La vida de las hadas en la tierra de Nunca Jamás no es nada aburrida y con cada una de sus aventuras divierten a los más pequeñitos de la casa.
Esta vez, la famosa Campanita y sus amigas regresan a entretener a la pantalla grande en Tinkerbell y la bestia de Nunca Jamás y, como están acostumbradas, volverán locas a sus superiores en el mundo de las hadas.
Aunque en esta ocasión, Tinkerbell no es la que causa los problemas. Ella apoyará de forma incondicional a su amiga Fawn –el hada de los animales– en su afán por salvarle la vida a una adorable criatura.
En Nunca Jamás hay de todo: es un mundo mágico y no faltan los animales extraños y es precisamente esto lo que descubre Fawn. El distante rugido de una criatura enciende la curiosidad del Fawn y no teme romper las reglas para ayudar.
También a las hadas exploradoras, encargadas de mantener la paz y tranquilidad en su tierra, este rugido les causa curiosidad y se enfrascan en la búsqueda de qué produce tal sonido.
Fawn, temiendo que las exploradoras capturen al animal, quiere hallarlo primero y salvarlo de un triste final.
Es, entonces, cuando Tinkerbell y sus amigas Rosetta, Silvermist, Vidia e Iridessa entran en acción. Conocen al animal y lo bautizan como Never Beast.
La rara criatura es una dulzura y, aunque las exploradoras le teman, Fawn y las chicas saben que no le haría daño a nadie y eso tratan de hacerles entender a las demás.
Cada una de las hadas utiliza sus poderes mágicos para ocultar a Never Beast hasta que las exploradoras le den una oportunidad de demostrar cuánto amor puede ofrecer.
Fawn tratará de enseñar lo que hay detrás de la imagen brusca y tenebrosa de Never Beast, y sus grandes ojos verdes. Hadas, aventuras y moraleja.