En el 2018 ardieron casi 5.500 hectáreas de la Reserva Biológica Indio Maíz, uno de los pulmones de Nicaragua. Colindante con el río San Juan, la selva resguarda incontables especies animales y vegetales, y también es el hogar de los pueblos indígenas Rama y de los Kriol, afrodescendientes del Caribe nicaragüense.
Las llamas se extendieron más allá de la selva: sacudieron la política nicaragüense con nefastas consecuencias. Ahora se estrena en Costa Rica Patrullaje, un documental que narra cómo los pueblos indígenas defienden su territorio y su vida.
Camilo de Castro Belli y Brad Allgood codirigen esta película de 83 minutos, filmada entre el 2016 y poco antes de la crisis del 2018. El Cine Magaly la presentará en Costa Rica del 5 al 11 de abril, en tandas acompañadas de conversaciones con los creadores del documental.
Patrullaje (Nicaragua-Estados Unidos, 2023) expone la presión que la ganadería ilegal ejerce sobre Indio Maíz y cómo ese extractivismo se vincula con otras formas de violencia; no por nada, el actor y activista Leonardo DiCaprio la recomendó como una de cinco películas ambientalistas imperdibles.
El problema de Indio Maíz no es ajeno a Costa Rica: lo que ocurrió en el 2018 no solo afectó al ecosistema que compartimos, sino que disparó las protestas del 2018 que culminaron en el recrudecimiento del autoritarismo de Daniel Ortega y Rosario Murillo, la violencia política y la expulsión de periodistas, activistas, opositores, artistas y muchas otras personas perseguidas por el gobierno.
Conversamos con Camilo de Castro sobre este documental, que expone el problema con las voces de los indígenas Rama y el grupo Kriol, afrodescendientes que residen en un territorio cogobernado por ambas comunidades y cuyas vidas están entrelazadas con la selva de 2.600 km² al sureste de Nicaragua, en la frontera con Costa Rica. Patrullaje indaga en sus formas de vida, su organización ante la violenta usurpación de sus tierras y hasta la perspectiva de los ganadores que expanden la frontera del territorio explotado comercialmente.
¿Cómo fue el proceso de filmar esta película? ¿Cuáles desafíos encontraron para poder adentrarse en el territorio y retratar este problema desde distintas perspectivas?
–El proceso de filmar esta película fue muy complejo. Filmar en un bosque primario fue bien retador, sobre todo porque en Indio Maíz llueve casi todo el año. Tuvimos que cuidar mucho los equipos y fue muy extenuante para nosotros acompañar a los guardabosques en sus patrullajes, en caminatas muy largas en condiciones difíciles.
“Cuando decidimos filmar la frontera agrícola fue un reto llegar donde estaba el ganadero ilegal; hicimos viajes de tres días en la mula, en el lodo, en la lluvia… Además, con el huracán tuvimos un riesgo muy alto. En toda la película hubo momentos de tensión y de riesgo por diferentes razones. Fue muy demandante física y mentalmente la película”.
Para los realizadores de Patrullaje, no se trataba solo de llegar al territorio y empezar a grabar. Se asociaron con líderes de la comunidad, cuyas voces guían el documental, y con un ambientalista de Estados Unidos que los ha asesorado.
“Hicimos consultas con la población indígena y afrodescendiente para ver cómo podíamos colaborar y eventualmente ellos nos dieron un aval para hacer la película en el territorio. Cuando comenzamos a filmar en la frontera agrícola, convencí al ganadero ilegal de que se dejara grabar también. Le planteamos que queríamos conocer su punto de vista y compartirlo con el mundo, porque al final ellos son una pieza más de un engranaje, de una industria bien compleja. Si bien ellos son los que están en la primera línea, no son los que más se benefician de la ganadería”, explica Camilo de Castro.
¿Cómo fue la experiencia de la comunidad desde el inicio de la filmación en el 2016 y ahora que han ocurrido tantos eventos políticos y humanos en Nicaragua y el mundo (de la represión del 2018 a la pandemia de Covid-19)?
