrible pobreza de los barrios de Edimburgo, su sueño principal y único fue escapar. Fue la pobreza la que puso a Sean Connery en marcha. La que impulsó su ascenso, en primer lugar hacia la independencia financiera, y luego hacia la creación”, explicó Michael Feeney Callan, uno de sus biógrafos.
Sean Connery dejó la escuela para enrolarse en la Marina a los 16 años. En los muelles de Portsmouth perfeccionó sus aficiones favoritas: fútbol, boxeo y mujeres.
En esa época se hizo los dos tatuajes que llevaba en el antebrazo derecho. Uno representa una ardilla y un pájaro con la inscripción “mamá y papá”, y el segundo un corazón con un cuchillo clavado que dice “Escocia para siempre”. Familia y Escocia, dos prioridades de su vida.
Pasaporte a la gloria
De vuelta a la vida civil tras tres años por culpa de una úlcera, encadena pequeños trabajos, a veces pintorescos. Fue profesor de natación, pulidor de ataúdes, repartidor de carbón, albañil, conductor o guardaespaldas. Se dedicó incluso al culturismo y se inscribió en el concurso de Mister Universo en Londres, en 1950, en el que quedó tercero.
Su físico imponente será su pasaporte a la gloria. A los 27 años comienza su carrera de actor cuando, tras ser visto en un telefilm para la BBC, firma un contrato con la 20th century Fox.

Rápidamente, encadena los rodajes cuando le contactan para participar en la adaptación de una novela de espías. Se niega a someterse a una prueba para el papel, argumentando: “me toman como soy o me dejan”. La insolencia gustó y, por 6.000 libras, se convierte en el agente secreto James Bond 007.
En 1962 aparecen sus aventuras contra el Doctor No. Siete veces encarnó al agente.
“Es imposible ser una criatura de los 60 y no haber lamentado, en ciertos momentos de la vida, no ser Sean Connery”, escribió Christpher Bray en “Sean Connery: Una biografía”, hablando de este “icono secular” que “no aparece en las películas sino que logra que las películas nazcan en torno a la sola idea de su presencia”.
Tanto fervor podría haber llevado a Connery a odiar a su personaje, “pero contrariamente a lo que algunos piensan, siempre aprecié a Bond, aunque a veces me parecía detestable”, dijo en 1983, doce años después de haberle encarnado por última vez en “Los diamantes son para siempre” (1971).
Hombre vivo más sexy
Convertido en una estrella internacional, rodó con los más grandes de Hollywood. En 1989, cuando tenía 59 años, la revista People lo distinguió como “el hombre vivo más sexy” y, diez años después, como el más atractivo del siglo XX.
Pasó a interpretar con frecuencia el papel de padre espiritual, como en Highlander (1985), El nombre de la rosa (1986) o Indiana Jones y la última cruzada (1989). Por Los intocables de Elliot Ness (1987) recibió el Óscar al mejor actor secundario y el título de “peor acento de todos los tiempos en el cine”.
Su popularidad nunca decayó y en 2013, cuando ya llevaba diez años retirado tras 64 películas, fue elegido el actor británico favorito de los estadounidenses.

Creen algunos que su combate por la autonomía de su Escocia natal retrasó hasta el 2000 la concesión de un título nobiliario por la reina Isabel II.
Sir Sean Connery vivió “en exilio” entre el sur de España, Estados Unidos y las Bahamas y dijo que sólo volvería a Escocia cuando fuera independiente.
En los últimos años limitó mucho sus apariciones públicas, viviendo sobre todo en Nueva York con su segunda esposa, la francesa Micheline Roquebrune, a la que conoció jugando al golf y con la que se casó en 1975.
“Como ella no hablaba inglés y yo no hablaba francés, había pocas posibilidades de que tuviéramos discusiones estúpidas. Por eso nos casamos tan rápido”, explicaba Connery, que antes estuvo casado con la actriz australiana Diane Cilento, con la que tuvo un hijo, Jason, en 1963.
Los primeros rumores sobre su muerte habían aparecido en 1993 en medios australianos y japoneses. Finalmente, esta vez sí ha muerto. Después de todo, como decía Bond, “Sólo se vive dos veces”.
