Parásitos el filme revelación de Bong Joon-ho ha sido descrito como comedia negra y thiller satírico, pero lo cierto es que es mucho más que eso. The New York Times le llamó “una historia sobre clase contada de forma sensacionalmente entretenida” y ha sido comparada con Guasón (Joker) por tener un fuerte mensaje sociopolítico.
La película trata sobre una familia que, al verse desempleada y sin ofertas de trabajo, decide ofrecer tutorías a una familia rica, aunque no tenga las cualificaciones para darla. Ese pequeño fraude escala hasta que las dos familias se enredan la una con la otra tras un evento imprevisible.
El tráiler ya se está proyectando en distintas salas del país y la cinta llegará a los ticos el miércoles 25 de diciembre.
La cinta ha tenido un año envidiable para cualquier cinta “extranjera”, es decir, una película no hecha en Estados Unidos. Ganó la Palma de Oro como mejor filme en el festival de Cannes y ha recibido el título de mejor película por parte de los críticos de Los Ángeles, Nueva York y Chicago, además de nominaciones a los Globos de Oro al mejor director, guion y película en lengua no inglesa.
Ante tantos triunfos la crítica y los $122 millones que ha recaudado la cinta en las salas de cine del mundo, los críticos y las audiencias se preguntan, ¿podrá una película coreana dar la sorpresa en los premios Óscar?
Volver a casa
Bong Joon-ho no es nuevo entre los círculos de Hollywood. Su película Snowpiercer (2014), protagonizada por nada menos que el Capitán América, Chris Evans, tuvo un presupuesto de $40 millones (un récord para el cine coreano), financiados en parte por Harvey Weinstein, productor que atrasó la salida del filme y que limitó su distribución.
Luego, Joon-ho hizo Okja (2017), con Tilda Swinton y Netflix a bordo y un financiamiento de Brad Pitt de $50 millones (rompiendo otro récord para el cine coreano).
Tanto Okja como Snowpiercer pasaron de largo de muchas salas de cine y aunque el director se ganó varios seguidores, sus logros hollywoodenses no lo habían llevado tan lejos como se esperaba.
La solución de Bong Joon-ho para no estancarse fue volver a casa, es decir, a Corea del Sur, para producir su siguiente filme, Parásitos, que se sumerge en las convenciones del cine coreano al mismo tiempo que las desafía, sorprendiendo al público una y otra vez.
Desde su estreno la crítica la ha alabado y los premios le han llegado. Múltiples memes también han transformado la película en un fenómeno de las redes sociales y pocos salen de la sala del cine sin decir que es una cinta genial.
Knock like you own the place. #Parasite star Park So Dam teaches us the Jessica Jingle, now available to download at https://t.co/uN1olvIz56. pic.twitter.com/4FNHS76o0S
— NEON (@neonrated) November 7, 2019
¿Viene el Óscar?
Muy pocas cintas “extranjeras” y habladas en un idioma que no sea inglés han logrado llevarse una nominación a Mejor película en los premios Óscar. Es inevitable pensar en Roma, cinta de Alfonso Cuarón que llegó como favorita a la premiación pero que vio su sueño truncado por Green Book. Algo similar ocurrió con El tigre y el dragón de Ang Lee, una de las películas extrajeras que ha recibido más premios Óscar, pero que nunca se llevó el premio mayor.
¿Podría una película coreana que contiene violencia, humor negro y un mensaje sociopolítico dar la sorpresa? ¿Podría Joon-ho dar la sorpresa como mejor director aunque sus otras cintas nunca hayan capturado completamente a Hollywood? Su mayor contendiente parecería ser Guasón, aunque quienes han visto ambas coinciden en que Parásitos tiene un mensaje más claro y potente.
Parásitos, de hecho, le aguó la fiesta a Quentin Tarantino en Cannes al opacar completamente a Érase una vez en Hollywood. La cinta recibió en Cannes una gran ovación al final y dos ovaciones espontáneas durante la proyección, algo inaudito en una película tan “notablemente retorcida” como la describió Bilge Ebiri para la revista Vulture.
LEA MÁS: 'Guasón': el perturbador retrato de un payaso y su demencia
Ebiri es quien mejor recomendó la película al definirla como una película difícil de categorizar, pero constantemente sorprendente. “Siempre esperas que Parásitos se transforme en una cosa, pero sigue convirtiéndose en otra. Muta constantemente, como un verdadero parásito tratando de jugar con su anfitrión”, describió.