–La comunidad ha estado haciendo un esfuerzo por más de quince años para patrullar en el territorio y documentar todos los casos de invasión que hay. Usan una herramienta que se llama Smart que les permite hacer registro de los incidentes y georreferenciarlo, hacen un informe que comparten con las autoridades, tanto el Ministerio de Ambiente como el Ejército. A partir de esos incidentes, han armado casos legales que han intentado judicializar para crear precedentes, pero ninguno de ellos ha prosperado ni las autoridades les han dado acompañamiento en el patrullaje que han venido haciendo.
“Es un proceso que ha implicado mucha determinación; creo que hay mucha frustración por la falta de respuesta de las autoridades. Hay personas que quieren darse por vencidas, que no encuentran sentido en lo que están haciendo, pero al final continúan porque para ellos perder el territorio es perderlo todo: su identidad, su forma de vida.
“Ahora la situación ha empeorado muchísimo, hay más desesperanza en las comunidades y hay más miedo, porque hay una persecución de algunos liderazgos e incluso algunos han tenido que salir del país, lo que hace que todo el trabajo de monitoreo y protección del territorio sea más complejo todavía. El gobierno está haciendo un trabajo para cooptar liderazgos y dividirlos, entonces es bien complejo”.
Naturalmente, lo que ocurre en la Reserva Indio Maíz toca a Costa Rica. No solo colinda con el territorio tico, sino que los cineastas-periodistas de Patrullaje han identificado más vínculos que involucran al país, uno de los principales mercados de carne y ganado en pie de Nicaragua en distintos momentos históricos.
“A partir de la filmación hemos hecho investigación sobre la ganadería ilegal y encontramos que hay contrabando de ganado entre Costa Rica e Indio Maíz. Es imposible saber el volumen de ese contrabando, pero sí hay. Hay ganaderos ticos que llevan su ganado a engordar a fincas que están alrededor o dentro de Indio Maíz; hay ganaderos nicaragüenses que engordan su ganado en la reserva y lo venden en Costa Rica”, afirma Camilo de Castro.
Nicaragua cuenta con un sistema de trazabilidad que, en teoría, permite identificar el origen y los movimientos del ganado, para asegurar su proveniencia legal. Sin embargo, a juicio del equipo de Patrullaje, la opacidad del sistema imposibilita conocer la realidad de lo que se vive en Indio Maíz. Como zona protegida y como territorio indígena, debería de estar protegido de incursiones ilegales, pero sufren el asedio constante y la expansión incesante de la frontera agrícola.
“Encontramos evidencias de que hay intermediarios que compran ganado engordado dentro de la reserva y se registra en fincas que están fuera de la reserva. Esos movimientos no se reportan en el sistema de trazabilidad bovina, entonces no es para nada eficaz, está siendo manipulado y las empresas están siendo cómplices de un sistema que no está contribuyendo a detener actividades ilegales”, explica el realizador.
¿Cuál es la postura del gobierno de Nicaragua ante esa situación y cómo han actuado al respecto?
–La postura del gobierno ante la situación es que Nicaragua tiene un sistema de trazabilidad bovina, que ellos saben cuál es el origen de cada animal que se comercializa, pero en realidad eso no es así. En respuesta a la violencia que ha habido en territorios indígenas, lo que ha hecho el gobierno es militarizar las comunidades. Los comunitarios están rodeados de mestizos que los están hostigando constantemente y algunos han tenido que irse por temor.
¿Cómo podemos ayudar desde Costa Rica a la conservación de este territorio tan importante para el ecosistema centroamericano?
–Como consumidores preocupados por el medio ambiente, es importante que hagan un esfuerzo porque empresas conozcan la problemática en Nicaragua y tomen medidas para garantizar que no están contribuyendo a deforestación y a violación de derechos humanos en territorios indígenas.
‘Patrullaje’ se presenta en el Cine Magaly del 5 al 11 de abril, con foros en las distintas funciones; consulte los horarios en el sitio web del cine.