Algunas de las mejores cintas de Sir Connery
James Bond contra Goldfinger (1964)
Director: Guy Hamilton
Sinopsis: El agente británico 007 se ve las caras con Auric Goldfinger, un malvado magnate que hace contrabando a escala internacional y que está fascinado por el oro. En el transcurso de la investigación, James oirá por primera vez hablar sobre la operación “Grand Slam”, que parece ser un plan para desestabilizar toda la economía mundial. (Tomado de Filmaffinity)
Marnie, la ladrona (1964)
Director: Alfred Hitchcock
Sinopsis: Marnie (Tippi Hedren), embustera y ladrona compulsiva, se sirve de su trabajo como secretaria para robar. Cuando Mark Rutland (Sean Connery) la contrata, no solo no abandona sus delictivos hábitos, sino que, además, se comporta de manera absolutamente desquiciada. A pesar de todo, Mark, cediendo a un impulso inexplicable, decide casarse con ella y averiguar las razones de su obsesivo comportamiento. Cuando un terrible accidente lleva a Marnie a una situación límite, Mark la obliga a enfrentarse a sus terrores cuyas raíces se hunden en el pasado. (Tomado de Filmaffinity)
La colina de los hombres perdidos (1965)
Director: Sidney Lumet
Sinopsis: Durante la Segunda Guerra Mundial, un grupo de prisioneros ingleses se encuentra encarcelado en un campo militar del norte de África. Allí sufren la ira de un sádico sargento. (Tomado de Filmaffinity)
El hombre que pudo reinar (1975)
Director: John Huston
Sinopsis: Danny Dravot y Peachy Carnehan, dos aventureros que viajan a la India en 1880, sobreviven gracias al contrabando de armas y otras mercancías. Un día, deciden hacer fortuna en el legendario reino de Kafiristán. Después de un durísimo viaje a través del Himalaya, alcanzan su meta justo a tiempo para hacer uso de su experiencia en el combate y salvar a un pueblo de sus asaltantes. Está inspirada en un relato de Kipling. (Tomado de Filmaffinity)
Robin y Marian (1976)
Director: Richard Lester
Sinopsis: Desilusionados por los años que perdieron luchando como cruzados en Tierra Santa, Robin Hood y su amigo Little John regresan a Inglaterra y se dan cuenta de que todo ha vuelto a ser como antes. (Tomado de Filmaffinity)
Un puente lejano (1977)
Director: Richard Attenborough
Sinopsis: En septiembre de 1944, alentados por el éxito de la invasión de Normandía, los aliados emprendieron con determinación la operación “Market Garden”, un arriesgado plan para poner fin lo antes posible a la guerra, invadiendo Alemania y destruyendo la industria bélica de Hitler. La clave era conquistar varios puentes por los que pasarían las tropas. No obstante, las estrategias en el campo de batalla, combinadas con los errores del servicio de información, la mala suerte y las pésimas condiciones climáticas condujeron la operación a un desenlace inesperado. (Tomado de Filmaffinity)
Los héroes del tiempo (1981)
Director: Terry Gilliam
Sinopsis: A Kevin, un chico con una imaginación desbordante, una noche lo despierta un grupo de enanos que sale de su propio armario. Estos personajes eran antiguos criados del “Ser Supremo”, pero, cansados de trabajar para él, decidieron robarle un mapa para poder viajar a través del tiempo y del espacio con la intención de robar grandes tesoros en distintas épocas. Además, sus viajes les han permitido conocer a diversos personajes históricos: Napoleón, Agamenón, el rey de Micenas (Sean Connery), e incluso Robin Hood (John Cleese).
El nombre de la rosa (1986)
Director: Jean-Jacques Annaud
Sinopsis: Siglo XIV. Fray Guillermo de Baskerville (Sean Connery), monje franciscano y antiguo inquisidor, y su inseparable discípulo, el novicio Adso de Melk (Christian Slater), visitan una abadía benedictina, situada en el norte de Italia, para esclarecer la muerte del joven miniaturista Adelmo de Otranto. Durante su estancia, desaparecen misteriosamente otros monjes que después aparecen muertos.
Los intocables de Eliot Ness (1987)
Director: Brian De Palma
Sinopsis: Chicago, años 30. Impera la ‘Ley seca’, que prohíbe la venta de alcohol. El idealista agente federal Eliot Ness (Kevin Costner) persigue implacablemente al gángster Al Capone (Robert De Niro), amo absoluto del crimen organizado en la ciudad. La falta de pruebas le impide acusarlo de asesinato, extorsión y comercio ilegal de alcohol, pero Ness, con la ayuda de un par de intachables policías (Andy Garcia y Charles Martin Smith) reclutados con la ayuda de un astuto agente (Sean Connery), intentará encontrar algún medio para inculparlo por otra clase de delitos.
Indiana Jones y la última cruzada (1989)
Director: Steven Spielberg
Sinopsis: En esta tercera entrega, el padre del protagonista (Harrison Ford), Henry Jones, también arqueólogo (Sean Connery), es secuestrado cuando buscaba el Santo Grial. Indiana tendrá que ir a rescatarlo y, de paso, intentar hacerse con la preciada reliquia, que también ambicionan los nazis.