El cineasta Juan Manuel Fernández lo resumió así: “Los Hermanos Vargas han pasado por las mismas situaciones que cualquier otro
Por eso, Fernández se empeñó en filmar
Siendo niños, los Hermanos Vargas llenaron de música las calles de San Ramón –su cantón de nacimiento–; luego, se trasladaron a Alajuelita en los años 70, donde comenzaron una carrera profesional que ya suma más de 38 años.
Álvaro, Eddy, Juan y Eduardo Vargas tocan en San José desde 1978. Sus
“Somos unos matachivos, en nuestra historia hemos tocado desde tango hasta salsa, pero ahora nos hemos concentrando en el
Tantos años en el escenario no podían pasar en vano, por lo que glorias, penas y alegrías se juntan en la piel de estos hermanos.
“Lo interesante de los Hermanos Vargas es que han logrado sobrevivir, caer y volver a levantarse muchas veces”, escribió Fernández, en la sinopsis que presentó a Proartes, fondo que finalmente financió el proyecto.
El documental es de “observación directa”; es decir, muestra a los protagonistas desenvolverse en sus ambientes cotidianos. De esta manera, la pieza audiovisual hace un recorrido por la vida de cada uno de los hermanos.
“Los veremos en sus ambientes familiares, de trabajo y de ocio. Además, se hace una entrevista a profundidad con cada uno de ellos”, agregó Fernández.
La identificación de los Vargas con el grupo, así como su relación de músicos y hermanos de sangre se destacan dentro de la propuesta. Finalmente, un viaje a San Ramón ligará a los músicos con sus raíces.
Fernández explicó que, por asuntos de investigación, se tardó cuatro largos años en finalizar el documental.
Para la realización de este trabajo, el fondo Proartes aportó unos ¢4 millones. Sin embargo, aunque no quiso revelar un monto exacto, el Fernández afirmó que tuvo que invertir recursos propios para concluir la obra.
Por otra parte, la empresa Videotek apoyó el proyecto con la mezcla de sonido y otros servicios de producción.