Hace cuatro décadas el atentado de La Penca conmocionó a Costa Rica, Nicaragua y el mundo como el primer ataque terrorista perpetrado en una conferencia de prensa. El silencio, la impunidad y el olvido han hecho que estos trágicos acontecimientos ocurridos el 30 de marzo de 1984, que ocasionaron la muerte de ocho personas y dejaron 22 heridos, sigan siendo una herida profunda y abierta.
Algunas respuestas han llegado en estos 40 años, pero las preguntas y el horror siguen igual de válidos. Gustavo Fallas, director de la película La hija de Lázaro, tiene claro que este crimen no debe olvidarse, y que la memoria y clamor de justicia debe prevalecer en todos los espacios, incluido el arte.
“No puede ser que el silencio cubra al atentado de La Penca, porque pasan 40 años y las capas del olvido hacen que perdamos la relación respecto a los acontecimientos. Por eso es tan importante, desde mi punto de vista, que el cine nos ayude a poner el tema sobre la mesa para repensar lo que pasó y lo que estamos viviendo en diferentes lugares del mundo”, declaró el cineasta.
El filme narra la historia de una periodista que investiga un atentado ocurrido hace 40 años, en el cual falleció su padre. Esta búsqueda parece no tener fin por la escasez de respuestas, hasta que se encuentra con un posible testigo que la guía hasta el lugar de los hechos.
“Ella lo empieza a comprender de otra forma y lo reconoce como a alguien que estuvo presente en el atentado. Sin embargo, hay una imposibilidad porque tiene su misma edad, como si no hubiera pasado el tiempo en él; eso hace que la película tenga ese elemento de thriller psicológico que siempre está bordeando lo fantástico”, explicó Fallas.
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Según él, el atentado de la película ocurre en Boca Tapada, zona fronteriza entre Nicaragua y Costa Rica, ubicada relativamente cerca de La Penca. Optó por trazar paralelismos por respeto, debido a que en la cinta “la ficción sobrepasa el hecho histórico”.
Fallas vivió en Nicaragua y tiene vinculación directa con personas de ese país. Afirma que, ante el estallido social ocurrido en suelo nicaragüense en abril de 2018, se sintió conmocionado y le surgieron muchas preguntas. Tal proceso personal lo impulsó a crear La hija de Lázaro.
“40 años después se volvían a presentar elementos en Nicaragua de persecución a periodistas, violencia política, impunidad y otros factores que fueron evidentes en las décadas de los años 70 y 80 con las guerras centroamericanas. Reflexiona sobre ese desarrollo cíclico, que se refleja en una frase incluida en la película: ‘La historia ocurre dos veces’, dice Hegel. ‘Una vez como tragedia y la otra como farsa’, agrega Marx”, declaró.
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El productor audiovisual afirma que la memoria histórica y la búsqueda de reparación para las víctimas debe perdurar, pues obtener justicia y respuestas es la única manera de cerrar las heridas. Esto se ve durante su largometraje, en el que los personajes emprenden un camino que termina con su sanación.
“Es muy importante el viaje que realiza la protagonista al lugar donde se produce la herida, que ambos reconocen como una herida común. Este recorrido les permite a los dos la posibilidad de sanar”, expresó.
La hija de Lázaro se estrenará en Costa Rica en el marco del Costa Rica Festival Internacional de Cine 2024. Se presentará en el Cine Magaly los días 22 y 27 de junio, a las 9 p. m. y 5:30 p. m, respectivamente. Ambas funciones contarán con un espacio para preguntas y respuestas.